Por ese entonces yo estudiaba en la U nacional, recién estaba en I semestre y como buen hijo cómodo del norte no conocía el centro de la ciudad. Mi compañera de trabajos en la U se llamaba Mariana, en lo académico nos la llevábamos bien pero definitivamente no era mujer para mí. Mariana vivía en un apto en el centro de la ciudad, una tarde debimos ir a hacer un trabajo, yo estaba muy emocionado no solo por que sería la primera vez que iría sin mis padres al centro de la ciudad, si no por que conocería a la hermana de Mariana  llamada Tania de quien me había hablado bastante mal. (Bueno, para mí la verdad muy bien). Por ejemplo sabía que tenia 17 años, que la habían sancionado en el colegio por fumar en los baños, capar clase etc. El cuento es que estaba bastante interesado en conocerla y ver que pasaba. Como a eso de las 5 pm mientras preparábamos unas carteleras con Mariana Tania entró al apto. La verdad era bastante normal: 1.60 cm de estatura, delgada pero con curvas, una cara muy tierna pero a la vez picara. Saludó sin mirarme y se dirigió a su cuarto a cambiarse. De la manera más natural en menos de un minuto se despojó de su falda y su camisa quedando solo en tanga ya que no llevaba brassier. La verdad estaba de espalda a mí pero tenía que saber perfectamente que desde donde yo estaba la veía completa. Con la misma agilidad con que se desvistió se puso un pantalón de sudadera, una camiseta y se acostó en el sofá de la sala a ver tv. Como a eso de las 8 pm terminamos el trabajo y decidí irme lo mas pronto posible, ya que tenia entendido que el centro era peligroso de noche. Le pregunté a Mariana sobre donde podría tomar un taxi, y de repente Tania se levanto del sofá y sin previo aviso se ofreció a acompañarme para que no me pasara nada malo. Estando parados en plena esquina de la 19 con tercera  se acercaron 2 indigentes a pedirnos dinero. Yo les di lo único que tenía, a lo que Tania replicó furiosa que ni millonario que uno fuera para andar repartiendo así el dinero. Con sus palabras me sentí  estupído en ese momento y le dije: -Bueno si yo hubiera estado solo me les habría enfrentado, pero temí que te hicieran algo- . La verdad lo dije solo por mi orgullo pero su respuesta fue totalmente inesperada para mi: -tan divino, acompáñame por ropa y me voy a quedar el fin de semana contigo. La ropa nos sobró. Desde antes de entrar al apartamento ya nos andábamos besando y manoseando. Pasamos directamente a mi cuarto donde nos tiramos a la cama mientras disfrutábamos. Yo mordía su cuello mientras ella apretaba fuertemente mi espalda, de repente se levanto y empezó a abrir todos los cajones de mi closet, hasta que encontró los pañuelos y tomo dos con los que sin mediar palabra me ato a la cabecera de la cama y sin previo aviso se ubicó sobre mí y lo hundió hasta el fondo de su vagina. Como disfrutaba ella cabalgándome, y yo, no puedo negar que sexualmente estaba disfrutando, pero era mas mi éxtasis de verla galopando llevando totalmente las riendas, mientras yo solo era testigo de como me disfrutaba. El hacer parte pasiva de este encuentro llevó a que me demorara mas de lo habitual en venirme, no se cuanto fue pero pudo haber sido como veinte minutos o una eternidad en que ella disfrutó uno tras otro de sus orgasmos también innumerables, por que no sabia donde empezaba uno y donde acababa el otro, pero lo mas inusual de este encuentro fue el final: cuando Tania se sintió satisfecha (y obvio cansada) no vio ningún problema en desmontar y dejarme así, ante mi apenas razonable protesta de que no podía dejarme así (sin venirme), y después resignado a que ella controlaba totalmente la situación, cuando vi sus intenciones de acomodarse para dormir le pedí que me desatara a lo que también se negó aduciendo que yo me podía hacer cositas que podrían perjudicarle sus planes para el resto de la noche.

Resignado solo me quedó dormirme así, atado, pero al despertar siguió la faena para todo el fin de semana. Así no los pasamos hasta el lunes festivo que llegaban mis padres de viaje pero definitivamente yo pasé mejor quedandome ese fin de semana a estudiar.