Guía Cereza
Publicado hace 1 mes Categoría: Intercambios 1K Vistas
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-Que es eso de swinger? me preguntó esa noche mi esposa, le expliqué lo mejor que pude con la poca información que tenía y para complementar, la senté en mis piernas frente al computador y le empecé a buscar información, fotos y videos; le encantó porque al poco tiempo ya tenía mi verga dentro y se penetraba suavemente mientras miraba. Mi esposa me propuso que fuéramos a un bar swinger.

Esa noche estaba divina, se puso un sostén y panty negros totalmente transparentes, de esos que se rompen solo con mirarlos, una de sus minifaldas favoritas, también negra, plisada y muy ligera, de esas que se levantan fácilmente con el viento o con unas manos traviesas, un top negro corto y suelto y encima de todo un gaban largo que odié, por privar al mundo de tanta belleza. Yo me puse medio formal. 

Dimos con el sitio con la dirección y preguntando porque no tenía aviso ni nada, tocamos a la puerta y un tipo con cara de pocos amigos nos preguntó a qué veníamos, me puse al frente, le expliqué, su actitud cambió a afable y nos hizo pasar (hay que entender que hace 20 años las cosas eran muy diferentes). Nos recibió un joven muy amable, nos preguntó si era nuestra primera vez y que expectativas teníamos, le explicamos que veníamos por curiosidad pero que si las cosas se daban, no dudaríamos en participar. Al joven se le iluminó la cara y nos dio un tour, mi Diosa guardó su pesado gaban y el joven al mirar tanta sensualidad, sonrió e hizo un ademán de aprobación.

Había un bar sencillo, una pequeña pista de baile, la zona húmeda, una gran sala con un gran colchón circular, varias salas pequeñas y dos salas de sadomasoquismo, el joven nos insistía en la regla de oro: ¡No es No!, y que la mejor manera de acercarnos a otras parejas era que lo hiciera la dama, la importancia de la mujer en esos ámbitos donde ellas eran las Reinas, ellas eran las Diosas (Me encantó esa parte!).

Nos dejo en nuestra mesa, le recompensé con un buen billete en su bolsillo y se declaró nuestro mayordomo oficial. Bailamos un buen rato y noté las miradas de deseo de los hombres sobre mi esposa, le pedí que bailara más sensual y apenas nos sentamos, se nos acercaron varias damas a invitarnos, les explicamos que era nuestra primera vez y se retiraron poniéndose a la orden si deseábamos ir con ellos. 

Nada de acoso, nada de intensidad, nada de tipos babosos, ¡me estaba gustando mucho el swinger!. A media noche hubo un show de una pareja, bailaron muy bien, luego danzaban frente a cada mesa y nos invitaban a tocarlos. Mi esposa no le dejó sitio sin tocar al joven, yo en cambio no me atreví a tocar a la bailarina aunque mi esposa me animó. 

Los bailarines realizaron un performance de sexo oral y vaginal muy estético, esto calentó el ambiente y poco a poco las parejas empezaron a dirigirse a las otras zonas. Mi esposa me tomó de la mano pues quería ver. Nos dimos cuenta de la camaradería y el respeto al hacer el intercambio de parejas, sobre todo las parejas mayores.

Mi esposa me dijo que le atraía una pareja y que quería probar, -A eso vinimos mi amor, si te gusta, ¡le hacemos!. Habló con la pareja y en segundos ya me estaban llamando. Nos enseñaron más cosas de la vida swinger. Eran una pareja cuarentona, el hombre, del gusto de mi esposa, moreno, contextura media y muy varonil, vestía bóxer. Ella, morena, delgada, hermosa, con interiores de encaje. La conversación se fue calentando y la morena propuso subir a una habitación privada. 

Ellos empezaron a besarse y los imitamos, fue una sensación muy intensa cuando la morena le pidió permiso a mi esposa y me empezó a acariciar. Ni nos dimos cuenta en que momento la morena estaba besándome y el moreno estaba recibiendo sexo oral de mi esposa, mi erección al verla tragarse ese miembro fue instantánea como siempre y la morena también me hizo sexo oral. 

Nos fuimos amalgamando en un amasijo de cuerpos, nos turnábamos las parejas en hermosa coreografía, a veces estábamos haciendo sexo oral a las mujeres, otras eran ellas ocupando sus bocas, en ocasiones penetradas en cuatro, otras cabalgándonos. Enloquecí con mi Diosa teniendo sexo a mi lado, escuchándola gemir en mi oreja, aspirar el delicioso aroma de su sexo caliente, penetrado y mojado, saborear su divina vagina en cuanto el moreno le sacaba la verga para penetrar a su morena. Todo eran risas, bromas, todo era consensuado y guiado por nuestra experimentada pareja morena. 

Como siempre, yo analizándolo todo, me di cuenta que mi excitación y mi erección dependían del placer de mi esposa, cuando la perdía de vista, era como perder el impulso, como si me faltara algo, me sentía vacío a pesar de estar con una morena preciosa, muy femenina y de aroma exquisito. 

Me sentí culpable con la morena porque mi atención era para mi esposa mientras ella se dedicaba a mi por completo. En un descanso entre orgasmos me disculpé con la morena. Para mi sorpresa, ella se sonrió diciendo que ya se había dado cuenta y que eso estaba muy bien, que me felicitaba pues se notaba a leguas el amor enfermizo por mi esposa. Me aconsejo que mejor siguiera el camino cornudo, porque no le ponía suficiente atención a la otra mujer por estar absorto en mi esposa como para ser swinger. 

Me disculpé sinceramente y le agradecí sus enseñanzas mientras veía a mi Diosa en cuatro, clavada hasta el fondo, sus rubios cabellos cual riendas, mientras gritaba a cada perforación del moreno. Me interrumpió de mi veneración la morena diciéndome -¿viste?, ¿tengo o tengo razón?, ahí está tu felicidad, en ser un cachón feliz, el swing no es para ti muñeco. Ahora de despedida, necesito esa hermosa verga tuya, que de solo mirar a tu esposa, se te paró otra vez. 

La morena me cabalgó violentamente, asegurándose de que yo estuviera mirando a mi esposa en todo momento, hasta los llamó para que yo pudiera sentir, ver, oír, oler y saborear a mi esposa. Si antes había sido delicioso, ahora se volvió maravilloso, sin cargos de conciencia y con toda mi atención en mi Diosa y la morena pudo disfrutarme, dándose todo el gusto que quiso conmigo. 

En la madrugada, exhaustos, nos despedimos muy contentos y agradecidos, la morena me susurró: -Nunca lo olvides, sigue tu camino de cachón feliz si quieres ser pleno sexualmente, no te desvíes de tu hermoso destino, te felicito, eres un verdadero cachón, no como la mayoría, que es mucho hablar y a la hora de la verdad son falsos, son manipuladores o guardan odio y resentimiento por su esposa. Tu actitud es totalmente sincera, tu placer verdaderamente es el placer de tu esposa, sigue así y triunfarás en tu vida sexual y la de tu esposa, te auguro muchísimos años juntos, me imagino a tu esposa viejita culeando rico y tú ahí ayudándola y feliz. 

-El único defecto que te veo y que debes corregir, es que eres muy controlador, si quieres ser un verdadero cachón debes soltarla, dejarla ir, dejar que ella sea verdaderamente libre. Déjala que salga sola, que se compre la ropa quiera, que escoja su macho sin tener que contar con tu aprobación, déjala que tenga novio, que tenga relaciones más profundas, que tenga otro u otros maridos, que se quede a dormir o vivir con el otro o los otros el tiempo que ella quiera. Toda esa lección me dejó perplejo e incómodo al darme cuenta que la morena tenía toda la razón y me propuse firmemente seguir sus consejos y lograr que mi esposa fuera verdaderamente libre y yo fuera un verdadero cornudo (cachón como decía la morena).

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🍒 Pregunta Cereza

“Lo más excitante que me han hecho sin quitarme la ropa…” A veces lo más erótico no necesita piel desnuda ¿Qué fue lo más excitante que te hicieron sin tocarte directamente? ¡Cuéntanos!


  • Amaría ver a mi esposa cogiendo con otro me gustaría que me aconsejaras y poder hablar sobre el tema que delicia
    • Muchas gracias por leerme. Si uno como hombre está totalmente seguro de que lo que a sentir es placer al verla gozando con otro hombre, ya va el 10% de la tarea, el 90% queda en manos de ella, tiene que gustarle muchísimo el sexo y tener una autoestima por las nubes, le deben gustar muchísimo los hombres pero ni debe ser fácil de enamorar. Hay muchos más detalles que ayudan a llegar a este paraíso, es cuestión de paciencia y mucho amor. Éxitos en este maravilloso camino!
  • Que delicia de relato . También me encantaría ser cornudo viendo a mi esposa culiada . Excelente experiencia

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