Guía Cereza
Publicado hace 1 semana Categoría: Hetero: General 569 Vistas
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Algunos ya sabrán que mi viaje con mi preñador (aunque me preñó antes del supuesto viaje preñatorio) se dilató un poco, pero pues bueno, ya fui y regresé con mi marido el cornudo, y esto fue lo que pasó:

Se llama Richi, tiene 24, es colombiano (acá una acaba follamdo con colombianos sí o sí), y lo contactamos por tener cierto parecido físico con mi marido, pues al final no podría tener un hijo mulato como era mi sueño de que un negro vergón me preñara trillisos. Pero bueno, nada en esta vida sale como una lo quiere. Enfin, que me fui con Richi 4 días de viaje a una playa paradisiaca y rústica donde una va a follar, comer, tomar, fumar mariguana, y si acaso nadar y tomar un poco de sol si las demás actividades lo permiten.

Los momentos copulatorios que vivimos esos 4 días fueron a la vista de todos. Los pocos turistas que había, unos en carpa de campaña y otros rentando habitación, conocían de sobra nuestra situación porque yo misma se los iba comentando cuando intercambiábamos conversación con alguna otra pareja: Que íbamos a follar esperando el inminente fin del mundo, y que mi marido es un cornudo. No, obvio no les dije lo del bebé. Eso ni Richi lo sabrá nunca. Pronto regresará a su amada Colombia y no sabrá que acá dejó un bebé que yo sabré querer, adorar, y cuidar.

Para la tarde del martes que llegamos ya nuestros inmediatos "vecinos" nos llamaban "la mexicana" y el "colombiano" y pues sí, se sacaban un poco de onda por nuestra abierta y exhibicionista de tocarnos a cada momento que se presentaba.

La primera noche se nos hizo exitante pasarlo en la carpa y no en la cabaña pues así nos oirían cojer y no crean que no, se me hacía exitante la posibilidad de follarme a dos surfistas australianos que no quitaban la mirada de mi culo y que tenía ideado follarme si no a los tres juntos (too much), al menos sí a los dos mientras Richi podía ir a comer y cargar más leche para mi más al rato.

Eso pasó la segunda noche. Los chicos (Tom y Gustave) se nos acercaron para conversar y nos ofrecieron de fumar. Yo dudé un poco pues la yerba me pone MUY cachonda y cuando fumo generalmente acabo follando como lunática sin importar mucho con quien.

Richi andaba celoso y me hablaba en español preguntando si me los follaría. Yo le dije "Cómo crees, a poco me ves tan puta?", pero la verdad es que las obvias erecciones de los australianos pues me tenían ya 'flojita y cooperando' (como decimos en México).

Siguieron tomando, yo simulaba beber mucho pero la verdad muy poco, motivando a que Richi se emborrachara y me dejara cancha libre para retar a los australianos a un combate cuerpo a cuerpo sin límite de tiempo. Eran como las 2am cuando Richi cayó en brazos de Morfeo después de vomitar no sé qué sustancia multicolor a la entrada de nuestra carpa.

– Creo que vas a tener que dormir con nosotros, me dijeron los atrevidos. Allí huele a vómito de tu novio.

– No es mi novio, es un simple follamigo, les dije directo, mi marido está en Sydney.

Cruzaron miradas entre ellos y me preguntaron en tono morboso si era casada y si mi marido no decía nada. Allí les expliqué lo de mi marido y lo mío y ellos pusieron cara de estupor.

– O sea que tú puedes follar con quien quieras e incluso viajar con follamigos sin que tu marido tenga problema?

– Sí, básicamente, les contesté mientras Tom ya me sobaba el muslo y yo subía mis pies y los acomodaba sobre los muslos de Gustave.

– Y son así todas las mexicanas? Así como tú?, preguntó Gustave tomándome de la mano y llevándosela a su paquete que ya el pobresito rogaba por ser liberado.

– No sé si todas, pero al menos sí la mayoría de las que yo conozco qué tienen más o menos mi edad.

La luz de nuestra fogata nos iluminaba bien a los tres y lo que nos rodeaba era oscuridad, o sea que si había alguien por ahí obvio que tendría una vista privilegiada (incluyendo Richi) de lo que estaba por ocurrir entre una chica de 21 y dos sementales australianos surfistas de 26. Yo ya estaba literalmente goteando, lista para el apareamiento. Como leyendo mis pensamientos, Tom se sacó el miembro y se paseaba frente a mi cara con la verga meciéndosea centímetros de mi cara. Yo estaba re cachonda, pero todavía un poco temerosa. Sabía que estaba por vivir una experiencia fenomenal a 500 kms de mi marido y con la panza ya cargada de un bebé. Gustave ya pasaba sus dedos por entre mis ingles notando mi humedad. Mi vista estaba en trance viendo esa verga maravillosa llena de venas y goteando por el glande. Me la metí a la boca de un bocado, la sentí palpitar mientras sentía el dulcesito sabor del líquido pre-seminal. Me la metí hasta la garganta. No tenía mucha saliva por la fumada pero me las arreglé para empezar a salivar y chupársela como campeona. Sentí que Gustav quitaba mis piernas de él para incorporarse y poner su verga junto a la de Tom. Empecé a alternar entre las dos a gran velocidad, sentía hilos de saliva por toda mi cara con ojos llorosos. Me pareció ver algo saliendo de la carpa y era Richi acomodándose sobre la carpa, sacarse el miembro y empezar a jalársela. Pero se veía que le costaba trabajo enfocar y no quedarse dormido de borracho. Tom me incorporó y me besó (no le importó que un segundo antes tenía la verga de su amigo en la cara) mientras Gustav desde atrás me bajaba el short y la tanga y me paseaba el glande por mis nalgas y parte trasera de las piernas.

Esto ya estaba fuera de control y estaba próxima a aparearme con dos surfistas desconocidos (el sueño de toda chica). Volteé hacia alrededor pero la oscuridad no me dejaba ver si teníamos audiencia o sólo era Richi que luchaba por mantener su ereccion y mantenerse despierto viendo cómo me comían. Casi al unísono Tom se puso de rodillas y me empezó a chupar el coño con desesperación mientras Gustav hacia lo propio con mi culo. Era la primera vez que dos chicos me chupaban al tiempo por los dos lados. Volteé a ver a Richi y el pobre seguía con los ojos desorbitados viendo una escena de total perversión frente a sus ojos. Me zafé de ambos y fui a ver a Richi. Me hinqué frente a él y le pedí me disculpara pero que al día siguiente me resarciría con él. Lo besé en los labios y le dije a los chicos que nos fuéramos a su carpa. Así, prácticamente desnuda (sólo me quedaba la playera de tirantes como vestimenta) caminamos unos 30 metros hacia su carpa. En el camino escuchamos dos voces femeninas diciendo algo sobre nosotros pero no me importó.

Su carpa era un desastre, llena de arena y bultos de ropa por doquier pero era lo suficientemente amplia para retosar entre los tres. Nunca encontraron sus linternas o celulares y así me empezaron a dar en total oscuridad. Copulamos hasta el amanecer, nunca supe qué verga tenía clavada en el coño y cuál en la boca. Lo único sabía era que yo estaba convertida en un carrusel donde me follaba con uno y se la chupaba al otro, o uno me follaba a mi mientras el otro me violaba la boca.

En esos momentos me sentí un animal sexual, fumada, en total oscuridad con dos chicos partiéndome a la mitad y el ruido de las olas del mar no tan lejos, me tenían en un trance casi místico. Si mi marido me viera ahorita me divorcia, sin duda, no importa lo liberal que pueda ser. La leche empezó a brotar, ni idea de quien de los dos pero me sentía mojada por todos lados, pasé mi mano por mis nalgas para recoger la leche y me la unté en cara y tetas. Estaba fuera de mi pero en esos momentos sólo me interesaba que me clavara más adentro y en eso intentaba jalarlo para que llegara más adentro. Alguien buscó mi boca para besarme y yo lo besé a él. Quien sea que haya sido no le importó saborear la leche del amigo. Cosa rara, en los tríos qué he hecho normalmente los chicos son tímidos para besarme cuando ya se la chupé a los dos, pero a este par no les importó y a mi me encantó. El que me estaba cojiendo empezó a bufar que se venía y queriéndose salir (todo un caballero) yo se lo impedí y lo jalé con todas mis fuerzas para incrustarlo bien en mi. Sus lechasos fueron hermosos y abundantes, sino hubiera ya estado preñada, este seguro me preña y le doy un chico rubio de nieto a mis padres quienes no se lo tomarían a bien.

El eyaculador se quedó pasmado e inerte dentro de mí, yo sentí su enorme peso ahorita y lo empujé para que se bajara de mi, su peso no me dejaba respirar y yo tenia que recuperar el aliento. Nos quedamos así varios minutos, yo incrédula de lo que acababa de hacer pero al mismo tiempo consciente de la hermosura de lo vivido.

Alguien se acurrucó al lado mío y me empezó a besar dulcemente, se subió en mi con delicadeza cuidando de no dejar su peso sobre mí, y su glande otra vez erecto empezó a buscar mi entrada vaginal totalmente empapada en leche del otro que ya oía roncar al lado mío. Me empezó a bombear despacio mientras sentía como su verga seguía hinchándose dentro mío.

– Who are you?, le pregunté a mi cojedor del momento. Gustav, respondió mientras me empezó a meter su lengua en mi boca y yo le correspondí.

– Se siente muy mojado, me dijo Gustav. Es la leche de Tom, le respondí.

– Eres una zorra (you're a slut), me dijo. Sí, le contesté, pero cállate y cojeme más duro.

Esta vez no fue tan pasional ni tan sucio pero me encantó hacerlo venir ahora a él dentro mío.

Todavía lo volví a hacer una vez más con Tom antes del amanecer y lo terminamos ya entrado bien el amanecer.

A medio día nos despertó el calor dentro de la carpa. Desperté llena de sudor y toda pegajosa de semen y saliva. Mi short no estaba, mi playera de tirantes apareció fuera de la carpa. Tom me prestó un short y así, sucia de dos machos, regresé a la carpa donde Richi no estaba. Entré a la cabaña y me vio con ojos de odio dándose cuenta que ese short no era mio ni era de chica, qué era de alguno de los dos surfistas.

Fui a las duchas a limpiarme con mucho jabón el cuerpo y la moral. Salí con el cabello empapado dispuesta a resarcirme con el padre de mi hijo. El resto de los tres días lo dejé follarme todo lo que quiso y llenarme de leche a su antojo. Que si volví a estar con los dos surfistas? No, hubo ofrecimientos para ya no lo quise hacer. El resto de las vacaciones me aboqué a disfrutar del padre de mi hijo como si fuera mi marido.

A nuestro regreso a Sydney me despedí de él definitivamente. Se le mojaron los ojos y eso me hizo sentir muy mal, pero qué le voy a hacer, soy una mujer casada y tengo que regresar a mi lecho matrimonial qué es donde pertenezco.

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🍒 Pregunta Cereza

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