Guía Cereza
Publicado hace 9 horas Categoría: Gay 138 Vistas
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Siempre me la pasaba en guía cereza con fantasías por cumplir pero nunca llegando a nada pero un día una combinación de aburrimiento y deseo me llevaron a ni siquiera pensarlo, sólo hacerlo. Iba pasando una tarde bien aburrida en la oficina y descargué una app de citas y me dediqué a llenar el perfil completo: Pasivo e interesado en maduros.

Puse una foto mía de cuerpo pero sin rostro y comenzaron a llegar mensajes, los hombres definitivamente no saben ligar, así que me fui por lo más seguro.

Alvaro, un hombre de unos 55 años, me envió una foto y se veía demasiado normal. Lo único que me atrae de un hombre es que se vea maduro, así que por mí estaba perfecto. Me dijo que era activo y hablamos de lo que nos gustaba. Yo le dije que era muy pasivo, que fantaseaba con un activo que me pusiera en la pose que quisiera y que me penetrara a su gusto; no buscaba algo en particular, pero me excitaba mucho la idea de que un hombre disfrutara penetrarme así que tenía vía libre de darse gusto conmigo, es sí, quería practicarle sexo oral a un hombre.Le envié una foto mía esperando gustarle y me citó esa misma tarde a su casa, estaba cerca de la oficina.

Yo estaba bien nervioso, pero ya estaba allí. Todo iba en orden, la ubicación, su casa, él en general, no era una mala idea. Alvaro comenzó por encender la televisión, sólo por tener ruido de fondo y hablamos un rato de nuestras experiencias para romper el hielo cuando por fin se decidió y me dijo que lo tenía muy excitado y me llevó la mano hasta su pene. Estaba duro y goteando y sin pensarlo dos veces le pregunté si podía chupársela. Iba a ser la primera vez que lo hacía, pensé en todas esas fantasías y sin mediar palabras me arrodillé frente a él, eso me excitaba aún más, me lo llevé a la boca y pude escuchar sus gemidos, llevó su mano a mi cabeza y me sostenía mientras yo me metía su pene en la boca y se lo chupaba. Disfrutaba más al sentirlo dentro y escucharlo gemir, no sabía que iba a sentirse tan rico sólo hacerlo.

Mientras yo me daba gusto chupándole el pene, Álvaro me dijo que si se venía me la tragara y yo le hice seña con la mirada de que obviamente pero aproveché y le pregunté si mejor no quería acabarme adentro pero de la cola (como si no fuera la primera vez que me iban a penetrar). Alvaro se emocionó y me dijo que me acostarse en su cama boca abajo y me aplicó alguna crema lubricante, me dió un par de nalgadas y se acomodó, yo sólo estaba a la expectativa, esperando. Suavemente frotó si glande en mi cola cuando sentí que comenzó a meterlo, primero la cabeza. Sentí un dolor fuerte pero me limité a cerrar los ojos y abrir la boca y dejar salir de mí los gemidos que fueran necesarios, luego sentí todo el peso de su cuerpo mientras me iba metiendo el resto. Su glande rozó algo dentro de mí que me incomodó y le dije que me la metiera suave a lo que él sólo se limitó a sacarla un poco y volver a meterla. No volvió a sentir dolor, sólo placer. Cuando me di cuenta yo estaba boca abajo con la cola levantada toda entregada a él, las piernas abiertas y las rodillas flexionadas. Los brazos los tenía estirados hacia el frente debajo de la almohada pero agarrando fuertemente la cabecera de la cama mientras que la cabeza levantada con la boca abierta gimiendo entre dolor y placer.

Alvaro me la metía y sacaba a su ritmo, mientras gemia yo sentía más placer, no por su pene dentro de mí sino por la pose y la situación en la que me encontraba y las nalgadas que me daba; me agarraba de la cintura tan fuerte y tan rico que yo no quería que parara. Entonces se detiene y me la mete completa y se queda un rato allí, creí que se venía dentro de mí, pero no. Me la sacó y la limpió y con toda la autoridad que derrocha un activo me dijo "quiero que me la chupes". Eso me prendió de sobre manera y volví a sentir su mano sosteniendome de la mejilla mientras acercaba su glande a mi boca, yo sólo lo veía y abría la boca para sentir como ahora era él quien me la metía a la boca y me la follaba. Yo estaba listo para sentir toda esa leche derramándose en mi boca, iba a presumirla en mi lengua antes de tragarla pero no, volvió a sacarmela de la boca y me dijo que me la quería volver a meter así que me acostó boca arriba y me levantó las piernas, las sostuvo con firmeza y volvió a clavarme, está vez mirándome a los ojos. Sentí que me dió riquísimo y a mi la respiración se me cortaba, sólo podía gemir hasta que sentí una última embestida y Vi su rostro viniendose de placer dentro de mí. Le pedí que me la dejara adentro un rato y suavemente seguía embistiendome hasta que la sacó, ya totalmente seca, la leche estaba toda dentro de mí.

Jamás creí que sentiría tanto placer. No el hecho físico de que Álvaro me la hubiese metido, sino el hecho de sentirme así en cuatro, entregando la cola y sintiendo como es él quién se saciaba metiendomela. Sentirme deseado me prende mucho y es lo que necesito para entregarme a un maduro.

Espero les haya gustado el relato tanto como a mí revivir el momento y escribirlo.

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🍒 Pregunta Cereza

“Lo más excitante que me han hecho sin quitarme la ropa…” A veces lo más erótico no necesita piel desnuda ¿Qué fue lo más excitante que te hicieron sin tocarte directamente? ¡Cuéntanos!


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