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Noche de rumba (Parte I)

Desde hacía meses mi novia se había trasladado a otro país. Lo había hecho por cuestiones de seguridad de su familia y la relación a distancia era cada vez más compleja, en muchos aspectos se había tornado cada vez más fría, y aunque al principio disfrutábamos de los juegos que da la virtualidad, me hacía shows en la cámara porque se había vuelto adicta a masturbarse mientras la veía por la webcam (me excita muchísimo ver a una mujer darse placer) y teníamos llamadas calientes en la madrugada, cada vez eran menos frecuentes y otros aspectos de la relación habían generado cada vez más y más conflictos que inevitablemente derivarían en una ruptura más adelante.

Por esos días la soledad se evidenciaba en las ganas de tener sexo, algo novedoso que me sacara de la rutina y que me ayudara a pasar esos momentos de distancia mejor.

Fue así como se presentó una oportunidad, era un viernes en la noche y estaba en el Lleras en Medellín tomando con mi hermano y mi primo cuando recibí un mensaje de texto de un amigo de otro país, Thomas, que estaba de paso por unos meses en la ciudad y con quién había quedado de salir a mostrarle la ciudad y sitios para rumbear. Como sólo estábamos nosotros y para no quedarle mal a Thomas decidimos buscar algunas nenas disponibles. Mi primo Sebastián nos dijo que tenía una nueva amiguita buenísima y muy rumbera y que seguro ella se animaba. La llamó al celular y después de una corta conversación nos contó que ella se animaba, que estaba con la hermana entonces que ambas podían ir, pero que estaban en la casa del tío en Sabaneta entonces que las recogiéramos. Fue así como mi primo le dijo a mi hermano que lo acompañara y se fueron en el carro, mientras yo iba al hotel de mi amigo a recogerlo. Se estaba quedando cerca del parque del poblado y como nosotros estábamos en el Lleras me quedaba fácil pasar por él caminando.

Le dije a Thomas que fuéramos a una de las discotecas de la 10, en esa época tenían buen ambiente y eran a un buen precio, adicionalmente quería que viera el ambiente de la ciudad y por supuesto las ricuras que uno podía ver en Medellín a esa hora desfilar entre el parque del Poblado y el Lleras, pintas de falditas cortas, jeanes apretados, ombligueras, tacones, en fin, lo que hace a la ciudad un lugar para deleitarse con paisitas deliciosas en búsqueda de una buena noche de rumba.

Al rato llegaron mi primo y mi hermano con Milena y Mónica su hermana. Al llegar nos saludaron de pico, animadas y extrovertidas. Milena era una trigueñita de unos 1.70, estaba muy buena, tenía una camisita negra apretada donde se le resaltaban unas muy ricas tetas de piel negrita que se veían salir del escote provocadoras. Tenía un jean que dejaba ver un culo bien formado y que en tacones resaltaba paradito, no era delgada pero tenía una cintura bien marcada, se ve que trabajaba bastante el gimnasio, tenía una cara pícara, con labios carnositos, un lunarcito muy sexy al ladito del labio, con ojos negros y un pelo negro liso y muy largo (luego me enteraría que era la modelo de ropa interior de una tienda erótica que tenía su otra hermana mayor, una delicia de hembra). Nos saludó muy querida, pero se notaba un poco tímida y como era la amiga de mi primo nos presentó a su hermana. 

Mónica se veía mayor que Milena, era muy diferente, era blanca, de ojos verdes, un poco más bajita y aunque Milena era voluptuosa Mónica lo era aún más. Tenía una camisa de tiritas blanca, tenía unas tetas bien grandes, naturales, resaltaban con algunas pecas en ellas muy insinuantes. También tenía un jean apretado y aunque era un poco más gruesa que Milena se le marcaba un culo también grande y paradito que lucía caminando entaconada, se le notaba que sabía que estaba muy buena y que le gustaba que la miraran los hombres como queriendo comérsela. Me di cuenta que todos los de la fila repararon en ese par de hembras que invitaban al morbo. 

Mónica era mucho más extrovertida que Milena, cuando llegó noté que nos reparó a cada uno, me miró un momento corto como con malicia y apenas la presentaron me dio un pico casi esquiniado insinuante, yo me quedé un momento como "timbrado" y pensé que olía muy rico (ambas olían delicioso) y ella siguió conversando como si nada con todos. 

Yo soy más alto que mi primo y mi hermano, más delgado y atlético y en esa época tenía 26 años, en ese momento estaba más interesado que mi amigo Thomas pasara un buen rato (además cumplía años esa semana), entonces no me imaginaba que podía pasar algo con alguna de ellas, y más que al menos Mónica era mayor, tenía 31 en ese momento e inicialmente no se me cruzó por la mente algo más que una noche de rumba.

Mientras hacíamos la fila para entrar al sitio vi que Milena se hizo cerca de Thomas, pero también me miraba mucho, inicialmente fue Milena la que me pareció más atractiva y quería ya entrar para bailar con ella. 

Pedimos una mesa y de una Mónica sugirió que quería tomar guaro, a lo que yo le dije que de una y como Thomas apenas había llegado hacía unos días a Colombia y no le había gustado mucho dijo que le pedía otra botella de ron, a lo cual Milena le dijo que si, que ella prefería el ron. Mi hermano estaba muy animado y mi primo, que no podía tomar por el carro, estaba hablando con Thomas en inglés y español, ambos tratando de practicar idiomas, mientras nosotros nos pusimos a conversar con Mónica y Milena. Nos contaron que hacían, que les gustaba, y empezaron a repartir licor. Nos animamos mucho y cada vez los temas eran más picantes y nos comenzamos a enrumbar muy bueno. 

Mi hermano y yo nos turnábamos para bailar con ambas, se movían muy rico y les encantaba el reggaetón. Milena aunque era más tímida cuando conversábamos, en el baile se me pegaba mucho y le gustaba restregarme ese culote. Por ratos iba a la mesa para tratar de hacer mover a Thomas (y a hacerlo tomar brindando por su cumpleaños) y aunque él no era muy bailarín se dejaba encantado de semejante hembra. Estaba babeando por ella y se le notaba en la cara el morbo y las ganas que tenía de comérsela.

Mónica quería siempre bailar reggaetón conmigo, yo estaba ya prendido y me estaba comenzando a excitar de tanto de ver a Milena y de la forma como Mónica me hablaba y me bailaba. Por un rato mi hermano se llevó a bailar a Milena mientras mi primo y Thomas salían a fumar. Mi hermano estaba muy entretenido con esa hembra que estaba riquísima y en ese momento Mónica aprovechó el rato y me hablaba cerquita, muy insinuante (¡como olía de rico!) y me empezó a preguntar sobre cómo me gustaban las mujeres y  que si me gustaba la marihuana, yo le dije que aunque ocasionalmente la probaba no era habitual, ella me dijo que lo que más le gustaba era culiar fumando marihuana, que era una sensación que le encantaba, que con esa cara de niño bueno que yo tenía que quería mostrarme. Hablaba sin recato, experta y sin pena, decía lo que le gustaba sin dudarlo. Olía delicioso y para ese momento yo ya estaba muy excitado, y comenzamos ahora a bailar muy pegado, ella se movía como una diosa, era una cosota deliciosa y me pegaba ese culo inmenso para sentir mi verga, que para ese momento ya estaba a reventar y no se podía disimular. Ella se veía muy sensual, sabía muy bien que la gente la miraba y eso le gustaba, la excitaba, las tetas se le marcaban por la camisa y pude notar sus pezones ya duritos. El ambiente estaba caliente, sudábamos y ella se me pegaba y me acercaba con ganas sintiendo mi verga dura en su culo y su vientre.

Cuando mi primo Sebas regresó de fumar con Thomas le dijo a mi hermano que se tenía que ir, y como él había quedado de llevarlo a la casa ambos se despidieron y pagamos la cuenta. Vi que en ese momento Mónica le empezó a hablar a Milena al oído y me imaginé que ya la noche estaba decidida y cada una sabía lo que seguía.

Cuando salimos de la discoteca Milena se le pegó a Thomas y le decía que quería seguir rumbeando, se le pegaba del brazo y le acariciaba la pierna. Yo entonces le dije a Thomas que listo, que siguiera con ella, igual había otros amigos de Thomas que estaban rumbeando cerca y quedaron de irse para allá.

Ya cuando me quedé con Mónica ambos sabíamos que nos queríamos comer ahí mismo, pedí un taxi y nos acomodamos atrás dándonos unos besos apasionados, fuertes, con mucho deseo. Yo sentía mi verga estallar y Mónica me comenzó a tocar por encima del jean, creo que la excitaba aun más saber que el taxista miraba constantemente por el retrovisor y aunque no decía nada se le veía el morbo por esas tetotas que tenía Mónica y que yo no veía la hora de chupar!

Llegamos a mi apartamento y ahí pudimos comenzar a dar rienda suelta a todas esas ganas acumuladas durante la noche. La besaba y sentía como su cuerpo vibraba con ganas de todo, cada vez más caliente ella gemía y me empezó a decir: "quiero que me comas rico", "que ganas de chimbo", "quiero comerte esa verga", me hablaba muy rico y se ve que era experta en cómo hacerse desear, una perrita rica que sabe dar y recibir placer, que no le da pena nada y sabe a lo que va.

Le quité la camisa de tiritas y el brassiere y pude liberar esas tetotas deliciosas que tanto quería chupar, eran grandes, muy suaves y con areola y pezones rosaditos, ya muy duros y listos para dejarse besar, chupar y morder suavecito. Estaba muy excitada, me jalaba con ganas para sentir mi verga a través del jean y se arqueaba con placer.

La giré y le quité el jean y quedó en un hilito negro diminuto, ¡que vista de ese culo!: suave, grande y parado, era una potra! que hembra tan rica. Yo me quedé en boxers, me senté en el sofá y la senté en mis piernas y ella comenzó a restregarme el culo para sentir mi verga, dura y dispuesta, mientras yo le cogía las tetas con ganas y le decía que era una cosota rica, que me tenía muy caliente. Yo ya sentía el pegote del líquido pre seminal en mis boxers y ya todo olía a sexo y a ella. ¡Cada vez gemía más, le corrí la tanguita y metí mis dedos en esa cuquita, estaba muy mojada, calientica y suave, ella gemía y se movía como loca y me decía “quiero verga, quiero verga!". Estuve moviendo mis dedos un rato y sentía como estaba pronta a llegar al orgasmo, cada vez más mojada y gimiendo más duro, se arqueaba y comenzó a temblar... le llegó un orgasmo delicioso que me mojó la mano completamente, temblando y gimiendo como loca.

"Uy que rico papi, que culicagao para culiar rico" me dijo, se volteó y de inmediato me bajó los boxers, se arrodilló y me empezó a chupar, primero las güevas y luego me lamía de arriba a abajo: "que verga tan rica", "que bien dotado papi", "quiero comerme ese chimbo". Era una experta, que oral tan delicioso, me lamía completo y luego el glande suavecito, con mordisquitos, lo escupía y mientras tanto me miraba y se le veía el gusto con que lo hacía... yo ya empezaba a sentir corrientazos y ella se empezó a masturbar mientras me lo seguía mamando delicioso. Yo sentía que iba a explotar, que mamada tan rica me estaba pegando, sentía su boca caliente y como me mojaba la verga para devorarla toda. Me dijo "quiero que te me vengas en las tetas" y me empezó a hacer una "paja rusa" con ese par tetotas tan deliciosas, ahí si no aguanté más y me le vine con ganas mientras ella gemía y se masturbaba y decía "que rico leche" “ la quiero todita”.

Como ella ya estaba tan caliente me paré y la llevé hasta el cuarto, la puse en cuatro en la cama y mientras me deleitaba con el espectáculo de ese culo le quité el hilito, ella se iba masturbando (eso me excitaba mucho, era una vista magnífica) y decía que "quería chimbo", yo me le empecé a comer la cuca, rosadita, suavecita, ya dilatada y palpitante con ganas de que la clavara. Estaba muy mojada y sabía rico, se empezó a retorcer y a levantar más el culo, se apoyaba en la cabecera de la cama y ya entregada al placer, gemía y me decía que ya quería verga, que no aguantaba más, "te quiero adentro", "que me des bien rico" “que me des duro”.

Con todo ese espectáculo y esa forma de pedirme verga en pocos minutos yo ya estaba nuevamente listo, una erección a reventar y con ganas de darle con todo. En ese momento saqué un condón que tenía en la mesa de noche (pensé que si quiera me quedaba uno pero que con esta cosa tan rica me hubiera gustado tener más), me lo puse  y la clavé con ganas, que mujersota para moverse, se tiraba con ganas hacia atrás con ese culote y se movía en círculos, yo en tanto embestía con fuerza, sonaban mis güevas dándole a tope cada vez más rápido, ella gritaba como poseída, "que chimbo tan rico!", "dame, dame, dame!" , "culicagao que es esto tan rico". Era una fiera, se sentía mojada, suave, caliente, y con cada embestida se cogía las tetas, se le escapaban hilitos mojados de la cuca y se empezó a arquear hasta que quedó sentada encima de mí, yo dándole desde atrás pegado a sus tetas y nos empezamos a mover sincronizadamente, yo la besaba en el cuello, en la oreja y le decía lo mucho que me excitaba. Ella quería venirse y me dijo que ya iba a llegar al orgasmo de nuevo, yo le dije que aguantara, que quería venirme con ella. Se empezó a arquear, sudorosa, y yo me descargué finalmente con un gemido, ¡” hijueputa!", "que delicia malparida", "que cosa tan rica", sentí como se llenó el condón, lo saqué y lo tiré lleno de semen. Ella se derrumbó temblando y con cara de pícara, me miraba y sonreía. "Culicagao que hijueputa para culiar rico".

Nos quedamos así un rato y me dijo que se tenía que ir, pero que quería que nos viéramos más tarde. Quedamos de escribirnos de nuevo en la tarde para volvernos a ver.

juanbeer12

Soy hombre heterosexual

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Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2020-08-11 20:47:00
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