Guía Cereza
Publicado hace 22 horas Categoría: Hetero: General 128 Vistas
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Días después, la vida seguía igual de turbulenta. Las peleas en casa continuaban, mi relación de pareja se desgastaba en discusiones sin sentido, y yo trataba de mantenerme entera mientras todo a mi alrededor parecía derrumbarse.

Mi mayor tormento y desasosiego era Adrián: su silencio desde esa última madrugada de alcohol y sexo confirmaba que me había usado y desechado —y no era la primera vez que lo hacía—, lo que me hacía sentir sucia y puta.

La discusión con mi pareja fue devastadora. Había iniciado por una tontería: él deseaba que usara un conjunto de lencería muy sexy y costoso que me había regalado. Yo sabía que esa prenda era la única que no había recuperado después de aquella noche de sexo por culpa de mi tío. Yo intuía que Adrián era el nuevo dueño de esas prendas. La vergüenza y el miedo a que mi pareja descubriera la ausencia de la prenda me hicieron estallar.

Ya se acercaba la fecha de mi aniversario con mi pareja, y mi problema con la lencería no tenía solución. Entonces, me llené de valor y le escribí a Adrián por WhatsApp: "Hola, ¿cómo estás? Necesito algo que es mío y tú tienes."

Pasaron los días y ese WhatsApp no tuvo respuesta. Yo no volví a escribir. Intenté la solución más fácil: buscar el conjunto que mi pareja me había regalado, pero fue imposible encontrar uno igual. Yo sabía que Adrián en algún momento aparecería y

Fue entonces cuando mi teléfono vibró.

El sonido me sobresaltó en la oscuridad. Lo tomé con manos temblorosas, sabiendo instintivamente quién era.

"¿Bajas?"

Sin dudarlo, escribí: "¿A dónde?"

Su respuesta llegó al instante, seca y concisa: "Estoy aquí, en mi cuarto, donde los abuelos."

La rabia me hirvió. "¿Crees que soy tu puta o tu esclava que espera tus órdenes para cumplirlas? ¡Pues no!"

Pero mi cuerpo ya se movía hacia la puerta, el odio y el deseo mezclándose en un cóctel peligroso. Bajé las escaleras sintiendo cómo la humedad entre mis piernas delataba mi excitación. Al abrir la puerta de su cuarto, la oscuridad era absoluta.

En la oscuridad, Adrián me dio la siguiente orden: "Prende la luz. Quiero ver cómo estás vestida."

Prendí la luz. La fluorescencia inundó el pequeño cuarto de los abuelos, y mi figura quedó expuesta en el umbral, envuelta solo en la bata de seda que se pegaba a mi piel. Su mirada recorrió mi cuerpo lentamente, confirmando que había cumplido la condición de ir sin nada debajo.

Él estaba sentado en el borde de la cama, mirando con una calma que me resultaba aterradora. Pero podía sentir el olor a alcohol que inundaba ese cuarto"

"Cierra la puerta con llave", ordena Adrián sin apartar sus ojos de mis pezones duros que marcan la seda. Mis dedos tiemblan al girar la llave, sabiendo que estoy atrapada aquí con él. "Ahora ven y arrodíllate donde perteneces, puta."

Sus dedos se enredan en mi cabello mientras me fuerza a mirar su bulto creciente. "Dime por qué realmente viniste", exige mientras presiona mi cara contra su entrepierna. "¿Por la lencería o porque necesitas que te folle hasta olvidar tu nombre?"

Antes de que pueda responder, desabrocha su pantalón. "Viniste porque eres mi puta adicta a esta verga." Su miembro erecto emerge, rozando mis labios. "Ahora abre esa boquita y prepárate, esto será largo."

Saca la lengua, puta", ordena Adrián mientras frota la cabeza de su miembro sobre mi saliva. Obedezco inmediatamente, sintiendo cómo la punta palpitante recorre cada centímetro de mi lengua. mientras empuja hacia adelante, llenándome completamente la boca.

Mis mejillas se hunden mientras él folla mi garganta sin piedad. Cada embestida me ahoga, las lágrimas corren por mi rostro mientras trago con dificultad. "Así me gusta, puta, dice mientras observa cómo mi boca se estira alrededor de su grosor.

"Sigue así, puta", jadea mientras acelera el ritmo. Sus testiculos golpean mi barbilla con cada empujón, el sonido húmedo de mi boca siendo usada llena la habitación. Siento su verga palpitar dentro de mi garganta, sabiendo que está cerca del climax pero negándose a venir todavía.

Ya es hora de usar este coño empapado, Adrián mientras me penetra de golpe. Un grito me escapa cuando su verga llena mi interior completamente. "Cállate y recibe esta verga como la puta que eres", ordena mientras sus embestidas brutales me hacen rebotar contra el colchón.

Me voltea bruscamente, colocándome a cuatro

Sus manos agarran mis caderas con fuerza mientras me penetra por detrás. "Ahora me muestras ese culo de puta", dice entre dientes. Cada embestida es más profunda que la anterior, sus testículos golpeando mi clítoris con fuerza. El sonido húmedo de nuestros cuerpos chocando se mezcla con mis gemidos ahogados.

Me levanta contra la pared, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura

"di mi nombre, puta", exige mientras sus embestidas se vuelven más salvajes. Sus uñas se clavan en mis muslos mientras me folla contra la pared, alcanzando profundidades que me hacen ver estrellas. Nuestros sudores se mezclan mientras el ritmo se acelera hacia el clímax inevitable.

Te voy a romper por dentro, puta", dice Adrián mientras clava su verga hasta el fondo de mi útero. Cada empujón es una violación brutal que me hace gritar entre lágrimas. Siento cómo me desgarra internamente, su grosor abriéndome de manera salvaje.

Me arroja de nuevo al colchón boca abajo

Sus manos me inmovilizan mientras monta mi culo y me penetra aún más profundo.. El dolor y placer se mezclan cuando siento cómo me estira hasta límites que no creía posibles.

Me voltea bruscamente y abre mis piernas violentamente

"Ábrete más, puta", ordena mientras clava su miembro con furia renovada. Sus embestidas son tan profundas que siento que me llegan hasta la garganta. Mis uñas se clavan en su espalda mientras grito su nombre, completamente destruida por su verga.

"Recibe toda mi leche, puta", dice mientras vacía su semen hirviendo en mis profundidades. Su verga palpita dentro de mí mientras yo me vengo convulsivamente, completamente rota por dentro, pero satisfecha como nunca.

Me arroja violentamente sobre la cama, mi cuerpo aún tembloroso del sexo anterior

"Descansa cinco minutos, puta", escupe Adrián mientras se sienta al borde de la cama. "Porque pronto voy a destrozarte ese culo virgen." Sus dedos recorren mi espalda baja mientras yo jadeo tratando de recuperar el aliento. El reloj marca el paso del tiempo con tics crueles.

(Pasados exactamente cinco minutos, sus manos me voltean bruscamente)

"Se acabó el descanso, puta", anuncia mientras unta su verga con lubricante frío. "Tu culo me pertenece ahora." Antes de que pueda prepararme, siento la punta de su miembro presionando contra mi ano. "Relájate, puta, o esto dolerá mucho más."

(La penetración inicial es brutal y desgarradora)

Un grito desgarrador escapa de mis labios cuando su verga entra a la fuerza en mi recto. El dolor es insoportable, siento cómo me desgarra por dentro. "Así me gusta, puta, grita mientras te rompo el culo", jadea él mientras comienza a moverse con embestidas cada vez más profundas.

(Sus manos me sujetan las caderas con fuerza mientras acelera el ritmo)

Cada empujón me hace ver estrellas, sintiendo cómo mi interior se adapta a a su grosor. "Tu culo está más apretado que tu coño, puta", dice mientras clava su verga hasta el fondo. Las lágrimas corren por mi rostro mientras él me destroza analmente sin piedad.

Quiero oírte suplicar, puta", susurra Adrián mientras frota la cabeza ensangrentada de su miembro contra mi ano destruido. Mis lágrimas mojan la almohada mientras imploro "no más", pero él solo ríe con crueldad. "Esto apenas comienza."

(De un solo empujón brutal, vuelve a enterrar su verga hasta el fondo)

Un alarido desgarrador sale de mi garganta cuando siento cómo su miembro rasga aún más mis entrañas. La sensación de carne desgarrada es insoportable, pero él no se detiene. "Sigue gritando, puta", jadea mientras acelera el ritmo, sus caderas golpeando mis nalgas con fuerza.

(Sus manos se clavan en mis caderas mientras folla mi culo sangrante)

Cada embestida es una tortura exquisita. Siento la sangre correr por mis muslos, lubricando su violación anal implacable. "Tu culo sangra como la puta que eres", dice mientras profundiza aún más, alcanzando lugares que no sabía existían. Mis uñas arrancan trozos de sábana mientras él me destruye sin compasión.

"Toma toda mi leche, puta", dice Adrián mientras vacía su semen caliente en mis entrañas. El dolor es insoportable mientras su esperma llena mi recto ya lastimado. Jadeo y sollozo, sintiendo cómo cada chorro aumenta la agonía.

Se retira bruscamente, dejándome sangrando y llena de su semen

"Es hora de que te vayas, puta", dice  mientras se levanta de la cama. "Tu culo destruido huele a mi verga y sangre." Me arrastro hacia el borde, las lágrimas mezclándose con el sudor.

"Antes de irme... dame lo que vine a buscar", susurro con voz quebrada mientras extiendo la mano. Él sonríe cruelmente y  no te preocupes más tarde lo tendrás . "Ahora vete a tu cama y duerme, puta.

Mis pasos son temblorosos mientras salgo al frío de la madrugada, sintiendo su semen y mi sangre correr por mis piernas. Cada movimiento duele, recordándome el precio que pagué esta noche. Llegué a mi cama me dormí instantáneamente por el dolor y el placer que me habían dado. A la mañana siguiente nuevamente me despertó mi abuela con el toquido en la puerta pero esta vez me esperaba un regaño tiene que tener cuidado donde deja su ropa interior botada por hay esta adrián que pensara de usted y le advierto que ahora el vivirá en esta casa de ahora en adelante tiene que ser más recatada.

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🍒 Pregunta Cereza

“Lo más excitante que me han hecho sin quitarme la ropa…” A veces lo más erótico no necesita piel desnuda ¿Qué fue lo más excitante que te hicieron sin tocarte directamente? ¡Cuéntanos!

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