CUMPLEAÑOS

Desperté algo tarde esa mañana de sábado y mire mi teléfono que me recordaba del cumpleaños de maría Alejandra mi hermosa amiga de toda la vida, mujer de una belleza sobresaliente, profesional académica y de buen estrato socio económico, le envié el muy común “feliz cumpleaños” que tenia el teléfono como un recordatorio estándar, pero sentí que no era suficiente para nuestra gran amistad y me puse en la tarea de elaborar un pequeño mensaje más personalizado y se lo envié directamente al su Whatsapp.

Mi esposa que se había levantado un poco antes entra en la habitación llevando una taza de oloroso café que me ofreció con los buenos días. Le recordé del cumpleaños de nuestra amiga y le propuse darle una sorpresa, a los cual decidimos visitarla y llevarle plato de comida italiana que era si favorita. Nos organizamos y vi que no había leído mi mensaje, me pareció extraño pero a lo mejor estaba descansando. Era su día de descanso. Le marque y después de replicar varias veces contesto con voz soñolienta y me dijo que gracias por despertarla, que se había acostado de madrugada ya que se había quedado celebrando su cumpleaños con los compañeros de oficina la noche anterior. Le conté lo que mi esposa y yo habíamos planeado y no le disgusto la idea pero nos pidió tiempo para organizarse.

Aprovechamos ese tiempo y fuimos directamente al centro comercial cerca a nuestra unidad y solicitamos la carta y nos decidimos por pedir para llevar tres porciones de carpaccio tratando de acertar el gusto de maría Alejandra, de paso compramos una botella de vino tinto y un pequeño pastel y su respectiva vela. Al mirar la hora nos asombramos de lo rápido que había pasado el tiempo; ya eran las 12 y 40 de la tarde, llegamos a su unidad, nos anunciamos, al llegar a su apartamento nos esperaba maría Alejandra en ropa muy informal pero que no le restaba belleza, una sencilla blusa y unos cortos short que dejaban ver unas hermosas y torneadas piernas, nos recibe con una gran sonrisa pidiendo disculpas por su facha.

Mi esposa acomoda la comida en  la mesa del comedor y nos dispusimos a consumirla, con una copa de vino y apagada de vela y cantada de cumpleaños. Nos dirigimos a la sala y maría Alejandra aparece con una botella de un desconocido licor, dulce y fuerte al tomar pero deja un amargo en la boca.

María Alejandra estaba sola, hacia un año largo había enviudado, su esposo Felipe gran amigo sufrió u infarto repentino y fatal y su hija Camila desde hacía dos mese estaba estudiando en el extranjero, siempre maría Alejandra y Felipe habían vivido una vida de mucha libertad y confianza nada apegados a las normas conservadoras de nuestra sociedad, disfrutaba de una libertad sexual compartida.

Ese licor de verdad estaba muy fuerte, yo lo sentía y mi esposa poco enseñada a tomar ya estaba completamente embriagada. Sonó el teléfono y era de la portería anunciándole un visitante y maría Alejandra se lleva las manos a la cabeza expresando” hay marica llego mi regalo y no recordaba” mi esposa y yo no comprendimos, maría Alejandra abre la puerta e ingresa un adonis, un hombre físicamente cuasi perfecto, no llegaba a los 30 años, moreno claro, atlético y vestido muy deportivamente. Nos dijo que era un masajista y que ese era el regalo que ella se quería dar, el joven ingresa y al ver los restos de comida y torta pregunta que están celebrando y maría Alejandra le dice que esta de cumpleaños y en broma le dice que por eso no le podía cobrar el servicio, a lo que el joven sonriendo le dice que nos posible, entonces maría Alejandra le propone que haga un dos por uno, o sea dos masajes por el precio de uno y mira a mis esposa con una perversa sonrisa incluyéndola en el negocio sin consultarla, eso nos sorprendió y mas sorpresa cuando el joven acepto, mi esposa ya estaba sonrosada por el efecto del licor, cambio de color a pálido, y no supo que decir.

María Alejandra ingresa a su habitación con el joven que traía un pequeño maletín con los productos para realizar su tarea, cierran la puerta y mi esposa y yo aun sin salir de la sorpresa nos quedamos esperando el desenlace mientras terminábamos la botella de aquel desconocido licor. Le digo a mi esposa que si lo desea no tengo inconveniente de que se deje dar un masaje y ella siempre recatada negaba en silencio con la cabeza pero no con los ojos.

Después de una muy larga hora se abre la pieza de la habitación y sale maría Alejandra sonriente y satisfecha y le dice a mi esposa “te están esperando” y si quieres el masaje es con final feliz. Yo estaba muy excitado con la sola idea de que aquel joven masajeara a mi bella esposa, pero con temor al final feliz. María Alejandra y yo le insistimos que entrara en la habitación y yo le dije que ella decidía el final. Aun no pronuncio palabra alguna pero se levanto y se dirigió a la habitación, pienso que el licor que había ingerido le ayudo a tomar la decisión, le dije que dejara la puerta abierta y así lo hizo; pude ver con detalle desde el principio al fin del masaje. Le pidió que se desvistiera y se quedara solo en tangas, dejando al descubierto los aun hermosos pechos y se acostó boca abajo en la cama, el joven comienza aplicándole crema en la espalda y distribuyéndola suavemente con sus manos a medida que bajaba hacia su cadera y piernas, en algún momento bajo un poco su tanga para masajear sus nalgas e introducía sus manos entre sus piernas y llego a sus pies y masajeo su planta y sus dedos. Luego le murmuro algo y mi esposa se voltea y que acostada sobre su espalda exhibiendo sus pechos que rápidamente fueron objeto de esas manos expertas, luego su vientre, su pubis y sus piernas, ahora pude ver el rostro de mi esposa que mordía sus labios como en las películas de porno y daba pequeños gemidos de placer. Ella murmuro algo al oído del joven y este sonrió e inmediatamente se dirigió a la puerta y la cerro de golpe. Mi corazón casi estalla y sentí la mirada perversa y muy picara de maría Alejandra. Sin embargo solo espere y desee que ese final fuera realmente un final feliz para mi esposa.