Guía Cereza

MIS DESEOS INCONTROLABLES – HISTORIA DE MARISOL (Parte 3 Final)

Publicado hace 2 días Categoría: Hetero: General 142 Vistas
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En la sala ya solo quedaban mi amiga Angélica con su novio, alguna otra chica, tal vez dos más, y frente a mi puerta Camila quien tocaba. Yo al abrir me sorprendí por la visita inesperada, que al momento que entró a mi habitación notó enseguida la atmósfera cargada con los olores del sexo, Camila solo sonrió en complicidad conmigo.

-… “Te traía un vaso de jugo, por si estabas sedienta, veo que no han perdido el tiempo” … nos habló a ambos.

-…” Estuve unos minutos escuchando gemidos y aullidos, aunque Angélica esta en lo mismo, pero de acá se escucha más fuerte” …

Mientras Camila nos seguía dándonos detalle de lo escuchado, miraba a Alejandro con cierto grado de excitación y lasciviadad, mientras me tomaba mi mano y se la llevaba a su nariz para sentir el aroma a sexo que aún estaba impregnado en mí. Y sin mayor autorización se los hecho a la boca.

Yo me encontraba entre perpleja e inmóvil ante actitud completamente desinhibida de aquella joven, que me tomo por sorpresa cuando puso su mano en mi nuca y me planto un exquisito beso en mi boca. Ambas bocas se juntaron abriendo paso a su lengua que se fue a encontrar con la mía. A pesar de considerarme una buena besadora, este beso rompió todos los cánones conocidos por mí, era la primera vez que una mujer me daba un beso y con tanta pasión como si tuviera toda la experiencia del mundo.

Yo que en eso momento solo portaba mi bata de baño, fue a dar al piso cuando Camila desabrocho el nudo para lanzarse apasionadamente a mis tetas, nos fuimos directo a la cama, me tendí de espalda casi instintivamente dejándome hacer por ella, me dejé llevar por sus caricias que me daba con su lengua sobre mis pezones. Alejandro no perdió tiempo y se puso a lamer mi otro pecho, sintiendo las húmedas lenguas mientras un leve hilo de suero maternal se me escapaba.

Después de dejarme los pezones muy hinchados y duros ellos quedaron frente a frente donde sellaron un beso tan intenso y erótico como el que me dio ella a mí, por un momento sentí celos, pero no iba a estropear deliciosa imagen que tenia frente a mí. Después de separarse ambos se encaminaron por mi redonda panza en dirección a mi vientre. Sentía sus lenguas húmedas recorrer hasta llegar a mi monte de venus y toda mi vulva comenzó a llenarse de besos y lamidas. Me abrieron de piernas y comenzó una sesión de sexo oral que jamás había experimentado, Alejandro y Camila alternaban dándome lamidas en mi clítoris, ano, labios vaginales, muslos, era todo mezclado ya no distinguia sus lenguas, dedos que me recorrían complacidamente, y mientras se detenían por un instante casi justo antes de alcanzar un orgasmo, Alejandro comenzó a acariciar todo el cuerpo de Camila.

Alejandro se sentó a mi lado en la cama y la guapa muchacha se plantó sentándose de espaldas frente a él, se levantó la falda de su vestido corto y luego de deslizar su diminuta tanga hasta las rodillas, se acomodó sobre las piernas de nuestro hombre y empezó a ensartarse aquel vigoroso miembro mientras él le acariciaba los muslos desnudos. Camila tomo el gran tronco de Ale y comenzó a bajar hasta clavárselo completamente y lentamente con la ayuda de Alejandro comenzó a subir y bajar, primero despacio y luego acelerando la inserción, una de sus manos como inconscientemente trataba de poner un tope por que le llegaba muy a fondo.

La linda cara de la chica tenía un gesto de profundo placer y cuando sus gemidos se hicieron escuchar, Alejandro le tapó la boca mientras la forzaba a darse unos sentones fortísimos sobre él. Camila estaba muy caliente y se puso a chupar los dedos de Alejandro de una forma tan caliente que era como lamer su verga, que me encendí aún más de solo verla.

…- “Qué ganas tengo de que me cojan así” pensé,

intentando resistirme a la tentación de darme placer ahí mismo. No fui capaz y mis dedos se agarraron a mi clítoris hinchado que comencé a frotar, me arrodillé en la cama frente a ellos y por primera vez fui a degustar de las pequeñas tetas de mi nueva amiga, les lamia torpemente los pezones, hasta echarlos a mi boca cada vez que ella se insertaba el miembro duro de Alejandro.

Dejé a los amantes cuando ella se puso en cuatro en la cama luego de quitarse toda la ropa. Alejandro siempre me pareció atractivo y aunque vi que estaba bien equipado para el amor, su apariencia de excitación no dejaba de hacer contraste con la de la chica, que tenía un cuerpo bastante bonito, era algo flaquita, pero con unas piernas muy largas de muslos rellenitos y unos senos, aunque no muy grandes bien redondón y bellísimos. Hasta a mí se me antojó tocar la curva de su cintura cuando paró el culo invitando a Alejandro que le diera su verga.

…–“Soy tu perrita, tío, métemelo todo”- le exigió ella a mi hombre

Yo le agarraba la verga de Ale mientras se la metía, a pesar de eso le quedaba casi un cuarto de su miembro afuera atrapado por mi mano, sin embargo, igual le llegaba al fondo, los gritos y gemidos de Camila se hacían cada vez más intenso, él la agarraba de la cintura dando aceleración a las embestidas, que generaban unas verdaderas cachetadas en sus nalgas.

“¡Oh, dios!”…grité en mi interior y no pude más, mi vagina estaba escurriendo. Nuevamente me llenada de mi humedad que salía a charcos de mi interior, me puse paralela a Camila igual en cuatro con mi culo hacia Alejandro, que rápidamente con sus dedos comenzó a penetrarme buscando mi punto G. Después de unos minutos, él cambio de posición, se puso frente a mi culo y de una embestida me penetro sin mayor resistencia, mi vulva me daba placenteras punzadas y pedía a gritos que me lo hiciera mas fuerte, aunque estuviera mi estado de embarazo.

Un poco cansada me acosté de lado y atrás Alejandro entendió lo que quería que en posición de cucharitas y levantando una de mis piernas volvió a clavar su puñal. En mi estado de excitación, comencé a acariciarme. Primero los senos, recordando cómo los apretaba Alejandro mientras me cogía. Esto lo vio Camila que volvió a llevar su boca a mis grandes pezones que empezó a mamar como una lactante.

La fricción que me producía en el clítoris el roce del miembro de Alejandro estaba a punto de hacerme terminar y lo único que estaba logrando era ponerme súper caliente con ganas de tener un nuevo orgasmo. En mi interior sentía tan rico cómo le palpitaba dando breves saltos bajo la presión de mis músculos vaginales, introduje dos de mis dedos en mi concha frotándome también el clítoris y empecé a moverlos, expandiendo las paredes de mi conducto vaginal.

En un momento Camila se fue a mi vagina, pensé que me haría sexo oral, pero agarro la verga de Alejandro y se la llevo a la boca, los jugos de mi vagina sumado a los líquidos preseminales de Ale le parecían un afrodisiaco exquisito que al terminar volvió a poner la punta de la verga en mi entrada para que él volviera a su ritmo.

Cuando los labios de Alejandro se apropiaron de mi cuello, perdí el control y aceleré el ritmo con el que me empalaba en su fierro, hasta que por fin pude venirme. Mi cuerpo se tensó como nunca y comencé a gemir, jadear como loca, fue un orgasmo largo y delicioso.

Al salirme de esa posición rápidamente Camila tomo mi lugar, pero ahora estaba sentada sobre Alejandro, igualmente solo bajo hacia su miembro y se lo enterró sin mayor impedimento y comenzó a moverse de arriba abajo

Mientras los observaba Camila se veía intensamente sus gemidos y gritos… ooohh aahhh, ahh ahhh ohhhm. ella gemía y decía “yaa yaa, no aguanto… no puedo no puedo, no aguanto, ohhh ahhh, … me haces venirme, siii me vengo, estoy acabando y de pronto sus fluidos salían disparados, ohhh ohhh ahhh uumm ahhh, con su respiración entrecortada y jadeando de gozo…

Alejandro nos puso sentada en la cama frente a él de pie, y comenzó a jalársela deliciosamente, mientras metía la cabeza de su miembro en nuestras bocas, hasta que se comenzó a venir lanzando grandes chorros de semen que nos disparaba a la boca, cara, cabello de ambas. Así quedamos los 3 tendidos y exhausto en la cama hasta que todos nos fuimos a la ducha.

No he vuelto a ver a Alejandro aunque lo tengo en mis redes de contacto, y tal vez nuevamente cuando mis deseos sean incontrolables lo vuelva a llamar.

FIN.-

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