En el swinger todo es relax, y todo por lo general es muy divertido; conocer nuevas personas que tienen fantasías diferentes o parecidas es muy divertido. Gente realmente genial; poder hacer estas cosas de forma libre y ser uno mismo es algo muy grande.
Cuando somos jóvenes, pensamos en el sexo como algo estrictamente romántico y que no puede ser conseguido sin amor. Conseguimos una pareja para iniciar nuestra vida marital y sexual, y con ello explorar el sexo como la base de una relación. Después de esta experiencia (para mucha romántica al principio y después traumática), comienzas a explorar esos cuartos oscuros que están allí, en los cuales nos escondemos de nuestra vida marital, llenos de fetiches y fantasías sexuales que nuestra pareja no nos dará porque no las quiere con nosotros.
Hasta que descubrimos que algo en nosotros es diferente, que ser adultos después de los 40 trae eso llamado mentalidad swinger, y con ello se puede recuperar el tiempo perdido.
Una de las razones por las cuales salimos del clóset es porque realmente nos atrae la sexualidad libre, que nuestro cuerpo es un templo y un campo de diversiones. Todas esas situaciones sexuales que tenemos para experimentar y todas esas personas diferentes con las que podemos interactuar con toda libertad, sin compromiso. Como swinger tenemos que experimentar realmente nuestra sexualidad, tener todas estas nuevas experiencias, probar todas estas cosas y cumplir todas mis fantasías; ser swinger es como se debe hacer.
En el mundo real, lo llamado "vainilla", es realmente difícil organizar las cosas, a veces por falta de determinación o libre desarrollo de la personalidad; no hay otra mejor manera de decirlo. Pero en el swinger tan solo entra una persona y tan solo es swinger, nada más; no involucran emociones. Al cabo, alguien más está cuidando de tus fantasías, y ya las cosas no son difíciles sino divertidas; se hacen simples.
Lo que más me gusta del swinger es que está alineado a que nos gusta tener sexo y nada más con personas, realizar intercambios o tríos, y para otros hacer sus fantasías (que para otros son perversiones). Tener sexo al tiempo con dos o tres personas a la vez es algo fantástico, me gusta y define lo que soy. Para tener sexo swinger, depende de mi estado de humor: a veces se quiere sexo fuerte, a veces sexo romántico; depende del estado de ánimo del momento, tocar a la otra persona, saber que es la pareja de alguien más y que disfruta del momento también.
Me gusta el roce de piel mío con alguien más, sentir y ver otros cuerpos nuevos, diferentes, que hacen contraste en mi sexualidad interior; los cuerpos son muy sexuales para mí y me excita sin importar qué pase o no. El swinger es atracción por lo que es, por lo que son las otras personas y por lo que somos; allí está lo atractivo.
En el swinger es muy importante el individuo como persona para después disfrutar acostándonos con esas personas. Si no hay una relación de diálogo presexo, no hay disfrute, ya que no estamos con un cuerpo, sino con un ser con el que congeniamos un momento y consensuamos sexo.
Hablar de sexo con un extraño es divertido, así que somos conocidos por nuestras fantasías, lo que nuestras parejas nos niegan o no permiten. Así, ellas pueden disfrutar de otro pene u otros penes juntos al mismo tiempo; igual el hombre puede disfrutar de otras mujeres con toda libertad. Es una sensación que nos hace sentir llenos como personas. Me gusta sentirme deseado por otra persona diferente a mi pareja; eso me hace sentir lleno de mí mismo, porque puedo ser yo mismo.
Empecé a tener tríos después de mi divorcio. Con ello no tuve que volver a sentirme mal con la infidelidad de mi pareja, porque así ya no hay infidelidad, solo complicidad. Como hombre, los tríos con una mujer y dos hombres (o tres hombres) es algo que se volvió parte de mi sexualidad.
Es algo maravilloso para mi vida, es una exploración más allá del ego de hombre, más allá de los celos, para alcanzar la plenitud buscando saciar a una mujer insaciable. Como lo dijo un amigo mío sobre mi inicio en el mundo de los tríos: Solo son mujeres matemáticas; si no le alcanza un hombre sencillo, dos; si no le alcanzan dos, entonces tres. Es cuestión de matemáticas para elevar su sexo a su nivel de placer.
Realmente me gusta la sensación de trío de una mujer con dos hombres, sensación que viene del goce de ella teniendo sexo con dos o más. Es una sensación tan intensa que muchos de los participantes se vienen con una sola mujer. Ella es una mujer superior, porque pudo con más de un pene, a diferencia de la que se las da de mojigata con fidelidad para un solo pene y es infiel con ella misma, negándose su deseo.
¿Cómo se puede confiar en una mujer o un hombre que no es fiel a sí mismo?
Mi pene se pone más duro al ver que están penetrando a mi pareja, y me dan más deseos de penetrarla más después de que otros amigos la han penetrado. No es sucio... es como estar con una superheroína del sexo. Esta super capacidad que le dan los tríos las vuelve irremplazables.
Así que el swinger es como el mejor de los mundos para mí, mi jardín secreto donde escapo para ser yo mismo.






