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Hasta que pasó lo impensable, desde hace 10 años (aproximadamente) me diagnosticaron con varicocele, empecé a sentir una molestia en mis genitales, no contento con eso me diagnosticaron también un quiste acuoso en el epidídimo, inicialmente alarmante pero después me di cuenta que no es algo peligroso, es más delicado el varicocele; el asunto es que uno no deja de pensar en que pueda pasar algo erótico entre exámenes y revisiones, pero justo hasta hace unos días eso cambió.
Al inicio iba cada año, me prescribían una ecografía de control
y algunas veces me remitían con urólogo, por fortuna no pasaba a mayores, hasta
que llegó la pandemia y dejé de hacerme controles tan seguidos, el año pasado
me hice la última ecografía y este año ya tenía la orden, había aplazado el examen
3 veces hasta que logré asistir a la cita, luego como es habitual, debía ir a
revisión con médico general, maliciosamente siempre pido cita en mi Eps con un
médico hombre.
Fui en pantaloneta para estar más cómodo (y por si pasaba algo más),
el médico me hizo la pregunta inicial: cuéntame a qué vienes... Y le comento
sobre el resultado del examen, que aparentemente ya no tengo varicocele, pero
me salió otro quiste, me dijo unas cuantas palabras para luego indicarme que me
acostara en la camilla para revisarme, cerró la puerta que daba al balcón que
daba a la calle, mi corazón estaba a mil, me pidió que me bajara la pantaloneta
y ahí quedé al descubierto.
Quise hacer este relato porque no sé si confundí la situación,
pero lo que sucedió fue bastante excitante, el empezó a palpar la base de mis
testículos, siento que me tocaba de cierta forma para lograr estimular mi pene,
era la primer vez que me examinaban así, ni siquiera así lo había hecho ninguno
de los urólogos que en su momento me revisaron, recorría todo mi testículo, le
indiqué que siempre he sido muy sensible y me duelen con facilidad, pero él no
me ocasionó esa molestia, sabía cómo tocar y buscar los quistes en cuestión;
sentí que ese momento se hizo largo, a la espera de que sucediera algo más,
luego empezó a halar la base central de los testículos, mi pene ya se empezaba
a llenar de sangre con esa maniobra sospechosa que él estaba haciendo, yo
dispuesto a que se pusiera firme y diera paso a algo más, me hizo toser
mientras halaba más, eso hizo que se pusiera más duro, seguía tocando los
testículos y yo expectante de que en algún momento me tocara la verga así fuera
para revisar algo, lo que sea que el pensara adecuado observar.
Ahora me pidió ponerme de pie, yo con mi verga recta afuera de pie
en el consultorio, pero quería que estuviera parado en el último escalón de la
escalera, así mi verga quedaba casi frente a su cara, siguió tocando y yo entre
ansioso y nervioso esperando que pasara algo más, no sabía si hacer o decir
algo para romper la última capa de hielo, pero no sabía siquiera si se había
empezado a romper y simplemente eran ideas mías asociadas a una fantasía
mientras el seguía meneando mi verga estimulada y tocando mis testículos.
Lastimosamente para mí, espero que también para él, el examen
finalizó, me indicó que me cubriera nuevamente y procedió con el resto de la
rutina: tomar el peso, la presión y la estatura. Pasamos nuevamente al
escritorio, yo con esa sensación de nervios y excitación, terminé yendo a casa
a finalizar con una semana de pajas por cortesía del médico, el cual espero encontrarme
en otras ocasiones.
Si alguien ha vivido una experiencia similar ojalá me indicara
que fue lo que sucedió, no sé si fue una extensión de mi fantasía o si el
realmente quiso provocar en mi esa excitación, si algún médico lo puede
constatar sería genial, espero que haya sido de tu agrado este relato, el cual
es totalmente real y la primera vez que comparto un escrito.