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El bar de travestis en Chapinero, Bogotá, el sabado , era un lugar donde la noche cobraba vida con un brillo peculiar. Las luces neón parpadeaban en tonos rojos y morados, iluminando las caras maquilladas y los cuerpos esculturales que se movían al ritmo de la música. El aire estaba cargado de perfume barato, sudor y una mezcla de deseo y libertad que se respiraba en cada rincón. Allí, en medio de ese caos organizado, estaba yo, con el corazón acelerado y las piernas temblorosas, sintiendo cómo cada paso en mis tacones altos resonaba en el suelo como un tambor que marcaba el ritmo de mi nerviosismo.
Mi vestido rojo el cual es mi color favorito... ajustado se ceñía a mi cuerpo como una segunda piel, resaltando cada curva y cada movimiento. El escote pronunciado dejaba poco a la imaginación, y la falda corta permitía que mis muslos se mostraran con cada paso que daba. Sabía que todas las miradas estaban sobre mí, pero no era eso lo que me calentaba ya que habian un par de hombres interesantes , esos que llamamos meros machos .pero el que mas me calento fue él, mi vecino, quien estaba sentado en la barra, solo y como asustando bebiendo una cerveza con una sonrisa pícara que parecía decirlo todo sin decir nada. y mirando el reloj cada nada ( posdata : el man es casado y tiene 2 hijos)
Él es alto y musculoso, con una presencia que llenaba el espacio a su alrededor. Su camisa ajustada dejaba ver los contornos de su torso trabajado, y sus jeans desgastados se ajustaban perfectamente a sus caderas. Nuestras miradas se encontraron por un momento, y sentí cómo el calor subía por mi cuello hasta mis mejillas. Con pasos lentos y sensuales, me acerqué a él, sintiendo cómo cada movimiento de mis caderas era un llamado silencioso.pero con temor de que descrubiera quien era en realidad. El bar parecía desvanecerse a mi alrededor, y solo quedábamos él y yo en ese universo de luces y sonidos.
Al llegar a su lado, me incliné ligeramente, acercando mi boca a su oído. Mi aliento cálido rozó su piel mientras susurraba: "Hola, ¿te gustaría que te acompañara? ". Mi voz era un susurro ronco, cargado de promesa y tentación. Él giró su cabeza hacia mí, su sonrisa ensanchándose en una expresión lasciva que me hizo sentir un escalofrío recorrer mi espalda. Sin decir una palabra, me tomó de la mano con firmeza, sus dedos entrelazándose con los míos como si ya supiera que no había vuelta atrás, y me invito a sentarme.
hablamos un buen rato yo tratando de que no se diera cuenta quien era yo .. despues de un rato me llevó hacia el baño, un lugar pequeño y oscuro al fondo del bar, donde el olor a desinfectante luchaba por cubrir el aroma a sexo y transgresión. Apenas entramos, me apoyó contra la pared fría, su cuerpo presionando contra el mío. Sentí su dureza contra mi vientre, y un gemido ahogado escapó de mis labios.y comenzo a besarme desaforadamente , yo no podia imaginar estar con mi vecino asi... Sus manos recorrieron mi cuerpo con una urgencia que me dejó sin aliento. Desabrochó mi vestido con destreza, dejando que cayera al suelo.
Mis tetillas quedaron al descubierto no son tetas porque soy de closet bebes hahaha , y sus manos los acariciaron con una mezcla de ternura y lujuria. Mis pezones se endurecieron bajo su tacto, y arqueé mi espalda, buscando más de su atención. Mientras sus manos exploraban mi cuerpo, sentí su polla dura rozar mi culo, y un gemido de placer escapó de mi garganta. Me giré hacia él, mis manos buscando la cremallera de sus pantalones. La bajé con torpeza, ansiosa por liberar lo que había dentro.
Su verga gruesa y erecta saltó hacia afuera, y sin pensarlo dos veces, me arrodillé frente a él. Mi boca se abrió, y la tomé con ansia, sintiendo cómo crecía en mi interior. Mi lengua recorrió su longitud, saboreando su sabor salado y masculino. Él gruñó de placer, sus manos enredándose en mi cabello, guiando mi cabeza en un ritmo frenético. "Eres una puta traviesa, ¿verdad?", susurró en mi oído, su voz ronca y llena de deseo. "Te gusta chupar pollas, ¿no es así, perra?".
Sus palabras me encendieron aún más porque amo que me traten asi , y redoblé mis esfuerzos, tragando más de su longitud, sintiendo cómo mi garganta se ajustaba a su grosor. Él gemía sobre mí, sus caderas moviéndose hacia adelante y hacia atrás en un ritmo que me hacía sentir como la puta más deseada del mundo. Mi culo caliente y mi tanga estaba empapada, mi culo se contraía de deseo, y sabía que esta noche sería inolvidable.
En ese momento, con su polla en mi boca y sus manos en mi cabello, supe que mi vecino descubriría todos mis secretos más oscuros y pervertidos. Y no solo eso, sino que también yo descubriría los suyos. La noche apenas comenzaba, y ya podía sentir cómo el placer nos consumía, llevándonos a un lugar donde las reglas no existían y el único lenguaje era el del deseo. pero aqui no termina todo , siempre he pensado que es mas rico culiar en una cama comodos...
TELEGRAM : @theacne25
besos






