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Hola a todos, aquí estoy nuevamente para contarles una divertida experiencia que ocurrió hace un par de días.
Unos meses atrás, me contactó un chico por medio de una aplicación. Al principio solo le respondía los mensajes por respeto pero con el paso de los días me empezó a agradar poco a poco. El chico al que llamaré Thiago para no revelar su nombre real, tenía 20 años, de rol pasivo como yo, y con un ferviente deseo de convertirse en un sumiso en castidad, me buscó porque cumplía con lo que él buscaba y me veía como su maestro. Para no alagar tanto el contexto, les diré que con el tiempo accedí a que nos conociéramos en persona puesto que no vivíamos muy lejos uno del otro, y nos llevamos muy bien, por lo que en ocasiones nos reunimos en mi casa para ayudarlo con su "entrenamiento" de sumiso. Él compró su primera jaula de castidad por prisas y como era de esperar, era un modelo feo y le quedaba grande, por lo que decidí obsequiarle una de las mías que ya no uso. Era una jaula negra modelo cobra de resina que le quedó muy bonita y contrastaba con su cuerpo delgado pero atlético. Thiago mide 1.80 mts, 60kg, piel blanca, cabello corto, ojos negros, de rostro atractivo, labios rosados, con un pene erecto de 16cm ahora protegido dentro de una jaula, y un culito que aunque no tenga mucho uso, tiene el potencial para convertirse en todo un tragoncito. Su primera vez fue con un hombre maduro que conoció en una aplicación que lo llevó a un motel y le arrebató la virginidad, después de eso tuvo un par de encuentros más y descubrió que ama ser usado por otros hombres. En nuestras reuniones, he probado su pequeño ano rosado y lampiño con algunos de mis juguetes y poco a poco ha aumentado su nivel hasta darle su primer orgasmo anal.
Regresando al asunto en cuestión, hace un par de días quedamos de vernos para jugar un rato. Ese día él no tenía clases en la universidad y yo estaba libre, pues los miércoles suelen ser días aburridos y con poco qué hacer. Le escribí para decirle que nos viéramos cerca de un centro comercial que le quedaba cerca a él, y de una vez aprovechaba para comprar un par de cosas que necesito, así él me acompañaba y después iríamos a mi casa a jugar. Después de la 1 pm llegué al lugar y empecé a buscar lo que necesitaba comprar, él me avisó que tardaría un poco más en llegar. Mientras compraba mis cosas, me llegó un mensaje a una de mis aplicaciones de sexo, era un hombre maduro de 55 años, de rol activo y según dijo, era de medellín y estaba de paso por asuntos de trabajo con un compañero. Me dijo que estaba buscando pasar un buen rato y que lo que decía en mi perfil con mis gustos en diferentes prácticas sexuales le había llamado la atención. En resumen, él y su compañero querían culiarse a un chico en castidad como yo, y cuando me envió algunas fotos suyas, me convenció casi al instante. Dijo que su compañero era similar a él, también un hombre maduro con cuerpo atlético, peludo y bien dotado. La verdad me moría de ganas de ir, en especial porque llevaba semanas sin sexo. El maduro me dijo que regresarían a medellín al día siguiente, por lo que querían divertirse ese día que les quedaba. Me preguntó si podía ir ahora mismo, pero tras una larga charla lo convencí de estar allí en dos horas. También le pregunté si aceptaría que llevara a un amigo que también usa jaula de castidad y es un pequeño pervertido, y el maduro aceptó sin pensárselo dos veces. Ahora solo quedaba convencer a mi alumno, el cual llegó unos minutos después.
Tras comentarle la situación a Thiago, pude ver un brillo en sus ojos de la excitación, pero al mismo tiempo algo de duda. Nos habíamos reunido un par de veces, pero siempre era solo para jugar entre nosotros, nunca con un tercero, o en este caso, con un cuarto hombre. Tras animarlo y quitarle sus preocupaciones, se animó y aceptó. Le dije que termináramos de comprar lo que debía y volviéramos a mi casa para prepararnos. El hombre maduro me había dado su teléfono y la dirección donde se estaban quedando. Pensaba que era en un hotel, pero resultó ser en una zona residencial de alto estrato. Luego me enteré que era una casa rentada donde se quedaban ejecutivos para tener más privacidad. Al estar en casa me quité la ropa y le pedí a Thiago hacer lo mismo para examinarlo. Le pregunté si ya se había hecho el lavado y negó con la cabeza alegando de que había estado fuera de casa desde temprano y no había podido. Eso no era ningún problema, así que le pedí que fuera a hacérselo. En el baño de mi habitación tengo una pequeña manguera flexible para los lavados, así que él obedeció. Por mi parte, abrí el baúl que tengo bajo mi cama y en un maletín empaqué un par de juguetes y cosas, algunas las dejé sobre la cama. Cuando Thiago salió del baño recién bañado y con el culo limpio y su jaula negra, le puse un pequeño collar de cadenas en el cuello, y con algo de lubricante, introduje un pequeño plug en su culito para prepararlo para lo que venía. Luego mientras él se vestía aproveché para ducharme y hacerme el lavado anal. Al salir me puse el collar de cadena más grande que tenía, un plug más grande en el culo, y un arnés de cuero negro sobre en el pecho. Me vestí con ropa ligera (Una bermuda corta, una camiseta y zapatos deportivos. Thiago vestía de forma similar. Le di el maletín que contenía algunos consoladores y otros objetos y le pedí que fuera bajando al parqueadero. Cuando salió, aproveché para llamar al maduro para decirle que íbamos en camino el cual se alegró por la noticia y me comentó un par de cosas.
El lugar indicado estaba a unos veinte minutos en auto. Thiago estaba muy emocionado, tanto que no podía ocultar la erección que tenía dentro de la jaula. Bromeamos sobre eso y seguimos con nuestro camino. Ya antes había pasado por ese sector pero esta era la primera vez que entraba. Era un lugar bastante bonito y bien cuidado. El GPS me indicaba que estaba cerca. El barrio residencial era grande y las casas también lo eran. Todas tenían un antejardín amplio, con espacio para parquear hasta dos carros. Algunas casas parecían tener dos pisos y otras solo uno. Cuando encontramos la dirección, era una casa de un solo piso, y en el antejardín había un letrero girado donde había información de la empresa que rentaba la vivienda para eventos y otras cosas. Marqué al número del maduro para informarle que estábamos cerca y lo vi asomarse por una ventana. De inmediato fue hasta el garaje y abrió la puerta para que entráramos el vehículo. Al parquear dentro del garaje pude notar la diferencia de altura, por lo que en realidad la casa sí tenía dos pisos. Antes de bajarnos observamos al hombre maduro parado en las escaleras. Usaba unas pantuflas y una pantaloneta corta. Su torso estaba desnudo con una mata de pelo blanquecino. Tal cual en las fotografías, se veía mejor en persona. Su rostro era atractivo, tenía ojos verdes, barba corta de dos semanas de tono grisáceo, cabello corto casi gris en su totalidad, brazos fuertes, y de forma nada disimulada se "rascaba" el prominente bulto.
Al bajar de la camioneta nos observa a ambos y nos agradece por haber venido con su acento paisa tan característico y se acerca para darnos la mano. Su agarre es fuerte. Nos pide que lo llamemos Amo Daniel, y a su compañero Amo Francisco. Thiago le preguntó por él y dijo que estaba fuera pero que no tardaría en llegar. En ese momento le expliqué a Thiago lo que el Amo Daniel me dijo por teléfono, su compañero estaba de cumpleaños al día siguiente y nosotros seríamos su regalo anticipado. Subimos por la escalera y contemplamos toda la casa. Era bastante agradable. Nos comentó que la empresa para la que trabaja cuando los envía a otras ciudades siempre toman casas alquiladas para tener más privacidad y comodidad. Dijo que llevaban dos semanas allí pero trabajar era lo único que habían podido hacer, y como era su último día, tenían que aprovecharlo y para eso estábamos nosotros. La casa contaba con tres habitaciones grandes, una sala amplia, una cocina algo vieja, y el piso inferior era un garaje para dos vehículos, y una bodega. Pero lo mejor de todo es que en el patio trasero había una piscina y el lugar estaba rodeado por muros de unos 8 metros de altura, y entonces comprendí el uso de estas casas. Con muros así de altos era imposible que alguien te viera y así tenías la privacidad deseada. El amo Daniel nos pidió ponernos cómodos mientras regresaba su compañero. Dejé el bolso sobre una mesa junto a la piscina. Thiago y yo nos quitamos la camisa y los zapatos. El amo Daniel nos miró y dijo que ponerse cómodos significaba quitarnos todo, y se usó como ejemplo quitándose la pantaloneta que llevaba puesta. Su miembro rebotó al salir y su tamaño era considerable. Al igual que en su pecho, había una mata de pelo en su pelvis de color grisáceo. Se recostó sobre una de las sillas playeras mirándonos mientras nos quitábamos las bermudas. Una sonrisa apareció en su cara al notar que traíamos puesta la jaula y un plug en el culo. Nos hizo un cumplido por las cadenas en el cuello y por mi arnés. Le complació ver lo preparados y dispuestos que veníamos.
Con un gesto de la mano hizo ir a Thiago con él. Lo acostó junto a él en la silla mientras empezó a acariciar su cuerpo. Yo me recosté en silla de al lado mientras los veía. El Amo Daniel agarró el collar del chico mientras sus manos tocaban su pecho, su pene enjaulado y se detenían en sus nalgas. Comenzaron a besarse intensamente. Thiago agarró la verga del Amo Daniel y el monstruo creció al instante. Medía 18 cm con un grosor considerable. Era circuncidado y la cabeza comenzó a gotear líquido preseminal. El Amo tomó la cabeza de Thiago y la hundió en su pecho peludo llevándolo a sus pezones. Thiago los chupó y mordió suavemente haciendo gemir al hombre maduro. El sol estaba sobre nosotros y el calor del mismo más la ardiente escena aumentaron mi temperatura por lo que salté de lleno a la piscina para refrescarme un poco. Desde allí pude ver que el Amo tomó a Thiago y le dio la vuelta sobre sí mismo, ahora mi amigo le estaba chupando la verga de lleno mientras el amo lamía su culito y extraía el pequeño plug que llevaba para pasar a meterlo y sacarlo mientras alternaba con sus dedos. Tras unos minutos, el amo se detuvo y se levantó. Mirándome en la piscina me dijo que también quería probarme y se metió con cuidado bajando las pequeñas escaleras. En mitad del agua me tomó de los brazos y me besó metiéndome la lengua hasta la garganta. Sus brazos me envolvían y mis piernas se cruzaron en sus caderas. Me fue llevando hasta una de las paredes de la piscina y allí aprovechó para manosear mi cuerpo. Sacó el plug que llevaba y sus dedos hurgaron mi agujero sin compasión. Al igual que mi amigo, lamí y mordí sus pezones haciéndolo gemir. Hice que levantara uno de sus brazos y lamí con deseo sus axilas. Olían limpio y al mismo tiempo a sudor masculino, un aroma embriagador. Thiago no aguantó mucho estando solo y se unió a nosotros en la piscina. El amo lo acercó a mí y nos hizo besarnos mientras nos decía lo perritas que éramos y lo mucho que nos iban a hacer gozar. Tras un minuto o dos de manoseo y besos de tres, nos arrastró hasta la esquina de la piscina donde estaban las escaleras y nos tiró allí, cayendo sobre nosotros. Agarré su pene en mis manos mientras él besaba a mi amigo. Sentí su grosor y me gustó mucho, acerqué mi cara para lamerlo y percibí su aroma viril entre su vello púbico color gris. Recuerdo que pensé: "Una verga tan hermosa como esa debe de haber estado en cientos de culos y coños".
Después de un momento nos levantamos y nos dirigimos nuevamente a las sillas playeras. El amo Daniel junto ambas sillas para caber los tres. Thiago levantó el plug que me habían sacado y me lo metió nuevamente. Nos tiramos en las sillas con el amo en medio y cada uno de nosotros a los costados. Thiago tenía su verga agarrada con fuerza y no la soltaba. Por mi parte seguí chupando uno de sus pezones como si fuera un bebé siendo amamantado. Él puso su manos sobre nuestras cabezas y las acarició con cariño como diciéndonos: "Buenos chicos", o eso quiero creer.
Cuando el sol secó nuestros cuerpos me preguntó si había traído más juguetes y le contesté con un sí. Me levanté y fui hasta el bolso. Saqué un consolador negro de 18 cm, un pequeño vibrador con forma de bala con control remoto, un consolador de doble cabeza de 30 cm (para dos personas es pequeño), un par de pinzas unidas por una pequeña cadena, y bolas chinas de color morado y un frasco de lubricante. Hizo que Thiago se levantara frente a él y me pidió ponerle las pinzas en los pezones. Él no estaba acostumbrado a eso así que mostró una pequeña queja cuando se las puse. Luego me ordenó sacar el plug de Thiago y meterle el vibrador. Thiago se puso a cuatro patas y con algo de lubricante le metí el plug sin mucho problema. El vibrador era pequeño pero potente, tenía tres niveles, leve, medio y fuerte. El amo Daniel probó cada uno de ellos y observó las reacciones de mi amigo. Empezó a hacerle preguntas tipo: "¿Quién es mi perra", y en base a lo que él contestaba le ponía un nivel u otro del vibrador. Mientras el amo se divertía con Thiago, me arrodillé para lamer sus pies. Eran grandes y masculinos, cubiertos de venas, uñas limpias y bien cuidadas. Tras unos minutos recibió un mensaje de su compañero, ya estaba llegando. Nos pidió a ambos ponernos de pie y nos ordenó que cuando su compañero llegara debíamos arrodillarnos frente a él y desearle un feliz cumpleaños.
Nos quedamos allí de pie junto a la piscina y bajo el fuerte sol. El Amo Daniel subió al primer piso desnudo para recibir a su compañero. Thiago me dijo que le estaba gustando la experiencia y me alegré de haberlo traído. Le dije que eso apenas era el comienzo. Unos minutos después bajó el amo Daniel con un hombre detrás suyo. El nuevo hombre era el Amo Francisco, era más alto que el amo Daniel, su cuerpo un poco más delgado y atlético. Su rostro era atractivo y llevaba una barba poblada oscura, y a diferencia de su amigo, él no tenía ningún rastro de canas en su cabello, barba, y como pronto vería, en ninguna parte de su cuerpo. El Amo Daniel tenía 55 años, y el Amo Francisco cumplía 50. Ambos estaban muy bien conservados para su edad. Francisco usaba una camisa blanca manga larga y una chaqueta encima, un pantalón de mezclilla negro y unos zapatos elegantes. Vamos, la típica ropa de hombre de negocios.
Al vernos una sonrisa cruzó su rostro y tanto Thiago como yo nos pusimos de rodillas y dijimos al mismo tiempo: "Feliz cumpleaños Amo Francisco". El amo Daniel habló y le dijo: "¿Qué te parece tu regalito, mi amigo? Francisco le dio una palmadita a Daniel mientras respondía que le encantaba. Después dijo que iba a ponerse cómodo. En ese momento me levanté y fui rápidamente hacia él actuando como un verdadero sumiso al tiempo que le decía: "Señor, permítame ayudarlo a desvestirse, así estará más cómodo." Francisco no dijo nada y se dejó quitar la ropa. Le saqué la chaqueta y desabotoné su camisa. Thiago se unió y le quitó los zapatos y las medias. Empecé a acariciar su espalda y Thiago bajó el cierre de su pantalón y la correa. Le bajó los pantalones dejándolo solo en calzoncillos. Acomodé la ropa tirada y la puse sobre una mesita. Entre los dos le bajamos con cuidado los calzoncillos liberando a la bestia. El torso de Francisco era casi tan peludo como el de Daniel, pero su vello corporal era negro. Sus piernas, pelvis, muslos y zona del culo eran muy peludas. Su pene estaba erecto cuando lo liberamos del calzoncillo. Medía unos 20 centímetros, pero era más delgado que el de Daniel, aún así, era hermoso y no tenía circuncisión. A pesar de estar erecto, el prepucio le cubría todo el glande. Thiago estaba hipnotizado y estuvo a punto de lanzarse para probarlo pero lo detuve. El Amo Francisco nos agradeció por ayudarlo a poner cómodo, pero dijo que primero iba a ir al baño debido a que tenía ganas de orinar. Daniel intervino y dijo que eso no era problema porque había traído dos cerditos que estaban dispuestos a disfrutar de su orina. Eso le gustó a Daniel y nos llevó hasta una de las esquinas del muro. Allí ambos nos arrodillamos mientras Francisco empezó a orinar con dificultad debido a su erección. Al final lo logró y varios chorros golpearon nuestras caras y Thiago soltó un quejido cuando uno de esos chorros le dio directo en el ojo. Yo ya lo había orinado antes, pero de forma más organizada, pero para él era la primera vez que otro hombre lo orinaba. En mi caso, era solo una de muchas veces que me meaban encima. Como cerdo que soy, disfruto sentir el líquido caliente recorriendo mi cuerpo. Abrí la boca y me tragué un poco. Su sabor era neutral. Daniel se excitó ante la escena y empezó a mearnos cuando Francisco terminó.
Al terminar de vaciar sus vejigas, gotas de orina quedaron escurriendo de sus miembros, y como buenos chicos, le indiqué a Thiago que limpiara el miembro de Daniel mientras yo hacía lo mismo con Francisco. Ambos lamimos hasta la última gota y un poco más. El pene de Francisco era delicioso, tenía un aroma y sabor exquisito. Se sentía salado con un toque a sudor por haber estado fuera. Tras uno o dos minutos de sexo oral, nos pusieron de pie y nos guiaron hacia las sillas playeras. Daniel le dijo a Francisco que se sentara y luego nos envió a nosotros a hacerle compañía mientras subió las escaleras para traer algo. Nos recostamos en las sillas tal como lo hicimos antes con Daniel. El amo Francisco abrió los brazos para abrazarnos y al hacerlo pude percibir el delicioso olor a macho que exudaba, era la mezcla perfecta entre colonia de hombre combinada con sudor dando como resultado un aroma embriagador. Sus axilas eran peludas y disfruté lamiéndolas al tiempo que se besaba con Thiago. Luego fue mi turno y sentí su lengua invadiendo mi garganta. Nos turnamos para besarlo al tiempo que lamíamos sus axilas, sus pezones y su torso con devoción, y por supuesto, Thiago tenía agarrada su verga sin soltarla en ningún momento. Cuando me liberó, aproveché para lamer sus pies, los cuales eran más pequeños que los de Daniel, con uñas limpias y bien cuidadas y con un olor exquisito. Francisco liberó a Daniel y este de inmediato fue directo a su miembro devorándolo de un bocado. Poco a poco fui subiendo por sus piernas sintiendo sus vellos hasta llegar a la cara de mi amigo quien chupaba con desesperación. Me acerqué a sus testículos y los lamí con delicadeza pasando a meterme uno a la boca con suavidad. Tras ver la escena el amo Francisco sacó su miembro de la boca de Thiago y le dijo que debía compartir y me metió la verga en la boca. Chupé delicadamente haciendo mi truco con la lengua lo que hizo que Francisco soltara varios gemidos, y como no soy envidioso, iba sacando la verga de mi boca para que Thiago también la probara y así nos fuimos turnando. En un momento, mientras mi amigo chupaba el miembro de aquel hombre peludo, mi lengua traviesa encontró otro lugar que deseaba probar aún más. Me fui directo al perineo y lamí la zona haciendo a Francisco retorcerse de placer. Al ver su respuesta mis manos comenzaron a acariciar sus nalgas peludas y mi lengua se dirigió cada vez más profunda hacia su agujero. El sabor de los pelos sudados era de otro mundo y me sentí drogado. Debo decir que cuando chupo un culo es difícil contenerme.
Francisco se encontraba acostado en la silla playera. Thiago estaba arrodillado por un costado con su cabeza en el estómago del amo mientras engullía su miembro. Por mi parte, había hecho que Francisco se abriera de piernas mientras mi cara y mi lengua se hundían en su culo. Sus piernas estaban en mi espalda y lo único que podía hacer era lamer su culo peludo con devoción. Mi lengua intentaba ir cada vez más profundo y mis dedos iban detrás. Estuvimos en esa posición por varios minutos hasta que Francisco no pudo más y soltó un gemido intenso. Se iba a correr y lo hizo como un volcán. Un segundo antes de eyacular sacó su miembro de la boca de Thiago y varios chorros salieron volando de la punta de su miembro mientras con su mano echaba todo el prepucio hacia atrás para dar vía libre a la erupción. Sentí un chorro caer sobre mi cabello mientras seguía chupándole el culo el cual se contrajo con fuerza al momento de eyacular. Los demás chorros cayeron sobre la cara de Thiago y uno que otro sobre su vientre peludo. Cuando alejé la cabeza vi a Francisco jadeando por aire mientras Thiago lamía cada gota de semen que había sobre su cuerpo. El amo Francisco sonrió y nos miró con orgullo. Acerqué mi cara a la de Thiago y lamí los restos de semen que quedaban en sus mejillas, luego nos besamos compartiendo en nuestras bocas el semen que quedaba. Al terminar el beso Francisco nos acercó a su cara y nos besó a los dos hasta que quedamos recostados junto a él bajo el sol.
Unos minutos después mientras recuperábamos el aliento volvió el amo Daniel, alegando que nos estábamos divirtiendo sin él. Francisco se levantó y le dijo que éramos el mejor regalo que le había dado en estos años. Por un momento pensé en las víctimas de sus regalos anteriores, mientras Daniel servía varios vasos con un licor. Sirvió cuatro vasos, y nos ofreció a Thiago y a mí, pero lo rechacé amablemente diciendo que no bebía alcohol. Thiago estuvo inseguro pero al final lo aceptó. Daniel se bebió mi vaso y me ofreció uno solo con agua. Todos brindamos y reímos. Tras eso, el amo Daniel nos pidió ir a la piscina a refrescarnos y Thiago y yo obedecimos. El agua estaba fría y refrescante a pesar del calor. Los plugs aún seguían en nuestros culos y me di cuenta que Thiago ya no llevaba las pinzas en sus pezones, le recriminé y me dijo que le dolían y se los quitó cuando estaba chupando. Los dos hombres maduros seguían sentados en las sillas playeras hablando sobre cosas de negocios al tiempo que bebían el whisky. Tras un tiempo decidieron unirse a nosotros en el agua.
Nos divertimos en el agua durante un largo rato, jugamos a atraparnos como si fuéramos niños inocentes, aunque de vez en cuando habían besos y manoseo implicado. El sol se ocultaba y el agua se tornaba más fría. Terminamos en las escaleras de la piscina hablando de nuestras vidas mientras los dos hombres terminaban la botella de Whisky. Allí supimos que ambos se conocieron desde la universidad, uno de ellos se casó sin hijos y terminó divorciándose (Francisco), mientras que Daniel fue gay toda su vida, aunque obviamente reservado. Y hace un par de años logró convencer finalmente a Francisco de tener estos ratos de diversión con chicos. Ambos trabajaban para una empresa grande que estaba en casi todo el país y cada cierto tiempo los envían a diferentes ciudades a realizar revisiones, por lo que aprovechan para buscar chicos para pasar buenos ratos.
Al terminar la botella Daniel se puso de pie y fue por unas toallas. Él se secó solo y nos pidió usarlas para secar a Francisco por completo y nos pidió ir a la sala para continuar con la fiesta. Recogí las cosas, las guardé en el bolso y subimos las escaleras. En la sala de estar Francisco se sentó en un sillón grande mientras Thiago se unió a él para besarlo. En ese momento Daniel salió de la cocina con otra botella y me pidió que les diéramos un pequeño espectáculo con los demás juguetes. Los saqué todos e hice a Thiago acercarse a mí. Lo puse a cuatro patas enseñándoles en culo a ambos hombres y con suavidad retiré el plug de su culo. Apliqué lubricante sobre las bolas chinas y comencé a introducírselas haciéndolo gemir de placer. Los dos hombres parecían fascinados ante lo que veían. Tomé las pinzas para pezones y me las puse yo mismo, pues no quería torturar más al pobre chico. Dejé el dildo doble para más adelante y saqué el dildo negro de 18 cm. Lo lubriqué bien y lamí el culo de Thiago metiendo mis dedos hasta dejarlo bien abierto. Con lentitud comencé a meterle el dildo y poco a poco se fue tragando cada centímetro hasta devorarlo por completo. En ese momento Daniel se levantó y retiró el plug de mi culo y lo reemplazó por el vibrador de antes, regresó al sofá y le dio el control a Francisco para que lo activara. Así que mientras penetraba el culo de Thiago con el dildo negro, el amo Francisco me hacía vibrar el culo y se sentía increíble. El pene de Thiago comenzó a gotear dentro de la jaula y Daniel se acercó para recoger las gotas y lamerlas. La jaula de mi amigo parecía que iba a explotar por la erección que le produjo, pero por suerte resistió. El amo Daniel comenzó a chuparle los pezones al chico haciéndolo gemir mientras Francisco había empezado a masturbarse suavemente. Daniel pasaba de Thiago a mí, mordiendo nuestros pezones y en un momento estuvo detrás de mí, y pude sentir su cuerpo peludo en mi espalda y su erección entre mis nalgas. Metió los dedos en mi culo y frotó su verga pero no me la metió. Lo miré con cara de "métemela hasta el fondo" y me respondió en un susurro: "aún no".
El amo Daniel se tiró en el sofá grande y siguió masturbándose. Me miró y me hizo señas para que sacara el dildo doble. Sin retirar el consolador negro del culo de Thiago fui hasta el maletín y lo saqué frente a la vista de Francisco quien parecía fascinado. Le apliqué lubricante por ambos lados, retiré el dildo de mi amigo y le lubriqué el culo y también lo hice con el mío. Comencé con él. Mientras seguía a cuatro patas empecé a meter el dildo de 30 centímetros, se supone que él debe meterse 15 cm y yo los 15 cm restantes. Lo introduje hasta la mitad y cuando estuvo listo me di la vuelta y me puse a cuatro patas apuntando el dildo hacia mi culo. Fue un poco difícil hacer que entrara, no porque mi culo no pudiera sino porque no tenía dónde agarrarme, pero con un poco de ayuda del amo Daniel por fin logré meterme esos 15 cm hasta que al final nuestros culos chocaron uno con el otro y el dildo dejó de ser visible. Francisco estaba encantado y tenía una sonrisa de oreja a oreja. Luego con mucho cuidado Thiago y yo nos agarramos de las manos tal y como lo habíamos hecho antes cuando usamos ese dildo en mi casa, y empezamos a movernos para penetrarnos mutuamente. Sé que tal vez no se veía muy bien, pero podíamos sentir como entraba y salía unos centímetros del culo del uno para entrar en el otro. Daniel era incapaz de quedarse quieto y mientras nos penetrábamos con ese dildo doble, empezó a darnos cachetadas en el culo e insultándonos morbosamente, lo que hizo que Francisco se excitara aún más. Tras unos minutos a cuatro patas follándonos mutuamente, Daniel nos hizo cambiar de posición sin que se nos saliera el dildo. Primero ayudó a Thiago a quedar boca arriba sobre la alfombra y luego fue mi turno. Así ambos quedamos boca arriba unidos por el consolador en el culo. Mi jaula había comenzado a gotear y la de Thiago estaba empapada. Daniel pasó los dedos para recolectar todo el líquido preseminal posible pero esta vez no lo devoró sino se lo llevó a Francisco quien lamió los dedos de su amigo con deseo.
Después de eso, Daniel hizo que Francisco se levantara y le indicó que se sentara en mi cara, mientras él se sentaba en la cara de Thiago. Tuve nuevamente el delicioso culo peludo de Francisco y se me hizo agua la boca. Empecé a lamer con todas mis fuerzas y por un momento pensé en Thiago, ya que él no era fan de chupar culo, pero no tenía opción. Francisco se retorcía de placer mientras restregaba sus nalgas entre mi cara. Mi lengua y nariz se frotaban contra su agujero mientras mis manos se encargaban de su erección. Cuando Francisco se levantó pude ver que Daniel le estaba embistiendo la boca a Thiago con su verga, y como no me podía mover debido que nuestros culos aún seguían conectados, le rogué a Francisco que me hiciera lo mismo y pronto empezó a violarme la boca y fue de las mejores sensaciones posibles. Mientras abusaba de mi garganta mis dedos intentaban adentrarse en su agujero aunque él lo notaba y me impedía el acceso. Tras unos minutos Francisco se dio la vuelta y quedamos en posición del 69 y mientras chupaba su verga, él se metió la mía con jaula incluida dentro de su boca y se sintió fantástico tener su lengua rozando los barrotes de la jaula intentando lamer mi pene. En ese instante, el amo Daniel tiró a Thiago con fuerza haciendo que se le saliera el dildo del culo y con fuerza lo levantó hasta ponerlo de cabeza en el sofá y allí empezó a embestirle la boca con fuerza. Al tener los 15 cm del dildo doble por fuera, Francisco se posicionó frente a mi pene enjaulado y agarró el dildo empujándomelo hasta el fondo de las entrañas penetrándome con fuerza al tiempo que intentaba chupar mi miembro enjaulado. El placer que sentía era indescriptible. De los 30 centímetros del dildo estaba seguro que Francisco me estaba metiendo más de 20 en su proceso del mete y saca. Varios espasmos recorrieron mi cuerpo debido a que estaba frotando mi próstata y sin querer me empecé a mear encima. Francisco se alegró y lamió toda la orina que salió de mi jaula, lamiendo mi cuerpo solo para que un minuto después empezara a tener el orgasmo más intenso. Mis piernas temblaban y no podía evitar jadear con fuerza. Me estaba a punto de correr y así fue. A pesar de estar enjaulado en una jaula bastante pequeña, un fuerte chorro saltó por los aires hasta volver a caer sobre mi estómago. Los demás chorros con menos potencia chocaron contra los barrotes de la jaula llenándose de semen. Francisco aprovechó y lamió todo el semen de mi estómago y lo que pudo extraer de la jaula para rápidamente dirigirse hacia mi cara y dármelo todo en un beso. Con mis manos me agarré a la espesa barba de Francisco y no lo solté. Sentía su lengua recorriendo mi boca hasta la garganta y regresar. Sentí su peso sobre mi cuerpo y vellos en mi torso semi-lampiño. Estaba abierto de piernas, con el culo aún palpitando y el dildo tratando de salir, y sobre mi jaula sentía el calor que emitía su verga grande y poderosa la cual no dejaba de gotear por lo que acababa de pasar. Cuando terminó de besarme, nos quedamos ahí tirados sobre la alfombra recuperando el aliento a la vez que veíamos a Daniel eyacular con violencia dentro de la garganta de Thiago. El pobre chico se estaba ahogando, qué afortunado era. Y cuando terminó, Daniel se retiró y cayó rendido sobre el sofá. Thiago jadeaba intentando respirar, sus ojos estaban rojos, su cara llena de baba y tosía un poco.
Al recuperarnos un poco Francisco y yo nos recostamos en el sofá con nuestras piernas entrelazadas. Honestamente pensé que eso sería todo. Ya habían pasado varias horas desde que llegamos y cada uno ya se había corrido una vez. Bueno, todos menos Thiago, aunque no estaba del todo seguro porque su verga enjaulada parecía una fuente. Sin embargo para mi sorpresa y alegría, ambos hombres aún seguían erectos. Lo que significaba que aún habría más diversión, porque después de todo, aún no nos habían penetrado con sus miembros. Daniel se levantó y nos preguntó hasta qué hora podíamos quedarnos, señalando su verga que apuntaba al cielo. Le dije que por mi parte podía quedarme hasta que ellos quisieran, pero de Thiago no sabía. Lo miramos y dijo que se podía quedar pero no hasta tan tarde porque después no sabía cómo llegar a casa, y tras decirle que no se preocupara que yo me encargaba de llevarlo en la camioneta se calmó y dijo que entonces iba a avisar que llegaba tarde. Se levantó y fue hasta la piscina a recoger nuestra ropa para dejarla cerca y allí sacó su teléfono y envió unos mensajes.
Francisco le dijo a Daniel que pidiera un domicilio de comida para recuperar energías. El reloj de la sala indicaba que eran las 7.30 pm. Después de consultar un rato llamó y pidió varias cosas. Daniel regresó a la cocina y volvió con otra botella. Francisco no se alegró por eso pero no discutió y así empezaron su 3era botella de Whisky. Aproveché para guardar todos los juguetes en el bolso incluyendo los plugs y también guardé las cadenas que ambos llevábamos pues ya estábamos algo cansados de su peso. Así, ambos quedamos desnudos exceptuando obviamente las jaulas, y el pequeño arnés que llevaba puesto. Francisco se levantó y fue a una de las habitaciones y Thiago fue tras él como un cachorro que busca a su amo. Me quedé solo en la sala y cuando Daniel regresó me tomó por el brazo y me hizo seguirlo hasta una habitación al lado opuesto a donde fueron los otros dos. Era una habitación amplia, con una cama en medio, un armario casi vacío, una televisión en la pared y una mesa de noche. Uno de los muros era por completo de cristal y caí en cuenta que esa era la habitación por la que nos observó cuando llegamos y estaba encima del garaje. Las cortinas estaban cerradas para que nadie en la calle pudiera vernos. Allí me empujó sobre la cama y se tiró sobre mí besándome cada parte del cuerpo. Antes fui yo quien lo lamió por completo y ahora era mi turno de ser lamido. Beso mi boca, mi cara, mordió y chupó mis pezones, mis axilas, mis brazos, mi estómago, incluso lamió mis pies y mi pene por encima de la jaula. Me dio la vuelta y empezó a chuparme el culo. Su lengua era gruesa y me sentía violado. Fue alternando entre su lengua y sus dedos. Me estaba volviendo loco. Sentía que mis ojos se ponían en blanco y solo gemía de placer. No a todos los hombres les gusta chupar culo, y los pocos que lo hacen no todos son buenos en ello, pero ese hombre era un dios chupando culo. Su barba de dos semanas raspaba mi colita y era como si enviara pequeños toques eléctricos por mi piel. Mi ano pujaba por más y sus dedos hurgaban por adentrarse más profundo. En ese momento no pude más y le rogué que me penetrara pero se negó. Dijo que primero debía prepararlo. Me levantó, me dio la vuelta y esta vez él se acostó en la cama con la verga apuntando al techo e invitándome a disfrutarla. Me tiré sobre ella, la lamí, la besé, la chupé y la adoré. No hace mucho tenía la verga de Francisco en mi boca y pude notar la clara diferencia. La de Daniel era más corta pero llenaba más al ser más gruesa, pero la de Francisco llegaba más adentro, aún así, ambas eran perfectas a su modo. Su glande era grande y mi lengua intentó introducirse por su pequeño agujero, eso lo hizo gemir de placer haciéndolo gotear precum como loco.
En ese momento vi mi oportunidad y fui subiendo por su cuerpo lamiendo cada parte. Su estómago peludo, sus pechos, sus axilas y su boca, todo con la intención de que mi culo quedara sobre su verga, y mientras agarraba sus dos manos con una mía le agarré la verga y la apunté directo a mi agujero sintiendo poco a poco su grosor. El corazón me latía a mil por hora y cada centímetro fue entrando hasta que con un "plop" terminó de entrar la cabeza y el resto fue pan comido. Cuando estuvo toda dentro nos quedamos inmóviles por unos momentos, hasta que él me empujó y mi cara cayó frente a la suya fundiéndonos con un beso, y así, empecé a cabalgarlo primero lento hasta ir aumentando el ritmo y montarlo en condiciones. Gracias a mi experiencia he aprendido a cabalgar como un profesional y esta vez no era la excepción, tenía a ese hombre rendido ante mí, pero para mi desgracia, un minuto después tocaron el timbre y era el repartidor de la comida. No quería que el amo Daniel saliera de mí, pero él dijo que como Francisco era el cumpleañero, debía ser él quien recibiera la cena para no molestarlo, así que con mucho dolor Daniel salió de mí y tomó una toalla a la par que su billetera para pagar el domicilio.
Un minuto después cuando me bajó un poco la calentura y la frustración me preparé para salir. Daniel estaba sirviendo la comida en platos y no había rastro de Francisco ni de Thiago. Me ofrecí a ayudarlo pero me dijo que mejor fuera a llamar a los otros para comer. Fui hasta la otra habitación y para sorpresa de nadie, Francisco tenía a Thiago contra la pared mientras lo embestía como un animal en celo. La mano de Francisco tapaba la boca de mi amigo impidiéndole gritar. Ambos se dieron cuenta de mi presencia y les dije que la comida estaba lista y que fuéramos. Francisco salió de Thiago y se recuperó unos momentos y salió hacia la sala. Me quedé con Thiago el cuál me recriminó por haberlos interrumpido. Le dije que a mí también me interrumpieron y nos reímos. Me confesó que le estaba encantando la experiencia y yo tampoco podía negarlo, había tenido muchas experiencias con hombres pero esta estaba bastante bien. Por suerte para nosotros, la noche aún no terminaba. Thiago me confesó que quería seguir pero que ya le dolía un poco el culo. Le aconsejé que aprovechara este tiempo para recomponerse y aguantar. Cuando ambos llegamos a la sala los dos hombres se comportaron como caballeros y nos ofrecieron las sillas para sentarnos. De cenar había pedido de un restaurante cercano del que parecía habían pedido varias veces en el tiempo que llevaban en la ciudad. Había pechuga de pollo con vegetales y otras cosas. Cenamos y hablamos como si fuéramos amigos de toda la vida, y al terminar Daniel trajo un pequeño pastel que tenía enfriándose en la nevera. Nos hizo cantarle el feliz cumpleaños a Francisco y todos incluyendo a Daniel le dimos un beso en la boca con lengua.
Tras la cena y el postre, regresamos a la sala e hicimos un círculo con nuestros cuerpos, chupé los pies de Francisco mientras Thiago chupó los de Daniel. Estuvimos un rato frotando nuestros cuerpos suavemente hasta que la lujuria regresó y tuvimos que responder. Daniel ayudó a Thiago a levantar y luego lo agarró entre sus vasos llevándolo a la habitación. Francisco me abrazó y me hizo caminar tras ellos. Estábamos los cuatro en la habitación de Francisco donde los interrumpí antes. No encendimos la luz de la habitación y la poca luz que había era la que se filtraba del pasillo. Allí nos besamos y manoseamos nuevamente. Sentí la espesa barba de Francisco contra mi piel, la barba picosa de Daniel y la suave piel de Thiago. Después de un rato ambos se acostaron en la cama y Thiago y yo chupamos sus vergas cambiando en ocasiones. Mientras les chupábamos, los dos maduros comenzaron a besarse entre sí. Fue todo un espectáculo. Mientras estaban ocupados entre ellos, le indiqué a Thiago que era nuestro turno de cabalgarlos. Me escupí los dedos y se los pasé al culo de mi amigo para lubricarlo un poco. Le dije que hiciera lo mismo que yo y nos posicionamos sobre mis miembros empezando a metérnoslas. Me monté en la verga de Francisco y Thiago en la de Daniel. Ambos se dieron cuenta y con sus manos nos agarraron las nalgas. Cabalgamos tan bien como pudimos y cuando nos cansábamos dejamos que ellos siguieran con la penetrada. Cuando nos cambiaron de posición cambiaron de verga, ahora Daniel me estaba penetrando a mí y Francisco a Thiago. Daniel me levantó y me puso contra la pared diciéndome al oído que iba a continuar donde lo dejamos. Francisco tenía a Thiago en posición de pollo asado en la cama. Daniel me daba con fuerza y no podía evitar gemir como una perra, aunque Thiago era más escandaloso. Unos minutos después volvimos a cambiar de posición. Ambos estábamos a cuatro patas al borde de la cama, mientras ambos hombres entraban en nosotros, salían y cambiaban de culo. Agarré por el cuello a Thiago y lo besé como pude, dándole ánimos para continuar. El chico ya estaba en su límite.
Minutos después y varias posiciones luego volvimos a chuparles la verga a ambos. Por suerte ambos seguíamos limpios y no hubo sabores raros al chupar. Estábamos cansados, en especial Thiago. Pero no éramos los únicos, Daniel y Francisco estaban cerca de su límite. Les empecé a hablar sucio a ambos para que llegaran al clímax pronto. Ambos estaban tan excitados que nos penetraron con todo lo que les quedaba. En ese momento Daniel estaba dentro de Thiago y Francisco dentro de mí. Les dije que quería que nos dejaran preñados porque queríamos tener a sus bebés y como es costumbre, eso suele excitar mucho a los activos al punto que la mayoría se corre con esa fantasía, y así, ambos nos dejaron preñados, llenándonos el culo de leche mientras gemían con sonidos guturales. Ambos estaban exhaustos después de eso. En la sábana se notaba que Thiago se había corrido, y pronto Daniel le empezó a chupar el culo para extraer su semen y pasárselo en un beso. Una parte de ese semen me la ofreció Thiago y nos besamos. Pero mi culo aún seguía lleno de semen. Daniel se ofreció a chuparlo pero Francisco también puso la cabeza y pujé con las fuerzas que me quedaban, el semen salpicó en la cara de ambos y se besaron. Lo poco que quedó nos lo dieron en un beso, y así caímos todos desplomados en la cama.
Cuando nos recuperamos, sabíamos que ya no habría más. Ambos hombres no podían más, y aunque yo podía seguir, Thiago estaba muerto. Daniel se levantó y fuimos con él a la sala. Nos agradeció por la fantástica tarde/noche. Cuando tomé mi teléfono vi que eran las 10.30 pm. Llevé a Thiago hasta el baño y tomamos una ducha rápida. Nos vestimos y cuando estuvimos listos para irnos, Francisco apareció para despedirse y agradecernos por todo. Ambos prometieron que la próxima vez que volvieran a la ciudad nos llamarían. Tras un cariñoso beso de lengua con ambos bajamos al garaje, nos montamos al carro y nos fuimos totalmente culiados y felices.
Thiago no podía creer lo que habíamos hecho y estaba que no cabía de la dicha. Aunque le duró poco porque se quedó dormido nada más avanzar unas calles. Lo llevé hasta su casa y luego conduje hacia la mía, llegué casi a media noche y pensé que ese miércoles no había sido tan aburrido después de todo.
Bueno, aquí termina mi historia. De verdad no intento alargar tanto las cosas, pero al recordar cada momento siento que debo describirlo con pelos y detalles, pues en los detalles es donde viven los recuerdos, y este sin duda, es uno de los mejores. Espero que ambos regresen pronto y nos vuelvan a llamar para escribir una segunda parte cuando suceda.
Gracias a quienes se tomaron el tiempo de leer hasta el final. Nos vemos.