Guía Cereza
Publicado hace 1 día Categoría: Sexo anal 114 Vistas
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Esto pasó este fin de semana y se los quiero compartir. Mi esposa se fue de viaje al exterior por temas de trabajo y como va a durar un mes fuera, yo aproveché para putear. Ya les he contado que mi fetiche es vestirme de mujer y ser culeada por hombres mayores tipo oso. Bueno, pues al día siguiente de que mi esposa se fue, me hice depilar todo el cuerpo con cera, me dolió mucho, pero valió la pena el resultado. Alquilé una casa de campo a las afueras de la ciudad, con una pequeña piscina y me fui para allá con toda mi ropa de mujer y mi maquillaje. No más llegar, puse un anuncio clasificado y en cuestión de horas ya tenía varios candidatos dispuestos a ir hasta allá para culearme.

Llegué el sábado al mediodía, me puse mi bikini y fui a nadar un rato. Al salir, comí algo ligero y me puse a revisar el anuncio. Hubo un perfil que me agradó bastante, de un hombre de 66 años, moreno, pero no podía ir sino hasta la noche. Hubo otro de un señor de 60, muy amable, Lo invité y aceptó a ir de inmediato. Yo me hice una lavativa, me maquillé bien guapa y me puse un vestido negro con medias de malla y tacones. Eso sí, bien perfumada.

Llegó como una hora después, en moto, se presentó como Miguel. Era un hombre de estatura media, flaco y bastante calvo para mi gusto. Primera decepción. Elegí muy mal a mi primera víctima, nada que ver con mis gustos, pero bueno, ya estaba allí y a lo hecho, pecho.

Lo invité a darse una ducha y lavarse los dientes. Yo lo esperé en la sala. El sofá era muy cómodo y como tenía smartTV puse porno para ambientar la escena. Miguel apareció en bóxers y camisa.

-¿Qué quieres hacer? -me preguntó.

Odio cuando eso pasa y el hombre no toma la iniciativa.

-Lo que quieras, soy materia disponible.

-¿Qué te gusta?

-Culear, a eso viniste, ¿no? -me estaba exasperando tanta pasividad de mi amante.

-Sí.

-Entonces culeemos. Aquí me tienes lista.

Se quitó los bóxers y salió una polla muy chica y mal depilada. Segunda decepción. Qué mal por mí que no iba a gozar tanto. Me levanté del sofá y lo senté. Le abrí las piernas y me arrodillé frente a él para mamárselo. Se le puso dura y creció un poco. Yo me esmeré haciendo mi mejor trabajo. Me levanté y le desabroché la camisa y su pecho era lampiño. Tercera decepción. Sin embargo, estaba caliente y decidí ir hasta el final. Le chupé los pezones un poco y volví a su pene.

-Párate que quiero verte mejor.

Me levanté y Miguel metió la mano por debajo del vestido, me cogió el culo, las tetas y terminó en mi cosita.

-Estás muy rica, quítate el vestido.

Obedecí y me quité el vestido, quedando en ropa interior negra, medias y tacones. Me dio la vuelta y me inclinó hacia el sofá. Me bajó la tanga hasta las rodillas, me abrió el culo y sentí como me lo ensalivaba.

-¿Me lo vas a meter ya?

-Sí, ¿no era eso lo que querías?

-Sí, claro, pero no pensé que fuera tan rápido.

-Es que te quiero culear.

-Bueno. En la mesa hay condones y lubricante.

Miguel se puso un condón, lubricó bastante mi ano y se dispuso a follarme. Yo estaba caliente, pero me faltaba mucho todavía y mi amante dejaba mucho que desear. Sentí cuando su polla entró en mi culo y luego como Miguel entraba y salía. Como la tenía tan pequeña yo sentía rico, pero quería más.

-Qué rico, dame más duro.

Yo no estaba a gusto y empecé a fingir los gemidos a ver si de pronto Miguel se excitaba más, pero no tuvieron efecto. Miguel seguía entrando y saliendo como una fuck machine, sin musitar palabra, ni siquiera un gemido. Yo le cogía las bolas y trataba de cogerle el culo y a veces me estimulaba mi polla.

De repente escuché un gemido grueso y largo y supe que Miguel se había venido.

-Qué rico, me vine.

-Qué bueno, ¿te gustó?

-Sí, tenías ese culo muy rico. ¿A ti te gustó?

-Sí, lo sentí muy rico dentro de mí -mentí.

Miguel fue al cuarto, se vistió y se despidió, no sin antes decirme que cuando quisiera sexo, le avisara. No, una decepción total, por supuesto, no le avisaría nunca, salvo que no fuera la última polla en el mundo. Quedé más aburrida y ni siquiera era de noche. Arrecha y mal culeada, con una casa por dos días para mí sola. Pero mi mala suerte estaba por cambiar,

Revisé el anuncio y había un par de respuestas más, pero solo de hombres jóvenes, volví al primero, al del moreno que me había dicho que podía ir en la noche. Le escribí para coordinar y me respondió diciendo que me caía tipo 8 pm.

Lo que pasó con mi segundo amante, se los cuento en el siguiente relato.

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