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Trabajábamos juntos, yo era el jefe de ella, una tarde al finalizar el trabajo me ofrecí a llevarla a la casa, tenía un vestido corto que dejaba ver unas piernas bien torneadas, sus nalgas siempre bien paraditas y excitantes.
Ella accedió, arrancamos conversando de cosas triviales, pero yo iba acercando mi mano poco a poco, tocaba esos ricos muslitos sin ninguna resistencia, aprovechando los vidrios oscuros del carro hice mi movida definitiva y subí mi mano hasta encontrar una calida y húmeda Cuquita.
Era evidente lo que ella quería, estaba bastante húmeda, ella solita se subió el vestido y apartó la tanga, comenze a explorar con mis dedos esa rica humedad. Ella no se hizo esperar, sus manos comenzaron a explorar mi bulto que era evidente en mi pantalón, con mucha habilidad y demostrando experiencia, rápidamente desabrochó y bajo el pantalón teniendo a su disposición toda mi erección.
Con su dedo gordo exploraba la cabeza de mi pene y con los otros dedos masajeaba mis guevas, la sensación era espectacular, apenas podía manejar a 20 por hora, frente a tanta excitación mi glande comenzó a llenarse de gotas de fluido preseminal, ella primero comenzó a esparcirlos a modo lubricación para poder pajear mejor, la miro y una cara de arrecha fue adornada por una lengua pícara que sacó para notificarme lo que pasaría a continuación, yo mientras tanto masajeaba su clítoris frenéticamente, pequeños gemidos salían de su boca.
De pronto veo que se arrodilla en la silla, levantando su hermoso culo, agacha la cabeza y sus labios atrapan mi glande, su lengua comienza a limpiar cualquier rastro de fluido, lo hacía con experticia deseo y avidez, su cabeza comienza a subir y bajar esgullendo todo el largo de mi pene, lo tragaba todo.
Yo aproveché su posición de las nalgas levantadas para meterle dos dedos por su culo y comenzar un rápido mete y saca, entre más lo hacía, mejor me lo chupaba, era un círculo virtuoso de placer mutuo.
Estaba que estallaba de excitación a duras penas conducía, me encuentro un semáforo en rojo y me detengo, de pronto veo dos limpiavidrios que se acercan por cada lado del carro, yo sin pensarlo, sin saber cómo lo tomaría ella, sin preguntar nada en medio de la excitación bajo los dos vidrios delanteros, no tenía idea de cuál sería la reacción de ella.
Al verse expuesta rápidamente se sentó en la silla, los miró, se levantó más el vestido abrió los muslos para exponer totalmente su cuca, con una mano se la abría y con la otra se bajó el vestido hasta la cintura para exponer totalmente sus tetas, el espectáculo era total, los tipos paralizados no podían creer lo que veían, una verga bien parada y babeada con una cuca y unas tetas deliciosamente expuestas. Uno de ellos alcanzó a gritar algo que no entendí.
Cambio de semáforo y arrancamos, ella regreso a su tarea se arrodilló en la silla y siguió mamando, su hermoso culo levantado y totalmente expuesto Yo en ningún momento volví a subir los vidrios, cualquiera podía mirar lo que sucedia al interior del carro, esto me excitó todavía más, ella sintió que estaba a punto de estallar, mientras lamía mi glande me comenzó a pajear a un ritmo que iba aumentando, yo apenas alcanzaba a palmotearle las nalgas, un chorro de semen salto casi hasta el techo del carro, ella hábilmente atrapó los siguientes chorros con la boca, luego sentía como una lengua traviesa limpiaba todo lo que quedaba sobre la cabeza de mi pene, cumplió su labor eficientemente, se sentó nuevamente en la silla, abre sus piernas totalmente una de sus pies estaba sobre el tablero, sus tetas seguían expuestas con una mano se tocaba los pezones mientras la otra comenzó un frenético movimiento sobre su clítoris, su cabeza hacia atrás los ojitos bien cerrados y unos gemidos deliciosos mientras alcanzaba el climax fue el remate de un espectáculo maravilloso, no se quien más pudo haberlo visto, los vidrios abajo seguían exponiendo una imagen de porno improvisada.
Se acomodo su vestido, llegamos a su casa, una sonrisa traviesa un simple beso en la mejilla y un " Gracias Jefe por traerme" y se baja como si nada hubiese pasado, la única evidencia un enorme charco de fluidos
sobre su asiento....






