Está historia comienza una tarde ya eran a eso de las 5 y media cuando por cuestión de la hora pico el transporte público está a reventar. Me subí en la estación del viajero y desde allí ya está muy lleno, tanto que no era necesario tomarme de la barra. En la parte donde quedé por delante mío quedó una chica de 33 años y por culpa de lo lleno que iba mi pene quedó justo en sus nalgas. Ya cuando el megabus avanzo pues con el freno y la fuerza que g que nos tiraba hacia un lado y hacia otro mi pene empezó a rozar cada vez más sus nalgas y yo con algo de pena solo le puedo decir suavemente al odio" disculpa pero esto va muy lleno" q lo que ella volteo y con una sonrisa me dijo tranquilo, está bien. Con el pasar del tiempo note que ella pegaba más sus nalgas a mi pene haciéndolo colocar más duro y ya con esa señal pues me dije que en ese viaje tan incómodo algo debía ser divertido. Entonces me atreví a acomodar mi mano suavemente en su cintura y empecé a deslizarla suavemente hasta que bingo pude tocar su vagina y ella sin más solo me miraba cuando podía y le sonreía, la muy perra lo disfrutaba. Ya en medio de la excitación de mi verga rodando y tocarla le baje la cremallera y le empecé a dar dedo. Esto fue muy loco y excitante ya que había mucha gente rodenadonos, es más creo que una pareja de adolescentes de unos 17 años notaron lo que hacíamos pero se hacían los de la vista gorda y lo disfrutaban también. Le di tanto dedo que puse sentir como se mojaba esa vaina y como se ponía su respiración agitada. Fue muy exitante de verdad. La chiva se bajo casi en las últimas estaciones de dosquebradas y se alejo con una gran sonrisa. Espero algún día repetirlo.
Manoseando y arrimones en mega bus
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