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Esto sucedió hace 3 años en el apartamento de mi amigo José. Yo lo fui a visitar para acordar algunos trabajos que deberíamos realizar en el hospital donde el realiza trabajos de mantenimiento eléctrico y redes. Luego de definir las actividades y hacer un plan de trabajo para las dos siguientes semanas, el se ausentó del apartamento para legalizar algunas facturas. Yo me quedé a esperarlo en el apartamento viendo películas.
Estaba recostado en el sillón del estar cuando escucho la puerta. Pensando que era José, me quedé recostado, al no sentir más ruidos me asomo al pasillo y no veo a nadie así que regreso al sillón a continuar viendo la película. De pronto Daniela, una chica de diez y ocho años, 1,70 metros de altura y un cuerpo bronceado, entra al estar donde estoy recostado, vistiendo una diminuta tanga y un top de encaje pequeño y muy bonito, que dejaban ver lo magnífico de su cuerpo. Sus piernas largas y bien torneadas, sus nalgas pronunciadas, su cintura delgada y vientre plano, sus senos bien formados , de un tamaño acorde con el resto de sus cuerpo y su cara morena, una melena negra que llegaba hasta el inicio de sus senos y unos ojos negros que resaltan la picardía de su cara.
Ella al verme se ruborizó pues no había escuchado el televisor, intentó taparse pero ya era muy tarde, pues yo con la mirada me estaba devorando su cuerpo. Disimulando la situación se acercó a mí para saludar, mientras me decía que pensaba que no había nadie en el apartamento. Yo me paré del sillón y ella se acercó a mí y me saludó dándome un beso en la mejilla. Yo la tomé de la cintura al momento del beso y la acerque a mi cuerpo, sin tener en cuenta que estaba casi desnuda y la abracé como siempre lo hacía desde que era una niña. La contuve contra mi cuerpo durante un buen rato y ella pegada a mi no se movía.
Mi pene empezó a crecer y ella empezó a sentir como su tamaño aumentaba, pues estaba justo entre sus piernas. Ella disimulando la situación me abrazó más fuerte de la cintura, pegándose más fuerte a mi cuerpo y a mi pene que seguía creciendo. La miré a la cara y ella con sus mejillas ya totalmente enrojecidas me miró…, cerró los ojos como en señal de aprobación por lo que estaba pasando y yo la empecé a besar muy tiernamente por toda su cara hasta llegar a su boca. Ella respondía mis besos succionando mi lengua, mordiendo mis labios…. Baje mis manos y empecé a acariciar su espalda y a bajar hasta llegar a su culo firme, lo agarro con fuerza y traigo su cuerpo para acercarlo más a mi sexo. Recorro su espalda con mis manos, las meto debajo del top y las levanto para quitar la prenda que cubre sus senos… y tenerla completamente desnuda. Ella levanta sus brazos y permite que retire el top…. dejándome a la vista unos espectaculares senos redondos y turgentes, con unos pezones duros que muestran la excitación de su cuerpo.
Aún abrazado a ella, bajo por su cuerpo y empiezo a besarlo…, bajo por sus hombros hasta sus senos los cuales succiono con la avidez de un niño por amamantarse… Los agarro con mis manos y los masajeo suavemente, sin dejar de chupar para luego seguir bajando por su cintura, llegar a su ombligo y meter mi lengua en aquella pequeña cueva…, me arrodillo y abrazo su cuerpo. La rodeo con mis brazos y abro mis manos para coger sus nalgas duras. Continúo bajando lentamente, y pongo mi boca sobre su tanguita…, besando sobre su monte de Venus. Tomo los hilos de su tanga de los costados y empiezo a bajarla, dejándome ver a esa altura su vagina, completamente depilada y ya humedecida por los jugos de su excitación. Meto mi lengua en el borde de su vagina y rozo suavemente su clítoris…, lo que provoca en ella un estremecimiento que hace que sus piernas empiecen a temblar. Abro ligeramente sus piernas y continúo metiendo mi lengua en aquella profundidad, mientras ella empieza a gemir por la excitación.
Me levanto del suelo, al mismo tiempo que ella empieza a desabotonar mi camisa, la que me quito con rapidez, para que ella continúe desabrochando el cinturón y abriendo en pantalón con una mano mientras que con la otra frota mi pene sobre el pantalón... El pantalón cae hasta mis rodillas, y ella instintivamente mete su mano entre mi bóxer para bajarlo de un solo jalón y ver mi pene completamente erecto. Mi pene no es demasiado largo, apenas 15 centímetros, pero es bastante grueso cuando está erecto. Ella al verlo lo agarra con las dos manos y empiece a masajearlo… de una manera rítmica… adelante atrás.
Se arrodilla quedando con su cara al frente de mi pene, se acerca a él, mete su nariz en mi entrepierna, saca su lengua y empieza a lamerlo desde el fondo hacia adelante. Yo allí parado apenas atino a tomar su cabeza con mis dos manos, para seguir sus movimientos. Abre su boca y empieza a lamerlo… como comiendo un helado, mi pene empieza a sentir la humedad de su boca y su lengua que lo aprieta contra su paladar. Muevo mi cintura rítmicamente con el movimiento de su mamada y retengo su cabeza para hundirlo hasta su garganta. Así continua por cerca de cinco minutos después de los cuales la suelto y la acuesto sobre la alfombra para darle también una mamada a su vagina en un 69 glorioso… Abro los labios muy suavemente y veo el botón rosado de su clítoris que está palpitando. Acerco mi boca y paso mi lengua muy suavemente sobre él. Ella se estremece al contacto de mi lengua y cierra ligeramente sus piernas como para retener mi cabeza en esa posición. Meto mi lengua… y chupo los labios, hundo mi lengua en su vagina y abro suavemente sus labios para meter mi lengua más profundamente. En ese instante puedo ver el himen prueba de su virginidad y esta visión me excita aún, me concentro en excitar aún más su vagina y siento con los movimientos de su cintura que se está acercando a un orgasmo, mientras su respiración se torna más jadeante… junto con los espasmos de su cuerpo. De pronto se detiene, arquea su cuerpo y grita suavemente en el momento en que logra el orgasmo y su vagina empieza a liberar los fluidos de su eyaculación, haciendo que el sabor de su sexo se sienta aún más delicioso. Me levanto y me volteo para recostarme encima de ella…, quedando cara a cara y metiendo mi pene entre sus piernas la abrazo, para quedar como fundidos en uno sólo. Me muevo para meterme entre sus piernas y empezar a rozar mi pene a la entrada de su vagina, mientras empieza a pedir suavemente que se lo meta…, que ya no aguanta más… y que ya es el momento de que la haga mi mujer. Yo le pregunto si está segura de seguir, a lo que me responde que es lo que ha deseado desde que se sentaba en mis piernas cuando estaba pequeña. Le digo que no sabía de esos sentimientos por mí, y me confiesa que es algo que le ha contado a mi hija y que es una razón por la cual, Melissa mi hija siempre ha estado celosa de ella.
Me acomodo sobre ella, coloco mi miembro a la entrada de su vagina… y empiezo a presionar lentamente para hacer que mi pene entre. Por el grueso de mi pene parece que no quisiera entrar y no sigo forzando la entrada para no hacerle daño. Me acuesto de espaldas sobre la alfombra y ella se sienta sobre mi sexo, agarra mi pene erecto entre sus manos y lo coloca a la entrada de su vagina mientras va bajando lentamente. Mi pene avanza lentamente hasta la entrada de su vagina y encuentra la resistencia de su himen. Haciendo un movimiento fuerte hacia abajo fuerza la entrada, a la vez que escucho un quejido que indica el dolor que está sintiendo al pasar la punta de mi pene por la entrada de su vagina. Se queda quieta… y se recuesta sobre mi pecho, como recobrando el aliento. Después de unos minutos en aquella posición, se endereza para continuar con la tarea de introducirse mi pene, mientras gotas de sangre mezclados con susfludos escurren por los lados de mi miembro, como indicio de la pérdida de su virginidad.
En una prueba de su decisión, empuja suavemente y mi pene empieza a perderse en el interior de su lubricada vagina… y la cara de dolor de Daniela se transforma en la cara de dicha contenida. Ya con mi pene totalmente adentro se recuesta nuevamente sobre mi pecho, mientras me susurra en el oído que siempre había querido estar disfrutando así, ansiando que yo fuera el hombre que acabara con su virginidad y que la hiciera una mujer feliz, como se sentía en ese momento. Lentamente se endereza y empieza a moverse como si estuviera cabalgando sobre un caballo, mientras empieza a gemir de placer, mientras dice ¡si, así, clávame toda tu verga! ¡Tómame soy toda tuya, hazme tu mujer, hazme tu amante, hazme tu puta!¡Cómete esta choncha que es toda para ti, que ha esperado por ti, porque la inaugures, hazme tuya!.
Yo saco mi verga de su interior y le pido que se acomode en cuatro, para penetrarla por detrás. Ella obediente se acomoda mientras me ubico detrás de ella, y empiezo a meter mi verga en el interior de su conchita apretada. Ya por los jugos de su excitación, mi pene entra suavemente y se hunde hasta que mis huevos golpean con su entrepierna. En un movimiento rítmico, penetro para luego salir lenta y totalmente de su vagina y volver a introducir todo mi pene hasta el fondo de su ser. Agarro su culo y lo masajeo duro. Siento que estoy a punto de venirme en una corrida fenomenal pero saco mi verga y la froto a la entrada de su conchita.
La recuesto sobre la alfombra, abro sus piernas y me coloco entre ellas…, mientas mi pene completamente erecto apunta a su rajita. Lentamente me deslizo en su interior…, cruzo un brazo debajo de su cabeza acomodando su cabellera, y comienzo una fuerte culiada que la enciende aún más, cruza sus piernas sobre mi espalda mientras la agitación de su cuerpo se reinicia, luego de unas cuantas arremetidas más siento la descarga de mi miembro liberando toda mi leche en su interior, mientras ella llega a un nuevo orgasmo.
Fundiéndonos en besos permanecemos allí abrazados sobre la alfombra, mi pene sin perder su tamaño y aún sin salir de ella, empieza con lentos movimientos a entrar y salir de ella, mientras ella un poco más relajada, vuelve a cruzar sus piernas en mi espalda...
Saco mi verga y me arrodillo y la levanto para colocarla en el borde del sillón. Allí sentada la vuelvo a penetrar…, mientras ella se abraza a mi cuerpo. Teniéndola clavada a fondo la abrazo, y tomo su cuerpo levantándolo sin sacar mi verga de su vagina, y continúo clavándola de pie, mientras sostengo todo su peso. Bajo una de sus piernas y la pongo en el piso mientras con la otra levantada continúo culiándola con movimientos fuertes, mientras ella se abraza de mi cuello y me besa el pecho. Caminamos unos pasos tratando de que mi verga no se salga de su interior y la llevo al comedor y la recuesto sobre la mesa, mientras continúo penetrándola. Levanto sus piernas y siento su raja cada vez más apretada que succiona mi pene para que no la deje. Continúo bombeando…, mientras agarro sus senos, abro sus piernas y me abalanzo sobre sus senos, chupando fuerte como queriendo comerme aquellos melones. Siento mi pene que anuncia otra descarga, y continúo con el vaivén para luego descargar nuevamente todo mi semen en su interior, como queriendo preñarla, mientras ella nuevamente siente los espasmos de otro orgasmo. Lentamente nos recobramos, ella me besa y yo a ella, demostrándole toda la ternura y el amor a aquella chiquilla que se entregó a mi por amor.
Yo empiezo a vestirme, mientras ella corre a su cuarto para vestirse también. Me acomodo nuevamente en el sillón, para continuar viendo le televisión. Ella viene con su ropa juvenil y se acomoda a mi lado en el sillón, mientras la abrazo y la beso. En ese momento se escucha el sonido de la puerta y es mi amigo José que regresa, me llama… y Daniela se levanta corriendo para ir a abrazarlo. El al verla tan efusiva, le pregunta que pasa a lo que ella responde que hoy ha sido el mejor día de su vida, que será un día que jamos olvidará y que uno de sus sueños se ha hecho realidad. El me mira y como esperando una respuesta y yo respondo con un gesto de incertidumbre fingiendo no saber de que está hablando Daniela.
Decidimos salir del apartamento y José pregunta a Daniela si nos quiere acompañar, a lo que responde que no, que prefiere quedarse a disfrutar de su día. Ya en el carro, mi celular suena y al ver la pantalla veo que es Daniela, contesto, y rápidamente ella me pide que no hable, empieza a decirme que le gustaría pasar toda la noche conmigo, para que la haga sentir nuevamente la mujer más feliz de la vida, y de paso a mí el hombre más afortunado del mundo, a lo que respondo que estoy en unas diligencias con un amigo pero que tan pronto me desocupe estaré en mi apartamento y allí la esperare para continuar con nuestros asuntos y cuelgo el teléfono sin darle explicaciones a José que me mira.
Ya en la noche me despido de José, quien me deja a la entrada de mi conjunto, tomo el teléfono y llamo a Daniela para decirle que estoy en mi apartamento a lo que contesta que está saliendo a encontrarse conmigo, pero esa ya será una nueva historia.