Guía Cereza
Publicado hace 8 horas Categoría: Gay 66 Vistas
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Continuando con el relato (La curiosidad mato al gato), este relato inicia a mis 16 años cuando salgo del colegio, en ese año me quedo sin novia y como no era mucho de salir de fiesta se me hizo bastante difícil conseguir nuevamente novia o alguna amiguita para tener intimidad. Al principio era fácil, pues con el tema de buscar universidad y decidir que hacer con mi vida tenía la mente bastante ocupada, pero todo cambio cuando me quedo sin estudiar el primer semestre, ya que no pase a las universidades públicas; los dos primeros meses sobreviví con pajas y aunque tenía citas con peladas ninguna terminada en nada, en ese momento recordé que tenía a pecas, aunque llevábamos tiempo sin hablar, ya que me aleje de él le escribí y me respondió, comenzando nuevamente nuestras típicas videollamadas y conversaciones hot, hasta que un día fui a su casa.

Como llevaba más de 2 años sin verlo, al abrirme la puerta me sorprendió, ya que seguía con su carita hermosa llenas de pecas, su cuerpo delgado y lampiño, pero tenía algo más, algo que me demore en asimilar, pero me encanto, sus glúteos estaban más grandes, redondos y firmes, le pregunte que se había hecho y me respondió que se había operados los glúteos, en esta época estaba de moda ponerse biopolímeros.  Feliz por este gran cambio, lo primer que hice fue ponerlo a mamar, sentado en un sofá él se arrodilla, me baja mis calzoncillos y se pega como ternero a mi verga dura, ya lo chupaba mucho mejor que en el colegio, me chupaba los guevas, lamia mi tronco y para luego concentrarse en mi glande; así siguió por unos minutos y me pidió que lo grabara con su celular, yo empecé a grabarlo mientras mi hacia un fabuloso oral, lo que empezó a verse como una película porno, el mientras lo chupaba miraba fijamente a la cámara y lo hacía con mayor habilidad. La chupada duro unos 20 minutos, pero yo estaba concentrado solo en una cosa, ese culo enorme y redondo, hasta que no aguante más y lo acosté boca abajo en la cama, le baje su ropa interior y empiezo a darle lengua; nunca había sentido tanta excitación, le agarraba fuerte sus nalgas, las mordía y las chupaba mientras intercalaba en meter mi lengua en su culito rosadito y lampiño; pecas generaba unos pequeños gemidos mientras paraba sus nalgas para meter aún más mi rostro; no sé cuánto tiempo dure dándole lengua pero llego un punto que ya tenía la mandíbula adolorida, por lo que lo acomodo en 4 y empiezo a puntear su culito estrecho con mi verga; lastimosamente pecas aunque ya no era virgen de culo era demasiado estrecho y por la poca experiencia no pude penetrarlo, pecas excitado me acuesta boca arriba y se monta sobre mi verga sin llegar a penetrarlo empieza a cabalgar y a gemir hasta que se vino bañándome con su semen; algo que me encanta de el es que es demasiado lechero, literalmente su semen llego a mi cuello, pecho y abdomen; para terminar lo coloco nuevamente en 4 y me masturbo para dejarle su culito lleno de leche.

Luego de esto nos vestimos y antes de que llegara un familiar me fui para mi casa; estos encuentros lo repetimos un par de veces, casi siempre hacíamos lo mismo, aunque con mayor morbo, pero había algo que siempre faltaba y era poder penetrarlo, por lo que conseguí a alguien más. 

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🍒 Pregunta Cereza

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