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La noche mi complice, se colaba por la ventana de mi habitación en Bogotá Colombia, yo acariciando mi piel con y con el calor que sentía por dentro. Me miré en el espejo, la peluca castaña cayendo sobre mis caderas, el vestido de seda rojo ceñido a mi cuerpo.y unos tacones de 16 cm Me sentía… viva . Era una noche especial, mi madre y mi padrastro estaban en el hospital cuidando a mi abuela, y la casa era mía. O al menos, eso creía. jajaja
Un ruido sordo me hizo girar. La puerta de mi habitación se abrió de golpe, y allí estaba él. Mi padrastro jorge , un hombre corpulento 1.89 , con el ceño fruncido y los ojos inyectados en sangre. Su primera reacción fue de furia. “¿¡Qué putas es esto!?” rugió, su voz resonando en la habitación. Su rostro, normalmente amable, se había transformado en una máscara de furia.
—¿Qué demonios es esto? —rugió, su voz resonando en el pequeño espacio.
Me quedé paralizado, el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. La sorpresa y el miedo me invadieron. Sabía que esto era algo que no debía hacer, algo que debía mantener en secreto.
—¿Qué… qué haces aquí? —balbuceé, mi voz apenas audible.
—¡Eso te pregunto yo! — acercándose a mí con ganas de darme un bofetón me conoció desde los 8 años y yo ya hoy con 17 años estaba fuera de todo contexto . Me miró de arriba abajo, su mirada recorriendo mi cuerpo con desprecio. —
¡Eres un… un maricon que vergüenza ! ¿Cómo te atreves a hacer esto? ¿Y en mi casa ?ç
Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Me sentía avergonzado, humillado. Me encogí, esperando el golpe, la bofetada que me merecía. y tenia miedo
—Le diré a tu madre —amenazó, su voz aún llena de rabia. —Le contaré todo.
Me derrumbé, las lágrimas fluyendo sin control. Me senté en el borde de la cama , sollozando. La imagen de mi madre, decepcionada, me atormentaba.
De repente, el ambiente cambió. La furia en los ojos de mi padrastro se atenuó, dando paso a una extraña confusión. Se acercó a mí, vacilante, y se arrodilló a mi lado.
—Hey… tranquilo —dijo, su voz ahora más suave. —No llores.
Me tendió una mano y la posó en mi espalda, acariciándome suavemente. El contacto me sorprendió, pero no lo aparté.
—No quiero que le digas a mi madre dije entre lagrimas.
—Esta bien No lo haré —respondió, su voz casi un susurro. —Pero… ¿por qué haces esto?
Levanté la vista, encontrándome con sus ojos. Ya no había ira, sino una mezcla de curiosidad y… algo más.
—Porque… me gusta —confesé, avergonzado.
Un silencio incómodo llenó mi cuarto. Luego, lentamente, se inclinó hacia mí y me abrazó. El contacto de su cuerpo, la calidez de su abrazo, me sorprendieron.
—No llores más —repitió, acariciando mi cabello.
Y entonces, sucedió. Se inclinó y me dio un pico en la boca . Un beso suave, al principio, pero que pronto se intensificó. Sus labios se movían sobre los míos, explorándolos cada vez mas.
Me aferré a él, olvidando la vergüenza, el miedo, todo. El beso se profundizó, y sentí su mano deslizarse por mi espalda, acariciando mi piel.
Me levantó en brazos y me llevó a la cama. Me despojó del vestido, de todo lo que me cubría. Me miró, a los ojos y dijo que puta hija tan deliciosa tengo. yo buscando putas en la calle y en mi propia casa tengo una.... sus ojos brillando en la oscuridad y su pecho peludo tocando mi cuerpo lampiño lleno de encajes y velos por la lencería .
—Eres hermosa de niña —susurró.
Y comenzó la noche. Una noche de pasión desenfrenada, de besos, caricias y gemidos. Me besó, me lamió, me mordió. Me hizo suya en todas las poses posibles me dio dedo me dio lengua y todo con una intensidad que nunca había experimentado y jamas habia imaginado de el . Me penetró con mucha fuerza, una y otra vez me dio como por 40 minutos , hasta que ambos llegamos al clímax el me masturbaba y me dacia que ese culo grande mio estaba delicioso . me dejo llena de leche fue una sensación rica sentir leche dentro de mi.
Me besó toda la noche, me hizo su mujer. Me clavó duro, me hizo sentir vivo, deseado. Olvidé todo lo demás, solo existíamos él y yo, en ese torbellino de placer y pecado. esa noche dormimos y como a las 4 am me volvió a despertar para volver hacerme suya esta vez ya un poco menos tierno , el se dio cuenta que no me gustaba romántico si no mejor rudo , que en vez de decirme amor me dijera puta , y esta vez fue mas salvaje me nalgueo me escupió me ahorcaba con mi propio hilo y me dio lengua como nunca ... estaba tan mojada que su verga entro fácil en mi ... y comencé a cabalgar queria que el viera en mi su mejor amante su puta y que supiera que conmigo podría tener todo. fue una de las mejores noches sexuales de mi vida .
tenia el hombre por el que siempre me había masturbado ya no envidiaba los gemidos de mi mama en las noches , ahora esos gemidos éramos el y yo ... fue especial fue carnal ...
Al amanecer, exhaustos pero satisfechos, nos quedamos abrazados, la respiración entrecortada. La culpa, la vergüenza, volvieron a asomarse, pero la intensidad de lo vivido había dejado una huella imborrable. Sabía que nada volvería a ser igual. desde ahí nada volvió a ser igual .






