
Compartir en:
Soy feliz...
Mi cuerpo respira esa frescura única de tu piel oscura y firme.
Me deseas y yo a ti...
El silencio cómplice nos aísla del mundo para sumergirnos en uno mágico; especialmente diseñado para los dos.
La tarde está en calma y la tibieza de nuestros cuerpos se entremezcla frente a la luz del sol.
Me gusta la tarde, me gustan tus besos; me gustan tus labios recorriendo mi cuerpo que se deja llevar como una dulce niña inocente frente a tu impetuoso elixir de pasión y locura.
Me seduce, me embriaga, me llena de deseo... Un eterno presente.
Me muero en tu cuerpo y renazco de nuevo.
Me conviertes en una venus para ti... Sólo para ti.