
Compartir en:
Mientras termino estos informes, ¿por qué no vienes a mi casa? Hoy estoy sola, la puerta está entreabierta; entra sin decir nada, sin un saludo, y ve directo a mi entrepierna. Ya sabes que cuando te hago esta clase de invitaciones, me gusta estar lista, y esta vez no es la excepción. No tengo panties y llevo esa falda de jean que te encanta, tan ajustada que, con un solo movimiento, quedará por encima de mi cintura, dejando mi intimidad expuesta para ti.
Fingiré que sigo concentrada frente a la pantalla, aunque sienta tu respiración entrecortada, ese cálido aliento que exhalas mientras recorres mis piernas con besos. Desliza tu lengua húmeda por mi raja, masajeando mi culo con tus dedos. Abriré mis piernas y te entregaré mi coño por completo para que te deleites. No pares de explorar con tu lengua la entrada de mi vagina, deja que tu saliva se mezcle con mis fluidos. Bébeme con desesperación, con ansias, saborea cada hilo de lubricación que revela mi deseo. Aférrate a mi clítoris hasta hacerme retorcer; arquearé la espalda y dejaré escapar mis gemidos. Esa será la señal para que te acomodes entre mis piernas y tu verga se pierda en mi humedad.