llegamos con R a una finca cerca de Villavo y allí nos esperabas, estabas en una camioneta azul estacionada frente a la cas tú de pie junto a ella, R se bajó rápidamente del carro en que íbamos y corrió hacia ti, te abrazo por el cuello y subió sus piernas alrededor de tu cintura mientras se besaban desaforadamente, su mini negra quedo en su cintura y así la agarraste por las nalgas con fuerza, cuando llegue junto a Uds., me saludaste... hola perrita y me diste una fuerte palmada en las nalgas, yo tenía una pantaloneta pequeña, blanca, me dolió pero a la vez sentí una fuerte excitación, cuando R se descolgó de ti, se subió adelante, tu abriste la puerta de atrás y de nuevo me diste una fuerte nalgada y me dijiste, súbete atrás puta, cuando me estaba subiendo, metiste tu mano entre mis piernas y me apretaste, dijiste, que durito tienes ese clítoris, mientras conducías por una carretera veredal, R te mamaba la verga muy apasionadamente, en ese momento, mi masculinidad era casi inexistente, me sentía muy mujercita y excitada, no paraba de mirar tu verga dura entrando y saliendo en la boca de R, después de un rato paramos junto a una quebrada donde había un pozo, R se bajó y me dijo, pásate al frente, es hora de que consientas a tu macho, cuando me iba a subir, R me retuvo y también me dio varias nalgadas muy fuerte,  apenas si me senté y tú me tomaste por la cabeza y me pusiste a mamarte la verga, R empujaba con fuerza sus dedos entre mis nalgas por encima de la pantaloneta, después de unos minutos, los tres fuera de la camioneta nos desnudamos por petición tuya, hiciste una llamada y nos fuimos al pozo, allí R y tú se manosearon y morbosearon y al ratico estaban culeando en el agua, el pozo no era muy profundo, el agua nos llegaba apenas a la cintura, de repente llegó un hombre en una moto, era trigueño acuerpado y algo velludo, se acercó a nosotros y saludó sonriente, R y tú se miraron con picardía, yo me sumergí hasta el cuello y en ese momento, el visitante se desnudó completamente, su cuerpo algo velludo, era muy varonil y su verga de buen tamaño, entró al agua dirigiéndose hacia mí, comencé a temblar, se colocó atrás de mí, me abrazó con firmeza y besándome el cuello me dijo, así que tú eres mi nueva putita?, yo no pude decir nada solo exhale un profundo suspiro al sentir su verga contra mis nalgas, me acaricio por todo lado y sin más preámbulo, me metió la verga casi hasta la mitad haciéndome gritar, tú y R seguían culeando sin perder detalle de lo que me estaba pasando, mi macho estaba culeàndome suave, muy rico,  pero de pronto se puso muy arrecho y en un momento me la metió tan duro, que del dolor que sentí me hizo dar un enorme grito y ahí me desperté, aunque trate de recuperar ese sueño ya era de madrugada y allí acabó todo.

Desperté muy mojado(a) y con una arrechera impresionante en el culo.