Tengo un negocio en el cual a veces contratamos gente eventual para ayudarnos en algunas actividades. Hace algunos meses llegó un chico de 30 años, moreno claro, como de 1.70m de estatura, complexión normal, pero unas piernas y unas nalgas bastante carnosas. Él es bastante amable y amigable.

Un día teníamos que subir algunas cajas a un segundo piso; varios ayudamos con esto. Él en especial subía una más en cada vuelta; en una de esas, al momento de agacharse para tomar las cajas, se le rompió el pantalón por la parte de atrás, mostrando su ropa interior y un poco de carne. Usaba trusas pequeñas en color gris; al momento de levantarse, no puede dejar de observar sus enormes nalgas en esa ropa interior.

Al querer ver qué tan roto estaba y entre que se agachaba y se acomodaba el pantalón, terminó por romperse más. La verdad, a mí la situación me tenía entre entretenido y emocionado, si saben a qué tipo de emoción me refiero.

En el trabajo tenemos algunos overoles de trabajo, así que lo acompañé para darle uno; sin pensarlo, se empezó a cambiar frente a mí. No pude no mirar ese bulto que en esas trusas se le veía bastante marcado; claramente se veía cuáles eran sus huevos y cuál era su miembro. Esa imagen me encantó y me prendió más de lo que ya estaba.

Le dije que esos calzones le quedaban muy ajustados, que a quién se los había robado. Él, con una sonrisa nerviosa, me dijo que si eran de él. Se puso el overol, pero seguí platicando con él. También le dije que esa retaguardia que se cargaba había hecho lo de los pantalones. Creo que entendía también que le estaba coqueteando, así que también respondía cosas respecto a lo grande de sus nalgas y de sus piernas. Estuvimos hablando un poco de la ropa interior que nos gustaba usar y de la variedad de colores. Me preguntó de qué tipo llevaba puesto en ese momento, así que me desabroché el pantalón y le mostré; yo llevaba unos bóxers cortos, ajustados; con la plática se alcanzaba a notar mi erección.

Él obviamente se dio cuenta pero no dijo nada. Así quedó todo ese día, hasta el siguiente viernes. Regresé de comer y él estaba revisando su teléfono. Me quedé un rato platicando con él hasta que salió el tema del pantalón y la plática posterior que habíamos tenido. Durante ese tiempo no podía quitarme de la cabeza la plática y la escena de sus nalgas y su ropa interior asomándose por su pantalón.

Empecé a tratar de iniciar una plática candente, sobre si tenía novia, lo cual resultó que no, sobre qué hacía los fines de semana y ese tipo de cosas. Por alguna extraña razón, empezamos a platicar de películas y de porno. Me dijo que le gustaba verlo, pero que no lo hacía muy seguido, que a él le gustaba mucho verlo en pantalla normal y no en el celular.

Creo que ya es mucho texto; les cuento en qué terminó esto en otra experiencia.