
Compartir en:
Nuestros amigos, Laura y David, nos cayeron muy bien desde el primer momento de conocerlos. Hemos hablado de muchas cosas y nos hemos entendido muy bien. Tiempo atrás cuadramos un viaje a la capital de Antioquia y nos quedamos en su apartamento, la idea era que pudiéramos cumplir la fantasía de que cada uno de los esposos pudiera ver a su esposa con otro hombre. Este plan no lo pudimos concretar por varios factores y nos quedamos con las ganas.
Hace unas semanas tuve que hacer un viaje a Medellín y pensamos que podía ser la oportunidad perfecta para intentar cumplir nuestra fantasía de nuevo, pero Sara no pudo viajar. Otra vez nos íbamos a quedar con las ganas.
- Sara: que mal que no te pueda acompañar y con las ganas que tenías de comerte a Laura y a mi que me comiera David.
- Yo: ¡Sí que pesar!. Pero bueno, nada que hacer.
- Sara: Y si vas y le cumples la fantasía a David. Te comes a Laura en frente de él y luego me cuentas.
- Yo: pero la idea era que estuviéramos los 4. ¿No te molesta?
- Sara: No, para nada. Tu quieres eso, David también lo quiere y nosotros ya hablamos que no tenemos problemas de hacer locuras cada uno por su lado.
- Yo: Pués sería chévere. Yo te contaría todo con detalles. Voy a decirle a David para que se ponga contento y organicemos todo.
- Sara: De una. Se van a poner dichosos. Y tú también…con las ganas que le tienes a Laura.
Después de esta charla pasé a contarle a David y le gustó muchísimo la idea. Se puso triste por no poder hacer nada con Sara pero me dijo que nos quedaba pendiente esta tarea. Por temas de logística yo no me podía quedar con ellos así que separé un Airbnb cercano a la oficina y dijimos que el jueves de la semana que iba a ir nos veríamos después del trabajo en un bar cercano a donde me estaba quedando para de ahí salir a mi apto temporal.
Llegó el día planeado, las ganas se me notaban, no pude concentrarme en la oficina, pensando todo el tiempo en lo que iba a pasar en la noche. Sara estaba también a la expectativa de cómo se iba a desarrollar la noche.
Tipo 7pm me pude desconectar del trabajo y les avisé a nuestros amigos (que también estaban esperando con ansias). Nos quedamos de encontrar a las 9 en un restaurante/bar cercano a donde me estaba quedando que ellos conocían. Fui a mi habitación, me bañé y me alisté. Salí a pie al punto de encuentro.
Tuve que esperar unos 10 minutos a que llegaran Laura y David. Laura venía muy bien arreglada con un vestido cortico y un escote que dejaba ver gran parte de sus hermosos senos. David estaba como yo, con unos jeans y camisa. Nos saludamos y Laura me dió un beso pegadito a mis labios y me susurró al oído:
- Laura: no sabes las ganas que te tenía.
- Yo: uy sí sé…porque son las mismas que te tengo.
Aproveché y la abracé y le pegué sus senos a mi pecho y alcancé a sentir como se paraban sus pezones (no llevaba brasier)...la noche pintaba muy bien.
David nos ubicó para que Laura y yo quedáramos uno al lado del otro y él se hizo enfrente. Estaba en primera fila para ver cómo nos empezábamos a tocar y besar como una pareja de novios. Mientras nos traían la comida y bebidas hablábamos de bobadas pero nunca dejamos de manosearnos con Laura. Ella me rozaba la pierna y la subía hasta mi pene; lo acariciaba por encima del jean y podía notar como lo tenía firme y listo para la acción. David no se perdía detalle, cuando nos besábamos Laura lo miraba y le picaba el ojo diciéndole con la mirada: “Mira como me besa otro hombre y pronto me va a comer delante tuyo”. De vez en cuando Laura “manoseaba” a David con sus pies y yo veía en su cara que estaba a punto de estallar de la excitación.
Después de comer, beber y manosear no esperamos más, pedimos la cuenta y nos fuimos al parqueadero para subirnos al carro e ir hacia mi apartamento. David nos pidió que nos subiéramos atrás y nosotros accedimos sin problema. Durante el corto trayecto yo aproveché para bajarle el vestido a Laura y chuparle esos pezones que había sentido al principio de la velada. David nos veía por el retrovisor. No nos dió tiempo para más y llegamos al apartamento, nos anunciamos y salimos a la carrera para llegar lo más pronto posible al séptimo piso. En el ascensor Laura intercambiaba besos con lengua: una vez conmigo, la siguiente con David. Nosotros aprovechamos para cogerla por todos lados. Salimos disparados del ascensor y yo abrí la puerta y más me demoré en entrar que Laura en bajarme los pantalones y comenzar a hacerme sexo oral.
Laura me lamía la punta del pene y con sus manos me acariciaba las bolas. Después comenzó a lamerme todo el pene, lentamente, hasta que quedó totalmente húmedo. Mientras tanto David se acomodó en el pequeño sofá que había al frente de la cama, mientras se comenzaba a tocar por encima del jean.
No sé cómo, Laura logró quitarme el jean y los boxers y arrastrarme hasta quedar enfrente de David. A su vez se estaba tragando todo mi pene acompañándolo de lamidas con su lengua. Los líquidos se le salían de la boca. Yo aproveché para quitarme la camisa y quedar totalmente desnudo. Laura no paraba su mamada y yo ya estaba a punto de explotar.
- Yo: ¡no aguanto más!
- Laura: mmnimm mmmsemmm mmmtemm mmocurrammm mmmmsacarlommmm
- David: ¡WOW!
- Yo: ¡AHHHHH!
Exploté en la boca de Laura. Que mamada tan espectacular. Laura se levantó, me besó y luego besó a David. Luego fue al baño a limpiarse un poco.
- Yo: Uy David cómo haces para no venirte tan rápido con esas mamadas de Laura.
- David: jajajaja, ya la experiencia. Pero viéndola casi me vengo, incluso antes que tú.
- Laura: Bueno ahora, es tu turno de hacerme venir con la boca. Sara nos ha contado que eres experto.
- Yo: ¡Qué rico!.
- David: ¡esto se pone mejor!
Besé a Laura apasionadamente y aproveché para quitarle el vestido por encima. Volví a lamerle sus deliciosos pezones mientras le acariciaba la cola (pude comprobar que tampoco tenía calzones). La llevé como pude a la cama y comencé a bajar despacio hasta llegar a su vagina….lamiendo todo el recorrido hasta llegar a la meta. Comencé a lamerle los labios, mientras metía de a pocos un dedos para llegar a su punto G. Laura comenzó a retorcerse y a acariciar sus senos de una manera salvaje. Comencé a hacer círculos con mi lengua sobre su clítoris y esto hizo que se revolcara en la cama aún más. Sus gemidos empezaron a hacerse más fuertes y su respiración se agitaba cada vez más.
- Laura: ¡OH Sí! ¡ASÍ! ¡No pares! ¿Ves como me la chupan amor?
- David ¡UFFFFFF!
- Laura: ¡AHHHHH!¡AHHHHH!¡AHHHHH!
Laura lanzó un grito, indicando que se había venido con todas sus fuerzas.
- Laura: Sara es demasiado afortunada. Qué rico como me hiciste venir. Pero esto no acaba acá.
Laura me empujó hacía la cama y después de lamerme un poco el pene se hizo encima mío.
- Laura: amor acércate para que veas como lo cabalgo.
David muy juicioso se hizo en la cama para no perder detalle de la cabalgada que estaba a punto de darme su amada esposa. Laura se metió mi pene de un solo empujón, lanzando un gemido de placer al tenerlo todo adentro. Comenzó a bajar y subir lentamente, mi pene casi se salía pero ella, hábilmente, volvía a bajar para seguir con el ritmo. Yo mientras tanto le acariciaba las tetas que se movían desenfrenadas a la par que ella bajaba y subía. Laura comenzó a acelerar el ritmo y yo a chuparle los pezones con más fuerza. Ella y David gemían. Pude ver que David se había sacado el pene y estaba masturbándose mientras veía a la experta de su esposa cabalgandome sin piedad.
- Laura: ¡WOW! ¡Qué rico!
- Laura, David y yo: ¡AHHHHHHHHHH!
Nos vinimos los tres al tiempo. Laura cayó rendida encima mío. Se levantó y fue nuevamente al baño para limpiarse un poco.
- David: Qué sensación más espectacular. Poder ver cómo haces venir a mi esposa, primero con la boca y luego con tu pene. ¡Gracias!.
- Yo: ¡Gracias a ustedes por dejarme ser parte de esta experiencia.
Laura volvió del baño, nosotros seguíamos comentando sobre la experiencia.
- Laura: ¿Aguantas uno más?
- David: ¡Estás insaciable!
- Laura: ¡SÍ!. Quiero que me penetren los dos al mismo tiempo.
- Yo: Dame 5 minutos y vuelvo a estar listo.
Laura aprovechó la pausa para besarse y manosearse con David. Esto me ayudó a estar listo para el último round. Decidimos que David iba a estar debajo y yo, por ser el invitado de honor, iba a cogerme a Laura por detrás. Laura para re-calentar el ambiente nos comenzó a hacer una mamada intercambiando nuestros penes. Cuando ya estábamos totalmente listos, comenzaron Laura y David a manosearse. Yo veía como David le cogía y pellizcaba las tetas mientras ella restregaba el pene de su marido contra su vagina. Laura se metió el pene de David de un solo empujón y se acomodó encima para que yo pudiera acceder fácilmente por atrás. Me acomodé, unté mi pene con los líquidos que brotaban de la cuca de Laura y me dispuse a entrar lentamente por su ano.
- Laura: hazlo lento porque no estoy acostumbrada por ahí.
- Yo: Claro, sin afán.
Comencé lentamente a meterle mi pene, se sentía súper estrecho pero con lo lubricado que estaba mi pene entraba sin problemas. David estaba quieto esperando que Laura le diera la señal para comenzar a penetrarla con fuerza. Cuando entró todo mi pene, esperé un momento hasta que Laura nos dijo:
- Laura: ¡Listo! Ahora sí a darme con toda…¡Papacitos!
Esta era la señal que estábamos esperando. Con calma comenzamos a entrar y salir cada uno del orificio designado, al tiempo que sentíamos la presión del pene del otro, separados por una pared tan delgada. Laura nos guiaba con la cadera para ir acelerando el ritmo y por sus gemidos notamos que lo estaba gozando muchísimo. Aumentamos el ritmo de a pocos y Laura comenzaba a gemir y respirar cada vez más fuerte.
- Laura: ¡Qué rico! ¡Qué vergas tan deliciosas! ¿¡Te gusta amor!?
- David: ¡UFFFFF! ¡WOWWWW!
- Yo: ¡Que delicia tu culo!.
Yo ya no aguanté más y me vine primero, luego Laura y por último David. Nuestros fluidos salían de Laura a chorros y caían en la cama (me iba a tocar lavarlas antes de entregar el apartamento). Estábamos sudados, agotados y felices. Laura nos besó de nuevo y se llevó a su marido para bañarse juntos. Yo mientras tanto le escribí a Laura contándole cómo nos había ido y qué le contaría con lujo de detalles una vez volviera a la casa. Nuestros amigos salieron de la ducha y Laura me agradeció de nuevo con un beso apasionado, se vistieron y nos despedimos con el compromiso que debíamos repetir pero los 4 juntos para que todos pudiéramos disfrutar nuevamente esta gran experiencia.