Guía Cereza
Publicado hace 1 semana Categoría: Fantasías 655 Vistas
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Llegamos al bar. Los 4 ya nos conocíamos pero era la primera vez que íbamos a probar un intercambio. Habíamos tenido varias charlas subidas de tono, intercambio de fotos y hasta uno que otro video. 

Estábamos nerviosos y a la expectativa pero sobre todo muy emocionados. 

Al ingresar nos dieron la bienvenida, una chica muy bonita nos guío hasta una mesa para los 4. Había un sofá rojo, grande; Tefa y Sara se ubicaron en el centro y nosotros en los extremos.

En la mesa nos dejaron 4 vasos y las medias de ron y aguardiente que incluía el cover.

El bar estaba iluminado con una luz tenue, rojo pasión. La música: crossover con mucho reggaeton. El lugar no estaba muy lleno debido a que no era un día especial; éramos un total de no más de 8 parejas, cada una en su cuento. Nosotros éramos el único cuarteto.

Los hombres habíamos tenido ya varias experiencias swinger y la charla se centró en contarlas con pelos y señales. Cuando ponían un merengue o salsa salíamos a bailar, algunas veces con nuestras parejas y otras veces cambiábamos.

Yo instalé un juego en el celular, que emulaba unos dados eróticos. Tiene varios niveles de interacción, desde calentamiento hasta sexo duro. Se pueden agregar varios jugadores y configurar si cada uno es hetero, bi, bi curioso o gay.

Empezamos a jugar poniéndolo en nivel calentamiento y nos agregamos los 4, las niñas como bicuriosas y nosotros hetero. 

El primer desafío fue que Sara besara a Sergio en la boca durante 1 minuto. Ella le regaló un beso apasionado, con lengua y manoseo. A Sara le había gustado desde que lo vimos en fotos y me había comentado <<yo le hago la vuelta>>. Ambos disfrutaron muchísimo el momento. 

El siguiente desafío fue que yo le hiciera un masaje en el cuello a Sara. Me dispuse a hacerlo, no sin antes manosearle los senos y dejándolos a la vista de nuestros compañeros de juego. 

  • Sergio: ¡que belleza de pezones! ¿No te parece Tef?
  • Tefa: ¡riquísimos!. Ya quiero que me toque lamerlos o pellizcarlos o tocarlos o todo al tiempo. 
  • Yo: Jajaja. Toca seguir las reglas. Esto es el calentamiento.

Combiné el masaje con un poco de besos por el cuello de Sara que le pusieron la piel de gallina e hicieron que sus oscuros pezones se pusieran erectos, ofreciéndoles una mejor vista a Tefa y Sergio.

Sara se subió el vestido y nuestros amigos alegaron diciendo que no era justo. <<paciencia>> dijo ella. 

En el siguiente turno el juego me exigió que lamiera el vientre de Tefa. Ella ni corta ni perezosa se quitó la blusa, dejando ver un hermoso brasier de encaje negro. Yo pasé mi lengua lentamente por todo su vientre y aproveché para lamer la parte superior de sus senos. Ella me quitó <<hay que seguir las reglas>>, me picó eI ojo y me empujó de regreso a mi puesto. Todos nos reímos fuertemente. 

La siguiente tarea fue para Sergio, tenía que hacerle un streaptease a Sara. Aprovechó que estaba sonando una bachata y lentamente se fue quitando la ropa, hasta quedar en boxers. Sara le recriminó que era todo o nada, que así no valía. Así que también se quitó los boxers. Sara quedó ante un pene muy parecido al mío, tanto en largo como en ancho. Como premio le dió un beso en el glande y le dijo que se podía vestir de nuevo. Sergio se quedó en boxers.

Ya el ambiente estaba bastante caliente. En la mesa más cercana, la pareja estaba comenzando la faena. Ambos eran de unos 40 años, bonitos cuerpos.

Tefa debe besar a Sara por 2 minutos. Ese fue el reto que comenzó todo el desorden.

Tef se apresuró y suavemente comenzó a rozar los labios de Sara con su lengua. Mi mujer le devolvía las atenciones con los ojos cerrados y lamiendo los labios y la lengua de su amante. Se notaban las ganas que se tenían.

Tef, como había quedado con ganas de senos, le bajó el vestido a Sara y sus tetas volvieron a ser las protagonistas. Las acariciaban, pellizcaban, sobaban y manoseaban. Mientras este par de hermosas mujeres seguían besándose apasionadamente, como si fueran amantes de toda la vida.

Sergio y yo veíamos extasiados la candente escena.

Tef, dejó descansar los labios de Sara y cambió a dar lengüetazos a sus erectos pezones. Mientras tanto con su mano comenzó a acariciar la entrepierna de Sara, quien ya estaba totalmente a su disposición. Lentamente subió el vestido, dejando expuestos los calzones azules que ya estaban bastante húmedos. 

Sara se dejó acostar tiernamente en mi regazo, mientras Tef bajaba a probar del néctar entre sus piernas. Yo aproveché para tocar los senos de mi mujer y jugar con sus pezones. Sergio intercambiaba manoseos a las nalgas de su hermosa esposa y miradas al show oral que nos estaban regalando.

Habilidosamente, Tefa, le quitó los calzones a Sara y comenzó a lamer sus labios y el clítoris. Pausada y sensualmente. Sara se comenzaba a retorcer de placer. Arqueaba levemente su espalda y jadeaba al ritmo de las caricias de su amiga.

Sergio introducía sus dedos en la vagina de su amor, mientras ella se deleitaba con la vagina del mío.

Sara me clavó las uñas en los brazos, señal inequívoca de que estaba alcanzando un fuerte orgasmo. Su respiración estaba descontrolada y dejó escapar un fuerte gemido que indicaba que había terminado. Tefa terminó de saborear los jugos fruto de su excelente oral, se dió la vuelta y le dió un apasionado beso a su esposo. Sergio pudo saborear la cuca de mi esposa y se relamía los labios.

  • Sara: ¡ufffff!. Qué rico. Sergio, se nota que te gustó. Esperame que ya voy para allá. 

Sergio tenía una gran erección, al igual que yo. Sara se levantó y se quitó el vestido, sacándolo por la cabeza. Me besó y se fue hacia donde estaba Sergio. Le arrancó los boxers y sin pensarlo dos veces se sentó encima de su verga, metiéndosela toda de un solo empujón. 

Sergio, reaccionó rápidamente y le atacó las tetas con su boca. Sara subía hasta casi sacar el pene de Sergio y luego volvía a bajar enterrándoselo hasta el fondo. Sergio le cogía las nalgas fuertemente, acelerando el movimiento de las caderas de Sara.

Tef y yo solo veíamos, excitados, extasiados y felices.

Sara subía y bajaba cada vez más rápido, su respiración estaba descontrolada, Sergio gemía al ritmo de Sara.

  • Sergio: ¡no aguanto!. ¡Me vengo!. MMMMMM. ¡QUE RICO!.
  • Sara: ¡Ahhhh! ¡Ahhhhhh!. Vente tranquilo. Quiero sentir tu semen dentro. ¡AHHHHHHHH!. ¡AHHHHHHHH!. 

Terminaron casi al tiempo. La mayoría de las parejas los estaban mirando. Fue todo un espectáculo.

Sara se dió la vuelta y se escurrió en los brazos de su nuevo amante.

  • Sara: ¿y ustedes qué?
  • Sergio: dale amor, te quiero ver con él.

Tef, se quitó la blusa y la falda rápidamente y se lanzó hacía mi. Yo la recibí con tremendo beso y como pude le quité el brasier. Pude ver sus pezones claros, parados apuntándome. Me quitó la camisa y yo ayudé con el pantalón y los boxers. Tef miró golosa mi pene y se puso a lamerlo de arriba a abajo, mientras me acariciaba las bolas. Duramos así un rato y luego me dió la espalda y pude ver su culo redondito, no lo pude evitar y comencé a besarlo, le abrí las nalgas para apreciar su ano e introduje mi lengua para poderlo saborear. Ella dio un pequeño salto porque no lo esperaba. Mis dedos rozaban su vagina que estaba empapada.

Tef se levantó y acomodó mi verga para que pudiera entrar fácilmente. Miró a su esposo pícaramente y bajó lentamente, sentí el roce de sus paredes vaginales por todo mi pene. Yo seguía acariciando sus nalgas, mientras veía mi pene entrar y salir lentamente.

Sara y Sergio nos veían, aún abrazados. 2 parejas se habían acercado para ver más de cerca y se manoseaban mientras disfrutaban el show.

Tefa comenzó a subir y bajar más rápido y también a hacer círculos con su cadera, haciendo que mi pene le tocara todo su interior. Estaba muy húmeda, los líquidos se deslizaban por mi verga y caían al suelo. Yo no paraba de acariciar sus nalgas. Aumentó el ritmo de sus movimientos y yo ya estaba a punto de llegar. Seguía moviéndose rápidamente con mi verga adentro, hasta que no aguanté más y me vine con un fuerte espasmo. Ella siguió moviéndose y con una mano se acariciaba el clítoris mientras aceleraba también más, hasta que también llegó a su orgasmo. Se dejó caer encima mío y yo aproveché para manosearle las tetas y besarle el cuello. Que gran cogida.

Duramos varios minutos abrazados, mirando nuestras parejas, también abrazadas.

Después de haber descansado un poco nos levantamos y cada uno volvió con su pareja. Nos besamos y acariciamos, agradeciendo lo que acabábamos de experimentar.

Hablamos otro rato. Nos levantamos y nos fuimos a la salida. Eran las 2 de la mañana. Pedimos los taxis y cada pareja cogió para su casa con el compromiso de repetir esa fabulosa experiencia.

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🍒 Pregunta Cereza

“Lo más excitante que me han hecho sin quitarme la ropa…” A veces lo más erótico no necesita piel desnuda ¿Qué fue lo más excitante que te hicieron sin tocarte directamente? ¡Cuéntanos!