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Noche de rumba (Parte II)

Ese día pasé el guayabo pensando en la noche que había tenido con Mónica. Que rico sexo, apasionado, sin reservas, con ganas, salvaje y explorando cada aspecto del placer. Hacía rato no tenía buen sexo y quedé con ganas de más. Quería volver a verla, a comérmela, esta vez con más calma, disfrutar más tiempo y poder dedicarme a ese cuerpo voluptuoso, a esas tetas deliciosas, a ese culo que movía tan bien, a esa fiera experta en la cama.

En la tarde quería escribirle, pero me aguantaba, no quería parecer ansioso (pero si que estaba), tipo 6pm me llegó un mensaje de facebook, Mónica me estaba agregando. Al principio me parecía arriesgado, seguía con mi novia y aunque la relación era a distancia no quería que mi novia viera que estaba teniendo más amiguitas aquí. Lo pensé un rato, pero las ganas me podían más. Hice algunas configuraciones de seguridad para evitar notificaciones sobre esa nueva amistad y listo. Minutos después Mónica me empezó a escribir, me dijo que había llegado a la casa cansada y había dormido casi todo el día. Me empezó a hablar directamente, de la noche que acabábamos de pasar, de lo mucho que le había gustado, que quería más!. Yo sólo de leer lo que me ponía en el chat ya estaba otra vez excitado, con una erección lista y con ganas de darle rienda suelta a esas ganas. Mónica me dijo que había quedado caliente, que se había despertado con ganas y que como le gustaba tanto el sexo mantenía varios "juguetes" y había estado repasando la sesión en su mente mientras se masturbaba, "quiero más de de ese chimbo tan rico", me dijo y me mandó una foto de su hilito en la cama y un consolador totalmente mojado. Me masturbé con ganas, caliente de solo esa conversación que Mónica seguía subiendo de tono y le dije que nos viéramos, que quería comérmela. Era una conversación directa. Me dijo que de una, que quería hablar más y quedamos de vernos en un barcito. Estaba excitado, quería que fuera ya la hora de volver a tener esa diosa en la cama, que me lo mamara de nuevo con esas ganas y maestría.

Nos encontramos como a las 9pm, quería que fuera temprano porque quería una noche larga, sin afanes. Mónica llegó con jean y tacones y una camisa muy escotada negrita. ¡Era una hembrota! y estaba más buena en esa pinta incluso que la noche anterior y ella sabía. Nos saludamos con un beso delicioso, mojado, anticipando las ganas. En el bar comenzamos con cervecitas, ella me empezó a contar más cosas, supe ahí que era separada, me habló de lo mucho que disfrutaba el sexo y de explorar cosas, me contó que su matrimonio se fue volviendo muy difícil pues su ex no le aguantaba el ritmo, ella quería sexo seguido, en sitios públicos, tener juegos de roles con disfraces, quería hacer tríos, que lo que más disfrutaba era hacerle sexo oral a un hombre y que quería mamárselo en todas partes, en fin, era insaciable y al final el ex la dejó porque no era para ese voltaje. Esa mujer era eso, puro voltaje, sexualidad por todos los poros, una potra salvaje con un cuerpo para darle toda la noche!. Yo le conté sobre mi novia en otro país y lo difícil de esa situación, le conté con morbo que la cama donde lo hicimos la noche anterior era la de ella, se sonrió, se excito con eso y me dijo que era muy rico tener encuentros así: de "puro sexo" sin compromiso, sin pensar que iba a pasar mañana. Que quería más!.

Le dije que nos fuéramos para un motel, y me dijo que de una, que le encantaba hacerlo en diferentes lugares. Cogimos un taxi y de nuevo ya estábamos besándonos con ganas, sin importarnos nada, yo quería chupar esas tetas y después de escuchar lo golosa que era no podía sino imaginarme todo lo que le quería hacer. Ella me iba acariciando la erección por encima del jean y me decía al oído que se iba a comer mi verga, que la había deseado todo el día. Llegamos a la habitación y ella me dijo que quería "prepararse", se metió al baño con su bolsito mientras tanto yo me acomodaba y miraba si había buen porno en la TV para ambientar. Al ratico salió, se había puesto un baby doll de encaje blanco, estaba hecha una delicia, las tetas bien apretadas dentro del brassiere transparente, la cuquita bien depilada, también transparentaba en el hilito blanco que tenía. Se dio la vuelta, pícara para que le viera todo el cuerpo, todavía en tacones para levantar el culito, "¿Qué tal?", "¿Te lo quieres comer?", me preguntó riéndose. Yo me quité la camisa y me senté en la silla, y le dije que la quería comiéndose mi verga, la saqué dura del jean y ella se arrodilló con cara de gusto, ronroneaba, se la restregaba en la cara, la olía, le hablaba, me empezó a masturbar, "que rica verga" "que duro estás papi", me decía, "quiero comerme todo ese chimbo rico", lo empezó a devorar, lo lamía con gusto, yo sentía como me lo mojaba completo y se lo tragaba entero, era una experta y no dejaba de mirarme golosa, con ganas, con morbo en la mirada y con la intención de comérsela toda. "Quiero que te vengas en mi cara y en mis tetas", me dijo. Sacó un aceite y se empezó a echar en las tetas y me empezó a hacer una "paja rusa" aún más rica que la de la noche anterior, mi verga resbalaba en el aceite y ella la apretaba con sus tetas suaves y se relamía de placer, yo ya estaba al límite, la empujé a la cama y me le vine a chorros en la cara y las tetas. Solo gemía de placer, sentí un orgasmo salvaje y ella se le veía como disfrutaba recibir toda la descarga, se lamió mi leche, se la restregaba por las tetas lujuriosa y me decía "que rico sabe tu leche, quiero más". Se fue para el baño a limpiarse y yo me terminé de desvestir y me acosté en la cama sudoroso. Cuando llegó se me sentó encima, se empezó a masturbar encima mío para que la viera, yo le había dicho que eso me excitaba mucho y que era algo que hacía mucho por webcam con mi novia. Se arqueaba y cerraba los ojos, se veía lo caliente que estaba y lo mucho que quería sentir placer, me decía "así te gusta?" "te excita?" "te gusta lo perra que soy?" “estoy más buena que tu novia?”. Era una gata en celo, gemía y se contorsionaba mientras se daba con furia dedo en esa cuca húmeda.

Pasaron pocos minutos de tener esa vista de Mónica dándose dedo y gimiendo para que yo empezara a tener otra erección, además como estaba sentada encima mío me iba restregando su culo y así aceleró el proceso. Le pasé un condón y ella me lo puso hábilmente, yo ya quería estar nuevamente dentro de ella y lo delataba mi verga dura y palpitando.

Se la metí con ganas y ella comenzó a cabalgarme con muchas ansias, estaba mojadísima y sentía como iba llegando al orgasmo, se movía muy rico y se cogía esas tetas de diosa con ganas, yo la veía y me relamía con sus caras de placer. A los dos minutos me dijo que se quería venir y la vi llegar al orgasmo en medio de temblores y gemidos, era una perra en celo que estaba en éxtasis y yo la veía y más caliente me ponía, sentí como tuvo un squirt y me mojaba los muslos. Vi como se contorsionaba y se como las piernas se le encalambraban y tenía espasmos mientras gritaba.

Apenas se calmó un poco y sabiendo que yo estaba a medio camino se puso en cuatro y me paso el aceite, "quiero que me comas el culito" me dijo con lujuria en la cara. A mí se me abrieron los ojos y me puse a mil! La lubriqué mientras ella se masajeaba y se iba metiendo el dedo para ir preparándose, yo con esa vista y con la verga a reventar le dije que quería sentirla sin condón y me lo quité, ella sonrió pícara y con cara de ganas. La clavé en un solo envión, estaba estrechita y gimió de dolor, pero con la lubricación entrando comenzó a moverse con ritmo y empecé a sentirla más suelta y ella empezó a pedir más: "que chimbo tan rico", "que rico te comes mi culito", “quiero más leche”, gritaba y se apoyaba en la cabecera de la cama para recibir mis embates. Empecé empujando duro y lento y comencé a aumentar el ritmo a medida que ella me recibía cada vez con más ganas y me estrellaba con ese culote, yo quería meterlo a fondo y mis güevas se estrellaban con fuerza mientras le decía que me encantaba y que le iba a llenar ese culito. Le di unos cinco minutos así, estaba enloquecido, me excitaba su espalda sudorosa, sus tetas rebotando, como gemía, y como me pedía más y más. Me regué en un orgasmo monumental, gemí de placer y con ganas le descargué todo el semen que me quedaba. Ella la sintió y me dijo que le encantaba sentir mi leche caliente en su ano. Yo quedé exhausto, estábamos empapados, el ambiente en el cuarto del motel era denso, puro olor a sexo y la cama emparamada.

Nos quedamos así un rato, yo solo me cogía la cabeza y ella me decía una y otra vez: "que rico!", "que rico!" y me besaba.

Al momentico nos paramos de la cama y nos metimos a la ducha y comencé a lavarle el culito y a restregarla. Había sido una gatica complaciente toda la noche y la enjaboné para sentir ese cuerpazo por todas partes.

Nos quedamos en el motel unas horas más entre conversaciones y polvos. Quedamos de vernos otra vez.

juanbeer12

Soy hombre heterosexual

visitas: 923
Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2020-08-12 22:16:27
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1 Comentario

Rico relato

2020-08-13 00:08:10

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