Guía Cereza
Publicado hace 6 días Categoría: Gay 1K Vistas
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Esto fue hace aproximadamente dos años, recién había llegado de vivir en el extranjero a mi bella ciudad natal Medellín, y buscando opciones de ropa interior vi que habían varias opciones, estuve analizando los diseños y detalles que fueran obviamente de mi gusto.

Como dos o tres las adquirí en centros comerciales, lo normal, vas ubicas tu talla y todo bien, esa ventaja tiene esta ciudad que te ofrece, al menos en ese tipo de productos, algo de variedad y también satisfacción del fetiche, porque algo que me prende bien chimba, es la ropa interior de hombre.

Sé que hay muchos que les trama la lencería, la ropa interior de mujer usada por hombres o las tangas, a mi me pone a mil ver un buen paquete en unos boxer o brief blancos, eso es delicioso, y de paso ver como se forma ese culito en la tela, ufff.

El caso es que una marca que contacté me quedaba algo lejos, pero me podía atender en su apartamento, lo hizo de manera cordial y no le vi malicia, ya que me estaba dando la opción y de verdad estaba algo retirado, al ver esta oportunidad pues no me negué y la cosa quedó así.

Pasaron unas semanas y me acordé de la conversación, para nuestra conicidencia, el man me podía atender ese día y yo estaba por esos lados en mi carro, le comenté que si podía terminar de hacer una dligencia y luego me acercaba, sin problema me brindó los datos y quedó a la espera de mi llegada.

Llegué, era una unidad, me anuncié e ingresé sin inconveniente, luego en el ascensor pensando si no me iba a decepcionar con lo que me iban a mostrar en realidad. Toqué la puerta y el man me abrió, formal me invitó a pasar, me preguntó que tal me fue y empezamos a conversar, a ponerle rostro a la conversación que pasó de chat a realidad.

El man tenía por ahí 38 años le pongo, contextura medio gruesita, un poco mas bajo que yo (mido 1,82), vestia medio formal creo, camisa manga larga de cuadros remangada, jeans clásicos y tenis, olia rico a loción suave, con una sonrisa simpática pero no maliciosa ni nada, simplemente amable como muchas personas que te topas en esta ciudad.

Ya tenía listos unos diseños, yo le había indicado la talla que regularmente usaba, me brindó algo de tomar y creo que le recibí agua, me dio un poco de desconfianza porque ya sabemos de historias que no terminan muy bien, sin embargo el se veia serio, tranquilo y sin visajes raros, empecé a ver los diseños y me llamaron la atención los blancos como cosa rara, a lo que el me dice que si me los quiero probar no hay inconveniente.

En ese momemto me dió algo de malicia, por ende dije que sí, me indicó el baño y ahí pude cambiarme, ya con la mente un poco dañada le quería mostrar, pero también frenandome de que no se me fuera a poner la verga dura, a lo que el de afuera me pregunta "¿Qué tal, cómo lo sentís?", yo le contesto que bien, me gusta, que si le puedo mostrar, el me contesta que si, a lo que abro la puerta y me dice que se ve bien, bueno hablando ahí detalles y yo tratando de contenerme pero con la adrenalina ya alborotando mi cuerpo.

Vuelvo a cerrar para cambiarme y me dice que si quiero probar otro, entonces yo me animo y le digo que si, entreabro la puerta y se lo recibo, porque obviamente estaba desnudo y creo que el no me alcanzó a ver, me lo pongo normal y otra vez le muestro, igual me dice que bien, lo mismo que con el anterior. Yo, para mover la cosa le pregunto "¿Usted usa de estos también?, entonces el me dice que claro que si, yo le digo "Muestre", entonces el llega y se sube la camiseta, se desabrocha el cinturón, suelta el boton y baja el cierre, deja ver que tiene un interior blanco, ya no me pude aguantar y sentí que la verga se me llenó de sangre, las bolas me hicieron cosquillas, para colmo yo lubrico como manguera lo cual se nota a kilómetros.

El se da cuenta, ya se me empezaba a ver la mancha de precum, me trajo unos pañitos, me dijo que hagale fresco, eso es normal, sacó uno y se ofreció a ayudarme, entonces saqué la verga y el me la agarró pidiendo permiso, la empezó a limpiar suavemente, me bajaba el prepusio y acariciaba gentilmente mi glande, con muy poco éxito ya que no paraba de salir la baba de la felicidad, por lo que noté que a el también se le agrandó el bulto, entonces le pregunté si también lubricaba, me dijo que no tanto pero que si, que también, y la va sacando para mostrarme.

Se veia que estaba mojando desde hace rato, pero el prepucio no dejaba salir todo el precum, tenia esa cabeza toda babosa, entonces también se limpió con un pañito, se giró un poco y yo que le voy viendo ese culito redondo, no me aguanté y le mandé la mano, el no se opuso, por el contrario me agarró la verga, ya con ganas de limpiarla pero con la lengua, y se pegó a succionar mi lubricante natural, se saboreaba y volvia y se pegaba, yo empecé a explorar ese culazo, el lo paraba como si estuviera en celo, los dos sabíamos que era lo que yo debía encontrar.

Entonces lo paré y lo besé, sabía a mi verga y eso me dió morbo, le toque el lubricante de el y nos saboreamos los dedos con tremendo morbo, luego lo fui volteando y le empecé a puntear el ano, el ambiente estaba re prendido, y poco a poco le fui metiendo la verga, creo que mi lubricada ayudó a que se le fuera la punta, por lo que lo puse en cuatro y le chupé un rato el culo, el man empezó a gemir pidiendo verga, entonces ahí si se la metí toda, mientras le voleaba paja le daba chimbo de lo lindo, estabamos llenos de morbo y deseo, nos fuimos para una cama no se como y allá en pollo asado lo terminé de cuadrar, mientras nos dábamos lengua, hasta que terminamos juntos, que rato mas chimba.

Despues del debido descanso con microsiesta, siguieron los negocios jajaja, por ende me llevé mis dos prendas llenas de lubricante por las cuales estoy compartiendo esta historia, porque hoy al ponerme una de ellas sentí el deseo y la necesidad de escribir esto seguido de una paja, recordando tan morboso momento y con ganas de ir nuevamente a visitar al man.

Espero sea de tu agrado y me lo hagas saber, o si también a alguien le ha pasado algo similar me cuenta jajaja, hasta la próxima.

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