Ese día estaba en mi casa, descansando, cuando me llego un mensaje al WhatsApp de un amigo: “¿Estas libre? ¿Quieres chupármela un rato?”; Sentí un corrientazo de placer en mi interior al recordar la hermosa verga que él tiene y sin dudarlo un momento le dije que sí, así que me respondió que iba en camino a mi casa.
Hacia más de dos meses que no nos veíamos así que sin perder tiempo me di un buen baño, sequé mi cuerpo y me puse una tanga negra, unos ligueros también negros y una peluca rosada, y me di los últimos retoques frente al espejo.
Me senté en la cama mientras llegaba mi amigo y recordé la ultima vez que se la chupé, y empecé a tocarme lentamente, recordando el sabor de su semen.
Unos minutos después llego mi amigo, nos abrazamos y al hacerlo él noto mi erección, sonriéndome me dijo que le gustaba que lo recibiera de esa manera.
Empezó a manosearme, allí, contra la pared, después de haber cerrado la puerta de mi apartamento, mientras yo empezaba a gemir como putita.
Empecé a quitarle ropa, llevándolo al sofá, y allí terminé de quitarle absolutamente todo, dejando la ropa en un montón sobre una silla.
Me senté encima de el y seguimos tocándonos, acariciándonos, manoseándonos, mientras su pene se ponía totalmente erecto.
Empecé a pajearlo lentamente, poco a poco, con mi mano llevando el ritmo, a veces lento, a veces acelerando y haciéndolo gemir.
El me quito la tanga negra y empezó a pajearme, lo hacíamos mutuamente, disfrutando de nuestras vergas, gimiendo de placer, que rico se sentía, como me hacía de falta.
Después de eso empecé a besar su pecho, su estómago y así fui bajando lentamente, mientras él iba abriendo las piernas ya que sabía lo que vendría.
Lentamente con mi lengua empecé a lamer su cabecita, disfrutando de su rico sabor, estaba tan húmeda y palpitante.
Con mi boca rodeé totalmente la cabecita y empecé a chupar lentamente, cerrando los ojos, disfrutando de cada centímetro y escuchando sus gemidos mientras me pedía que no parara.
Con mi lengua recorrí su erecta verga, desde los testículos hasta la cabecita, una y otra vez, yo estaba muy excitado y no quería parar, sus gemidos me servían de aliciente.
Por último, le di unos besos a su erecto pene y tomándolo de la mano lo llevé a la habitación, nos recostamos en mi cama y seguimos manoseándonos un buen rato, enredando nuestros cuerpos, frotando nuestros penes, gimiendo.
Después él se dedico a masturbarme un buen rato, su mano iba y venía arriba y debajo de mi dura verga, mientras yo gemía y mirándolo solo le decía que lo hacia muy rico, que siguiera así.
No me aguante mas y otra vez se la chupe, despacio, sintiendo cada centímetro de su palpitante verga en mi lengua, en mi boca, lamiendo su cabecita, saboreándola despacio.
Salió su precum y con mi lengua lo recogí, que rica sensación da el probarlo, es indescriptible, pero a la vez se siente tan rico.
Me puso en 4 y con su lengua recorrió mi ano, sin dejar un solo centímetro sin probar, eso me enloqueció aun mas y mis gemidos de placer así lo comprobaban, su lengua se movía inquieta mientras de mi verga ya salía algo de precum, avisando que lo mejor estaba por venir.
Unos instantes después chupe nuevamente la verga de mi amigo, y sabiendo que él no iba a resistir mas cerré los ojos y deje que eyaculara en mi cara, sus chorros salieron uno tras otro, empapándola y también a mi peluca, fue una corrida abundante.
Abrí los ojos después de haberme quitado algo de semen que cayo encima de ellos y vi esa hermosa verga con algo de semen en su cabecita, la chupé y la lamí hasta dejarla totalmente limpia, saboreando de paso su esperma tan delicioso y que tanto extrañaba.
Mi amigo aprovecho para masturbarme y hacerme eyacular, lo cual hice encima de sus manos la cuales quedaron totalmente empapadas de mi semen.
Después mi amigo se lavó bien sus manos y se limpió su entrepierna mientras yo me recostaba en la cama, el se vistió, ya que tenia un compromiso, pero me agradeció por esa rica tarde que pasamos y acaricio me pene antes de irse.
Después que él se fue me quede allí en la cama, con la cara llena de su semen que se estaba secando, con mis dedos recogí una parte y lo unte en mis pezones mientras tomaba aire, estaba cansado así que me deje llevar, afuera no había casi ruidos y me dormí un rato, así como estaba.
Me desperté después de unos veinte minutos y empecé a hacerme una paja despacio, recordando el rico sabor de su verga, y terminé eyaculando encima de mi pecho y estómago.
Fue una buena tarde paja y mamada.






