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Era sábado y habíamos jugado ese día, por lo que tendríamos libre el domingo. Mena, me invitó a farriar con dos amigos de su pueblo,a una famosa discoteca en la 70, frecuentada principalmente por personas afro. Casi no nos dejan ingresar a Mena y a mi por ser menores de edad, pero los dos hermanos cuadraron esa vuelta con el portero. Cuando entramos, eso ya estaba full lleno. Los niches con su buena pinta y ese flow que mantienen. Yo, llevaba una camiseta blanca ajustada y un jean azul que se me caía y me queda a media nalga, dejando ver el boxer blanco que resaltaba mi rico y juvenil culo. Nos tocó quedarnos de pie en la barra y empezamos a tomar. Seguía llegando más gente y cada vez estábamos más apretados. Trascurria la noche y ya me sentía prendido, ya que, como lo he dicho antes, el ritmo de ellos para tomar es muy rápido. Enseguida de nosotros había otra gente. Luego de un rato, yo empecé a sentir como un man que estaba detrás de mi, cada rato me rayaba con su verga y me rosaba el culo con la mano. Yo también, con disimulo, le empecé a poner mi culo. Empezamos con ese juego y poco a poco me fui calentando como un putas. En un momento, me giré y lo pude ver de frente. Era un negro claro, como de 25 años , 175 Cms, con unas facciones hermosas, con una chiverita bien arreglada, bien motilado, muy bien vestido y olía delicioso, pensé; "que hijueputa negro tan chimba". Pero el me miró serio y eso me asustó. Me giré de nuevo y me seguí moviendo. Pero el juego, el cortejo continuó. Yo ya estaba bien caliente, cuando de pronto, siento que me coje el culo y ese susto tan hijueputa. En esas continuamos. Yo no prestaba atención a mis compañeros de rumba, estaba en otro mundo. De pronto, siento que el man, mete un dedo por encima del boxer y me toca el principio de la raja del culo. Nuevamente me coje la nalga. En una ocasión y, discretamente, mando mi mano hacia atrás y le cogí la verga, estaba dura y se sentía grande. Entre el licor, el morbo y el susto, yo me sentía tan arrecho que estaba que me venía.
Como a las 2:30 am, me jaló discretamente de la camiseta, giré suavemente, el, se dirigió hacia la salida. Esperé un rato y luego le dije a Mena que ya regresaba.
Al salir, el negro me hizo señas de que lo siguiera. Cogió camino hacia una zona residencial, que es muy solitaria, por la circular segunda de Laureles, yo lo seguí, con el corazón a millón y a prudente distancia, de tal forma que no se notara que íbamos juntos. Subió 2 cuadras y luego giró. Avanzó un poco, se metió y bajo hacia la puerta del sótano de un edificio. Cuando yo llegue, eso estaba oscuro. El man ya tenía la picha afuera parada y bien templada, yo me arrodillé y de una comencé a chupar esa vergota. Era rica, venosa y gruesa, con una rica curvatura hacia arriba y no demasiado grande. Sus huevos bien rasurados. Se lo chupé un rato, me la metía toda, luego del cual, el me levantó, me volteo, quedábamos de frente hacia la calle, bajó mi jean y el boxer. Entonces, ensalivó bien su verga. Yo, igualmente, ensalive bien mi culo y abrí bien mis nalgas con mis manos e incliné mi tronco hacia adelante. El, me sujetó de la cintura y me lo empezó a ensartar. Le dije que suavecito. Me fue metiendo su picha mientras respiraba agitadamente, hasta tenerla toda adentro. Me dolía mucho pero yo estaba súper arrecho. Entre la borrachera, la arrechera, el morbo del momento, pero, en especial, esa adrenalina de estar culiando en la calle con un absoluto desconocido, del cual no sabía ni su nombre, y de correr el riesgo de ser visto por alguien, todo eso me tenía full arrecho. De pronto, escuchamos que alguien venía. El pausó su bombeo y yo me quería cagar del susto. Era una pareja que pasó y no nos vieron. De nuevo, el empezó a darme verga, pero ya más duro. Me lo tenía bien adentro, profundo. Se sentía una chimba.Yo saqué la verga mía y empecé a pajearme. Le cogí la mano para llevarla a que me cogiera mi verga y no dejó. Se movía una chimba. No decía ni una palabra, solo gemía y respiraba fuerte. Aceleró el mete y saca, respiró más agitado, hasta que emitió un fuerte suspiro, me abrazó y apretó más duro con sus manos y sentí como me llenaba el culo con su leche. Yo también me corrí parejo con el. La falla fue que no teníamos con que limpiarnos y el hijueputa se limpió la verga con mi camiseta jajaja, mientras que yo me limpié con mi mano y la bota del jean jajaja. Yo pensé "que chimba de culiada" y el antes de irse, solo me dijo:
D: chimba de culo.
Fue la única que vez que escuché su voz, las únicas tres palabras y lo más romántico que me dijo en toda la noche. No supe nada de el, ni su nombre y menos, su teléfono. El salió por un lado y yo por el otro. Yo sentía mi culo mojado de semen pero satisfecho.Llegué de nuevo a la discoteca y seguí con los parceros como si nada hubiera pasado. Pero el man no regresó. Que chimba de adrenalina sentí, nunca había culiado al aire libre, en la calle, expuesto a ser descubierto y con un absoluto y total desconocido. Cuánto quisiera volver a culiar, pero bien en forma con ese man. Luego de la rumba, me fui con Mena para mí apartamento, el cual me pegó otra de sus ricas culiadas, pero está vez, yo siempre estuve pensando en mi macho negro desconocido.