Guía Cereza
Publicado hace 1 semana Categoría: Gay 740 Vistas
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Ya ha pasado tiempo desde la primer vez que publiqué un relato por acá y también de mis primeras veces teniendo sexo con hombres, pero aquí vamos de nuevo...

Por motivos de la vida emigré a Australia donde actualmente resido, y acá he tenido la oportunidad de darle un poco más de rienda suelta a mi vida fetichista con mayor libertad. Siempre había considerado la idea de travestirme y sentirme femenino, me agrada mucho la idea de convertirme en una mujer así sea por un par de horas mientras estoy con otro hombre. Estando aún en Colombia yo a veces depilaba mi cuerpo para sentir mi piel tersa y sentirme más femenina, más aún al llegar acá pude empezar a comprar lencería y accesorios para meterme más en mi fetiche.

En la ciudad donde resido existen varios lugares para hacer cruising, estos están ubicados normalmente en ciertas tiendas para adultos donde tienen un local anexo bien sea con salas (más bien son cuartos) de cine o glory holes. Un día yo estaba con unas enormes ganas de comprar un consolador para empezar a jugar con el y así poder dilatar mi huequito para que en un futuro cercano pudieran penetrarme vergas jugosas de verdad, al realizar la compra le pregunto al cajero sobre el cine y me dice que normalmente solo asisten hombres y en las salas se proyecta pornografía a lo que yo le digo que quisiera comprar un boleto. Me vende el boleto por 15 dólares y procedo a bajar las escaleras del sex shop en dirección al cine, en mis manos tenía la bolsa con mi nuevo consolador, y debajo de mi ropa varonil yo llevaba puesto unas medias veladas en liguero y un panti que había comprado días antes.

Al entrar en el cine me percato que consiste en cuatro cuartos donde en cada uno tiene un cierto número de sofás y se proyecta pornografía de diferentes categorías; heterosexual, gay y transexual. Y en todos los cuartos había unos cuantos hombres maduros principalmente masturbándose mostrando sus penes, unos sentados en los sofás y otros de pie pero todos se percatan de la persona nueva en ingresar al cine.

Nervioso y sin saber bien que hacer voy a la sala de pornografía transexual, en mi mente pensaba si yo al estar con lencería femenina podría gustarle más a los hombres que estuvieran allí más aún no me atrevía a desnudarme o hacer gran contacto visual con los pocos hombres que allí había, hasta que me decidí y me quité el pantalón y me hice el panti para un lado descubriendo mi pene y empezando a masturbarlo, poco a poco fui entrando en calor y en confianza, y los hombres que entraban y salían de la sala veían masturbarme con mis medias en liguero y mi panti, unos me sonreían y otros me tocaban un poco y seguían su camino, yo ardía en éxtasis con cada mirada y cada toqueteo que me daban.

Al querer más decido moverme de sala a donde se proyectaba pornografía gay, y en la parte trasera del cuarto había un hombre de unos 50-60 años con ropas de obrero (camisetas o chaquetas de colores visibles), el se estaba masturbando y tenía un pene muy grueso y grande, de unos 18cm pero de un grosor que jamás había tenido en mis manos, me acerco a él y le pregunto si me podía sentar a su lado a lo que el asiente y yo procedo. Me quedo perplejo viendo su hermoso pene y le pregunto si puedo tocarlo a lo que el me da su aprobación y empiezo a masturbarlo; era un pene cálido y mi mano no era lo suficientemente grande para rodearlo, mi corazón estalla en emoción y yo me contenía las ganas de llevarme ese tallo hermoso a la boca pero seguía masturbándolo y con mi otra mano acariciando su cuerpo, que por favor que rico estaba ese señor. No me puedo contener y me quito el pantalón descubriendo nuevamente mi feminidad interior a lo que el empieza a acariciar mis nalgas. Me decido y me llevo ese pene a la boca; ERA ENORME, no me cabía pero yo quería sentir todo ese tallo dentro de mi garganta, poco a poco sentía un delicioso sabor salado de su precum y sus gemidos de placer, el me pedía que con mis manos apretara sus tetillas cosa que con gusto hacía mientras seguía mamando, cuando le dije que quería su semen el empezó a masturbarse con velocidad y sentí un delicioso líquido cálido y viscoso salpicar mi rostro, su semen lo tenía en mi cara y yo no podía contener mi excitación. El me agradece la experiencia, se viste y se despide más yo quería más.

No me quise limpiar la cara y esta vez sin ponerme el pantalón camino a buscar el siguiente pene al cual complacer, y en la sala de pornografía heterosexual había un hombre maduro que lucía como Santa Claus, gordito, maduro con barba y pelaje ya canoso, se estaba masturbando y yo con mi corazón a mil me acerco y le pregunto si quiere que le haga un buen sexo oral. El al verme con la cara con semen de otro hombre me dice que no pero cambia de opinión rápidamente y de nuevo empiezo mi faena, yo quería tener otra eyaculación en mi rostro cosa que logré con rapidez pero el se vino en mi boca y no pude tener ambas corridas juntas en mi cara.

Quería encontrar una tercer persona a quien hacerle mi masaje bucal pero ya no había más personajes interesantes a lo que decidí masturbarme para terminar con mi calentura e irme de ahí.

Más nunca me limpié el semen en mi cara el cual se secó y se hizo poco visible.

Espero la hayan disfrutado.

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