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Soy un hombre joven.... nunca e tenido suerte con las relaciones, honestamente, nunca pensé que llegaría el día en que me atreviera a hacer algo que, en una familia bastante tradicional como la mia, seria visto como algo pagano o del diablo.
Durante años me repetí que estaba bien, que mis fracasos con las mujeres eran solo cuestión de suerte; Pero.... en el fondo, había algo más,
una inquietud que no podía poner en palabras, una curiosidad que me hacía sentir culpable cada vez que pensaba en el "que sentiran las mujeres cuando se lo hunden?"
Poco a poco empecé a notar cosas, como si algo en mi interior estuviera saliendo a flote, las mujeres nunca me dejaron de gustar, pero, note que al mirar a algunos hombres por la calle, sentia exactamente la misma sensación que siento cuando veo a una chica hermosa
Luché por mantener controlado ese impulso, ese deseo de meterme algo por atras, hasta que no pude más, lo tenía todo calculado, el dinero, los productos y cuanto tiempo tendria para llevarlo a cabo, mi plan no tenia fallas.
Mi primera vez en una sexshop fue algo indescriptible, estaba nervioso hasta la chimba, pero llevé a cabo mi cometido, lo tenía en mis manos, un juguete, de esos que normalmente verias comprando a una dama cuyo marido la deja insatisfecha, era especial ya que era de esos juguetes que podian simular el famoso climax masculino.
Tenia todo lo necesario para sacarle el máximo provecho, llegue a mi casa como si nada y lo escondí en mi habitación, al caer la noche, todos habian salido, menos yo, asi que era hora de saciar esa curiosidad que tanto tiempo me tenia abrumado.
No buscaba placer, al menos no en el sentido habitual sino una respuesta, una forma de abrir mis horizontes.
Al principio fue muy doloroso pero.... poco a poco, con cada movimiento, el dolor iba desapareciendo y una nueva sensación se tomaba la escena; El momento fue silencioso, casi solemne, no habia nadie mas, solo yo y una sensación nueva, inesperadamente muy humana.
Sentí que algo dentro de mí se abría, tanto física como emocionalmente, como si finalmente el vacío que habia tenido desde hacía muchos años finalmente se llenara, no pude evitar soltar unos lamentables intentos de gemidos, pero no me importaba, me gustaba, no lo podria describir de otra forma que no fuera "Excitante", pero todo lo bueno tiene un final.
Aumente la velocidad en la recta final, el placer tuvo un subidon brutal, y accioné de golpe, el fluido de la jeringa corrió por el juguete hasta que encontró la salida, un corrientazo recorrió mi cuerpo entero, fue la mejor sensación que jamas pude haber tenido.
Al final me arreglé, limpie y guardé todo y antes de que llegaran me fui a dormir, estaba feliz, habia descubierto una nueva parte de mi que me gusta mas que la otra, y, sin darme cuenta, me habia sentido como una mujer.