Guía Cereza
Publicado hace 2 semanas Categoría: Hetero: General 361 Vistas
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Cojer entre tres, o mejor no cojer:

Para quienes ya me han leído sabrán que perdí mi virginidad con mi amiga Kati y su novio. Kati fue quien lo puso en la entrada y el novio simplemente me la metió.

El trío se mantuvo así varios meses y fue mi entrada al sexo, por lo que lo "normal" para mi era el trío.

Después hice novio y descubrí el sexo en pareja, que no mucho después se convirtió en intercambio de parejas en la misma cama y después pues era un 'todos vs todos', hasta que un día Kati y yo los vimos interactuar entre ellos y no nos gustó mucho, pero lo soportamos. No sé, ver a chicos con chicos no se me hace erótico sino patético.

Lo sé, es un sinsentido pero simplemente no se me hace un espectáculo visual erótico. No tengo nada contra ello pero no es de mi gusto.

Salimos de viaje una vez a una playa por 5 días. Richi, Vicente, Kati y yo. El obvio plan no dicho pero supuesto era follar como si el mundo se fuera a acabar. Era el tiempo en que Kati y yo follábamos con "nuestros novios" como si fuera desayunar o ir por el pan. El trayecto en carretera fue de unas 10 horas. Lejos, muy lejos. El destino era una playa inóspita y remota donde según nos decían, allí vivía dios. Dejamos el auto en un paraje y allí tomamos una lancha que entre manglares nos llevó a esa playa. Llegando, el lugar rompió todas nuestras expectativas, el lugar no era espectacular, era el paraíso. Un puñado de turistas hippies y nosotros cuatro. Cabañas, una tienda de abarrotes, palmeras, arena y el olor a sexo era indescriptible. Vaya, nada que hacer más que comer, cerveza, porros y follar. Ni señal de internet. Obvio que recién llegamos ni el equipaje desempacamos. Alguien se hizo un porro y empezamos a copular hasta que la oscuridad de la noche nos recordó que estábamos enmedio de la nada sin siquiera electricidad.

Salimos a explorar y había un lugar donde decía restaurante pero que no era sino un par de mesas y una cocina. En la otra mesa había una pareja de recién casados que conocimos y que Kati y yo volteándonos a ver intuímos que querían con nosotras. El chico se hizo un porro y nos compartió. Un minuto después se pusieron a follar en una hamaca frente a nosotros. La polla del chico era enorme y la casa más jugosa que yo había visto hasta entonces. Como un tótem idílico ante el cual hincarse y alabar. Esa noche follamos como enjendros del mal.

El amanecer nos despertó con un rayo de luz en nuestras caras. Los cuatro desnudos, cojidos, follados, radiantes como el sol de esa mañana. Comimos, nadamos, las cervezas se consumían por docenas, y entre rato y rato follábamos enmedio de la nada. Si alguien nos podía ver era algo que a ninguno importaba. Recién éramos mayores de edad y podíamos hacer lo que nos viniera en gana, y copular era nuestra recreación. Eran los tiempos en que entre los cuatro nos cojíamos natural, sin jusgamientos ni contemplaciones, gozar por gozar.

A la noche volvimos a ver a la pareja de recién casados. A Kati le interesaba el chico, a mi, la chica. No sabíamos cómo deshacernos de Richi y Vicente pero ambas sabíamos lo que pasaría esa noche. Esa noche un extraño y una extraña nos iban a follar. A pelo.

Sin planes ni nada, Kati y yo nos afanamos a emborrachar a los chicos. Teníamos que dejarlos fuera de combate para después entregarnos al pecado y la lujuria. Comadres en el amor y la lujuria.

Yo besaba a Richi ("mi novio") y Kati a Vicente, sólo por calentar a la pareja. Yo me besaba con uno, después con el otro, mientras veía a la pareja viéndonos y yo sólo les guiñaba el ojo. Si, lo sé, soy una zorra. Mi mejor cualidad.

En ese lugar la naturaleza manda. La noche es la noche y llega con el anochecer y todos los animales de la jungla se van a dormir. Pero no para nosotras. Esa noche andábamos de cacería y nuestras dos presas esperaban el momento en que nuestras dos fieras (Richi y Vicente) perdieran el conocimiento para después empezar lo otro.

Dicho por hecho. Nuestros dos amores perdieron la batalla vs el alcohol y los llevamos a la cama. No se crean que los dejamos allí botados. Para nada, ambas somos tiernas y responsables. Los dejamos en la cabaña dormidos y borrachos. Sanos y salvos.

Al regresar a la mesa nos juntamos los cuatro. Todos sabíamos lo que iba a suceder pues era más que obvio que los recién casados babeaban por cojernos.

El "restaurante" cerró, los muy pocos turistas desaparecieron, y los cuatro nos reunimos en las dos hamacas que colgaban del techo de palapa que iba a presenciar una orgía a cuatro.

Regresé del lavadero cuando Kati se besaba y se la jalaba al tipo. La recién casada observaba la escena frotándose la entrepierna con sus muslos. Así la encontré cuando me vio. Me quité la pollera que llevaba y que era lo único que cubría mi desnudez. Nos besamos con desesperación y lujuria, nos lamimos, nos chapamos. Vimos al chico penetrar a Kati con furia y desesperación, la clavaba con frenesí de enfermo mental. Yo probé el coño más rico que jamás había probado. Ella estaba fascinada con mis tetas, me chupaba como bebé como si quisiera extraer leche de una adolescente. Estábamos en lo nuestro cuando escuchamos a Kati vociferar improperios del más allá, se estaba viniendo como demonia. El tipo se salió de ella y vino a vaciar su leche en nosotras. Hice la porquería y me expandí su leche por cara, brazos, cuello y cara. La tipa me dice: 'Eres una cerda'. Le digo que sí y nos fundimos en un beso con la leche de su recién marido entre nuestras bocas.

Nos corremos como venadas en primavera, y los cuatro cerramos los ojos a dormir exhaustos todos. A la mitad de la noche me despierta una lengua hurgando en mis sentidos. Es el macho, el recién marido. No fui consciente de en qué momento 'mi nueva novia' se fue de mi. Un falo enorme se desliza en mi, siento su cabeza palpitar. Es la más grande que jamás haya entrado en mi. Se desliza con facilidad, entra y sale, entra y sale, dios, soy una diosa del amor, una puta. Me mete la lengua en la garganta, yo necesito gemir y no me deja. Me falta el aire, volteo la cara para recibir una bocanada de aire y poder gemir los orgasmos que se me suceden en cascada. Su leche caliente se corre en mi interior, es cuando lo siento palpitar y alcanzo el cielo.

Antes de irme al mundo de los sueños escucho los gemidos de Kati al lado mío.

Cuando abrimos los ojos ya es de mañana y los recién casados no están allí. Nos medio vestimos y regresamos a la cabaña donde nuestros 'novios' duermen en brazos de Morfeo. Nos acurrucamos frente a frente y nuestras caras nos dicen que hemos pecado.

Nos dormimos. Nuestro 'amanecer' llega a medio día, los chicos aparecen con el desayuno en nuestras camas, tiernos y simpáticos.

A la tarde salimos y nos enteramos que los recién casados partieron ya después de su luna de miel. Kati y yo nos decimos gracias a dios, y el resto de las vacaciones transcurrieron como lo planeado. Sexo con nuestros novios de dia a noche. 

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🍒 Pregunta Cereza

“Lo más excitante que me han hecho sin quitarme la ropa…” A veces lo más erótico no necesita piel desnuda ¿Qué fue lo más excitante que te hicieron sin tocarte directamente? ¡Cuéntanos!

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