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La Promesa

-“Y quien es el afortunado que se disfruta de ese cuerpecito, ahhh?”, le susurre atrevido a Monica, mi ex-cuñada, con la que yo bailaba esa noche de Sabado en una de las populares discotecas de Fusagasuga, Cundinamarca.

Ella completaba ya casi 6 meses de haberse separado de Alberto, mi hermano menor, matrimonio del cual quedaba mi pequeña sobrina Liliana, de tan solo 4 años. Monica, una exitosa abogada que laboraba con una importante cadena de supermercados de Bogota, a sus 34 años de edad, mostraba con sus cualidades fisicas y humanas, que tenia mucha vida por delante.

Yo por mi parte, a mis 48 años de edad, divorciado hacia 3 años, disfrutaba de una vida tranquila, sin rollos sentimentales ni contratiempos de ninguna clase, pero si lamentaba el hecho de que el tonto de mi hermano habia dejado a Monica por dedicarse al alcohol y las malas amistades.

Y que me iba a imaginar que 6 meses despues me encontraba con ella bailando apretadito y de paso alabando atrevidamente su bien moldeado cuerpo.

Siendo su hermano mayor, siempre envidie a Alberto por el hecho de haberse casado con Monica, por alla a mediados del 2004, pero ahora 10 años despues, esa sensacion de envidia masculina me acorralaba ahora hacia otro hombre. Obviamente, la parte sexual me motivaba a ello.

-” .. estoy saliendo con un comerciante de SanAndresito… alguien de tu edad… nada serio claro… pero si necesitaba oxigenarme despues de Alberto”, me dijo ella riendose y susurrandome al odio, ya que la musica no me dejaba escuchar con claridad.

-” ... uyyy que envidia de la buena… y con ese cuerpo suyo Moniquilla no me imagino la oxigenada que un hombre de 48 años se pega contigo”, agregue riendome al mismo tiempo que la musica llegaba a su fin.

Los brazos de Monica me soltaron y sin quererlo, deje escurrir mi mano derecha por su cadera al mismo tiempo que ella se volteaba caminando de regreso a la mesa donde estabamos sentados esa noche. Accidentalmente, mi mano acaricio sin comtemplaciones sus paradas nalgas y por primera vez, desde que mi hermano Alberto me la presento como su novia por alla en el 2003, palpe con mi tacto ese espectacular y bien redondito culazo de Monica.

De inmediato pense en disculparme por el fortuito accidente, pero ella, sorpresivamente no me dijo nada y se dirigio a la mesa mientras mis ojos permanecian fijos puestos sobre ese ajustado pantalon de lino negro, donde ese par de paradas nalgas lucian gloriosas y majestuosas. Me parecia increible saber que le acababa literalmente de manosear esa belleza de culo a mi ex-cuñada y ella, sin importarle, solo guardaba silencio.

Me dio rabia con Alberto, y de paso, envidia de saber que muy seguramente, 6 meses despues de la separacion de mi hermano, un comerciante de Sanandresito de 48 años ya se gozaba a pleno ese culito de diosa.

Llegando a la mesa, seguia sentado Julian, mi amigo de muchas batallas, el tambien divorciado, con mi misma edad, y con el que compartiamos esa noche la mesa y la diversión de la rumba.

Habia invitado ese fin de semana a Monica para que disfrutaramos los cuatro, al lado de mi sobrina, del calorcito agradable de la finca de Fusagasuga que compre desde que me divorcie en el 2011. Y ella, para sorpresa mia, me acepto la invitacion.

-”Me aceptas una bailadita?”, pregunto Julian mirandola a los ojos.

-”Dejame voy al baño y ya regreso”, respondio Monica tomando un sorbo de su cerveza, sin sentarse y dandose la vuelta.

Tanto Julian como yo guardamos silencio. Nuestros ojos permanecieron estaticos sobre el paradito y majestuoso trasero de Monica mientras ella se perdia de nuestra vista, caminando coqueta hacia el baño,esquivando parejas en la pista de baile.

Finalmente Julian, rompió su silencio y dejo entrever su claro interés sexual por ella.

-”con el debido respeto de su hermano Alberto… que man tan guevon… dejar sola a esa hembrita con ese culazo tan rico”, dijo el.

-”Y los mas ironico compadre es que un man de nuestra edad es el que ahora se clava esa belleza de culo… “, agregue con masculina rabia.

-”... uyy no me diga mas... claro debe ser un man de billete para que una hembra asi le siga la cuerda”, agrego Julian

-“si claro... se imagina Juliancho lo rico que será ponerla en cuatro, hundirle la verga bien hasta el fondo y llenarle esa cuquita de leche… no me imagino uno a los 48 años pegándose esa derramada tan rica alla dentro de esa hermosura”, comente con envidia, imaginando esa escena de ensueño.

-”Y usted que cabezon… no va a aprovechar?… ella asi de rica y Monica dandole papaya a usted esta noche… aproveche y se la culea hoy que yo me hago el dormido…”, agrego Julian riéndose a carcajadas y dejandome inquieto.

Durante todo el dia ese sabado, Monica me habia coqueteado, y en mis adentros me sentia extraño al ver como mi ex-cuñada me dejaba ver signos tacitos que ella era libre y hacia lo que le complacia. Algo que ella había esperado por tanto tiempo.

Durante el almuerzo, ella me pellizco varias veces en la barriga y me pregunto insistente con quien salia yo o si tenia un ‘arrocito en bajo’, tratando de extraer un poco mas de mi vida privada. Esa tarde mientras nos dabamos un chapuzon en la piscina, con mi sobrina Liliana cargada en mis brazos, Monica me pregunto que como se le veia el sexy bikini rojo que ella habia comprado. Obviamente, mi decencia salio a flor de piel y le respondi cordialmente a su inquietud, aunque en mis adentros, hubiese querido decirle que ese culo de diosa se le veia riqusimo bajo la tanga roja del bikini.

Finalmente el comentario de Julian, habia abierto mis ojos a la realidad.

Estuvimos un rato mas en el bar y Julian y yo bailamos con ella, claro su cuerpo se acercaba con mas confianza al mio, comparado con mi amigo Julian, y como a eso de la 1 am ella dijoque estaba cansada y me pidio que nos regresaramos para la finca.

Llegamos a la finca, parquee el carro cerca de la entrada y como todo un caballero le abri la puerta. Mientras ella caminaba hacia la entrada, nuevamente Julian y yo, descarados, observamos el movimiento cadencioso del bien paradito trasero de Monica, mientras ella pasaba por la entrada principal y se aproximaba hacia la alcoba donde Liliana, mi sobrina, dormia. Era claro que ella sabia donde estaban puestos nuestro varoniles ojos en ese momento.

-”Bueno… los dejo a ustedes dos… que descansen”, dijo Julian en voz alta, disimulando que sus ojos miraban descarado el culazo de Monica.

-”Hasta mañana.. que descanses”, respondio ella intempestivamente, volteandose y notando como nosotros dos, sin pena ni discrecion alguna, observabamos su sexy, vanidosa y bien femenina cola vallecaucana.

Julian entro a su alcoba, mientras que yo entre a la mia, para sacar las sabanas nuevas que Monica necesitaba para preparar su cama.

Mientras organizaba las sabanas y la almohada, y chequeaba los mensajes de texto en mi celular, pasaron creo yo 5 o 6 minutos en los que Monica no salia del cuarto de Liliana, asi que pense que ella se habia acostado a dormir sin importarle las cobijas extra que yo estaba a punto de ofrecerle. Sali de mi cuarto y camine a la puerta de la finca, asegure la camioneta, cerre con llave la puerta y de regreso apague la luz de la sala, pasando en frente de la alcoba donde supuse que Liliana y Monica, ya dormian.

La luz apagada asi me lo confirmaba.

Entrando a mi alcoba de repente escuche un ruido que me hizo voltear mi cabeza:

-« pssst… »

Alli asomada por la puerta entreabierta, la cabeza de Monica, apenada, se dejaba ver.

-”Te molesto si me ofreces una gaseosa o ya te vas a acostar?”, dijo ella aun asomando su cabeza, como si le diera pena que yo viera su piyama o de pronto para evitar malos entendidos y tentaciones conmigo.

-”Si claro Moniquilla”, le respondi sonriendo y volviendo de regreso a la cocina para destapar una coca-cola en lata.

Camine a la cocina, abri la puerta de la nevera y saque una lata para ella y otra para mi.

-”La pasamos chevere hoy JuanCa…. Gracias por invitarnos a tu finca… “, escuche sorpresivamente su tenue voz al lado mio.

Sorprendido me voltee ya que no pensé que Monica hubiera salido de su alcoba y en silencio me hubiera seguido a la cocina.

Se me hizo un nudo en la garganta.

Asi, pesado y con dificultad, deje pasar un espeso gajo de saliva.

En frente mio, Monica lucia una sexy y atrevida piyamita de dos piezas. Arriba, sus generosos pechos eran cobijados por un brassier transparente de media-copa, el cual dejaba expuestos sus senos y esos coquetos y gigantescos pezones, y abajo, su sexo era difícilmente cubierto por una tierna, sensual y transparente tanga blanca. Alli, en frente mio, sin tapujos ni penas, esa bien salvaje y femenina raja de ensueño era claramente visible. Su vagina era larga y bien marcada con unos gruesos y apetitosos labios. Una delicada y semitransparente manta de seda cubria su cuerpo, pero sus femeninos atributos físicos eran obviamente expuestos para mis ojos.

Sorprendido la mire de arriba abajo y me di cuenta de que era tiempo de pasar la pagina para mi. La relación de ex cuñada había llegado a su fin y ahora la miraba como una atractiva amiga separada que buscaba experimentar y vivir su vida, a su manera.

-“Diosito… que envidia saber que ese cuerpecito se lo goza ahora un man de mi edad, 14 años mayor que tu…” le dije pasándole la coca-cola en lata.

Ella se rio.

-“Mi hermano es una bola completa… dejarte solterita y a la orden... y mirando todo los notorios atributos que tienes para ofrecerle a un hombre… que debo hacer para entrar a la lista de los que te oxigenan mujer?”, pregunte atrevido, recogiendo el comentario inicial de Julian.

Ella se volteo y saliendo de la cocina camino a la sala en silencio, sabiendo ahora donde estaban puestos mis ojos.

-“erghhh… miren esa hermosura”, comente atrevida y descardamente en voz alta mientras la tanga transparante de Monica me dejaba expuestos esas dos bellas, redonditas y paradas nalgas de mujer caleña.

Ella se rio por mi comentario, sentándose sobre el sofá y regalándome una nerviosa sonrisa.

-“Pues Juan Carlos… me encanto mucho que me tocaras la cola hoy en la discoteca... rico conocerte que me admiras como mujer también y que tuvieras la intención de mostrarme que no eres para nada timido”, dijo ella dejando caer su manta de seda de su cuerpo y abriendo grotescamente las piernas en frente mio.

Su tanga difícilmente cubria su sexo y allí en medio de sus piernas abiertas, esa majestuosa raja era mas obvia que nunca.

Confirme que obviamente Alberto, mi hermano, había cometido un error en su vida.

Sin dudarlo me arrodille en frente de Monica y me acerque a ella mirandola a los ojos, como si asi yo quisiera confirmar lo que me pasaba por la mente en ese instante.

-”No te de pena JuanCa... no sabes cuantos amigos de Alberto darian lo que fuera por verme asi”, dijo ella sonriendo.

Finalmente baje mi cabeza y con mis dedos le movi un poco su tanga blanca, acomodando con dificultad mi cabeza allí sobre ese sediento y femenino animal, que pedia a gritos ser consentido por una masculina lengua.

Pasaron luego 5 o 7 minutos de gloria para los dos. Yo, chupandole como desesperado ese hinchado, rojizo y grueso clítoris, el sabor dulzon de la vagina de Monica me confirmaba que ese exquisito animal que se ocultaba en medio de sus gruesas piernas, era digno de una buena verga. Y ella en silencio, disfrutando como yo, su excuñado, se devoraba entero su sexo, algo que había esperado 10 años. Al mismo tiempo que mi lengua recorria su sexo, mi dedo índice entraba y salía de su tesoro, y una que otra vez, ella dejaba, atrevidamente, que mis dedos se escurrieran por su empapado hoyito del ano.

-“Ven… vámonos para tu cuarto”, dijo Monica, notablemente excitada con voz entrecortada tan pronto se dio cuenta que su empapado sexo ya estaba listo, humedo y dilatado.

3 minutos mas tarde, el cuerpo desnudo de Monica, mi excuñada, acostada boca arriba sobre mi comoda cama, con sus piernas completamente abiertas, recibia sonriente mi obeso cuerpo. Dejando libres sus labios y cerrando sus ojos, asi, libre de toda culpa, Monica se quejo mientras le hundi hasta el fondo mi verga, para asegurarme que su necesitado sexo descubriera lo que mi verga tenia para ella.

Diez minutos mas tarde cerre mis ojos y deje que mi cuerpo se posara pesadamente sobre el de ella, al mismo tiempo que Monica, plácidamente me abrazaba y mi voz agitada le susurraba al odio esas dulces y eróticas palabras que siempre quize dejar salir de mi:

-“Ay.. corazón... me vengo”, le dije con dificultad.

Deliciosamente sentí ese corrientazo majestuoso del orgasmo masculino y como un volcán en erupción sentí perfecto esos poderosos 3 o 4 bombazos en mi verga, al mismo tiempo que descargaba sin pena ni gloria esos frescos chorros de mi madura y espesa leche en su apretadita vagina. Al mismo tiempo que mis guevas bombeaban su blanca savia y Monica me abrazaba, ese orgasmo me hacia tocar el cielo con mi verga sin condon alla hundida en lo profundo de su sexo, voltee mi cabeza hacia la puerta y vi la cabeza de Julian, quien inocente y atrevido, era mudo testigo de como me estaba culeando a Monica.

Pasaron esos 60 placidos segundos hasta que la ultima gota de mi leche reposo en sus entrañas.

-“Sabes quien me envidia?... Julian… ese hombre esta al rojo contigo… no sabes las ganas que ese man te tiene…”, le dije retirándole mi verga y viendo como su sexo rebosaba de mi blancuzca savia, sabiendo que Julian nos observaba.

-“Falta de confianza… el es muy timido… pensé que me habias invitado a la finca porque tu querias que yo me acostara con el hoy…”, agrego Monica levantándose y volteando su cuerpo, dándome la espalda y dejando expuesto su vagina de nuevo para mi verga. Parecia que ella leyera mi mente porque lo que mas quería era comérmela estilo perrito y disfrutar de esas nalgas de ensueño mientras mi veterana verga le castigaba ese estrecho sexo de diosa.

Sin dudarlo la tome por la cadera y le hundi mi verga de nuevo para culearmela asi como siempre lo quize hacer con ella.

Que experiencia tan deliciosa.

Alli, comiéndome a Monica estilo perrito, mientras que Julian, en silencio desde la puerta entreabierta, se masajeaba su inmensa verga y nos miraba.

Diez minutos mas tarde yo estaba listo y levante mi cabeza al techo para dejar escapar glorioso y raudo ese ronco ruido orgásmico, mientras mi verga escupia de nuevo su espesa lava ardiente alla enterrada en esa cuquita de diosa, al mismo tiempo que Monica se quejaba y gemia con los sacudones que yo le daba en esa posición de privilegio.

Finalmente mi cuerpo se detuvo y me di cuenta que la sedienta vagina de Monica merecia mas de una verga esa noche.

-“Y si llamo a Julian?... te le mides corazón?... te garantizo que ese man te deja fundida…”, comente mientras mis guevas terminaban de bombear en la vagina de Monica esas ultimas esperanzas de sexo en la noche.

1 hora mas tarde, aspiro ese cigarrillo y me siento en la gloria, algo que había esperado 10 años.

Vienen raudas a mi mente esas escenas del 29 de Julio del 2004, en el matrimonio de Alberto y Monica, cuando mi hermano, en medio de sus tragos me hizo prometer que yo dejaría el cigarrillo y que nunca me culearia a su bella y atractiva esposa.

Hoy, 10 años después, yo, excitado, rompia esa promesa y aspirando ese cigarrillo de gloria, gentil lo soplaba y una amigable nube azul se levantaba lenta y pesada sobre mi alcoba, mientras en frente mio, alla sobre mi cama, los cuerpos desnudos de Monica y Julian se mecian apacibles, abrazados el uno al otro, mientras la verga de mi amigo de mil batallas entraba y salia cadenciosamente de ese salvaje tesoro oculto en medio de las piernas de Monica, al mismo tiempo que ella con sus ojos cerrados gemia su necesitado orgasmo y Julian, levantando su cabeza hacia el techo le daba gracias a la Virgen, mientras sentia como su verga explotaba de nuevo en las entrañas de la Monica, mi ex-cuñada.

2 minutos despues los ojos de Monica se abrieron de nuevo, exhausta y aun excitada, regalandome una picara sonrisa y pronunciando esa lapidaria frase, que espero 10 años por ser escuchada:

-”rompiste la promesa JuanCa”, dijo ella.

-”Y este es apenas el primer cigarrillo... y espero que sean muchos mas... asi… al lado tuyo”, le respondi riendome al mismo tiempo que el cuerpo de Julian se levantaba pesado de encima de ella y con dificultad le retiraba su escurrriente verga de en medio de su sexo, salpicado ya de la espesa y amarillosa leche de dos hombres maduros que se la acababan de culear.

Sin dudarlo me acerque a ella y Monica de nuevo,acostada boca arriba, me abrio sus gruesas piernas leyendome la mente sabiendo que la noche era aun joven y que el paquete de cigarrillos baratos estaba a medio empezar.

julio08

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visitas: 4421
Categoria: Sexo con maduros
Fecha de Publicación: 2015-03-16 19:54:16
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1 Comentario

huyy viejo, QUE BUENA NARRACION,  HASTA PARECE REAL DE LO CONVINCENTE,, EL SOLO HECHO DE IMAGINARME A DOS "CATANOS" DEVORANDOSE A ESA MUJERSOTA ME LEVANTO MUCHO EL ANIMO..... GRACIAS X COMPARTIR....ESCRIBES CON LA SECUENCIA ADECUADA,  QUE RARO QUE NO TENGAS OTROS COMENTARIOS, NO SABEN LO QUE SE PIERDEn... ABRAZOS.

2015-06-22 21:03:51