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La amiga de mi hijo

La amiga de mi hijo

Les vengo a relatar algo que pasó este sabado, la amiga de uno de mis hijos suele venir de vez en cuando porque es como de la familia. Marcia (nombre ficticio) llegó por la mañana preguntando por nos hijos, se lleva mejor con el hombre, pero tiene una buena relación con la hermana. Le dije que mi hijo no estaba pero que por favor siga adelante y se sienta en casa.

Yo como cualquier sábado me dedico a hacer limpieza general mientras generalmente no hay nadie en casa, sólo estaba mi hija, pero tenía unas tareas y estaba atareada. Marcia estaba en el salón como que no haciendo nada, ocupada en el celular. Tiene un cuerpo muy bonito, es una jovencita que madura como un buen vino. Bajita, de pezones bien marcados, culito redondo y cara de ángel que te puede llevar al infierno en 5 segundos.

Disfruto mucho de su compañía así que me apresure con la limpieza con la excusa de acompañarla mientras llegaba mi hijo y la madre. Marcia se ofreció a ayudarme, pero yo sólo quería verla reposar en el sofá. Al fin acabé y le pregunté qué si quería tomar o comer algo, solo quiso un vaso de agua y le pregunté si le molestaba ver TV juntos. Soy fanático del fútbol inglés y a ella parecía no importarle. Igual era sólo una excusa...

"Cómo que está haciendo calor no? ¿No se te antoja un helado Marcia?", le dije con dobles intenciones porque quería ver como esa boquita comenzaba a chupar. Aceptó un sorbete de maracuyá mientras yo tomaba un helado de mango. Más que un helado solo quería enfriar mi lengua y ponerla sugestiva mientras charlábamos mierda.

Se acabó la primera parte del partido y yo solo podía admirar ese cuerpo y esa boca chupando un helado, mi cuerpo estaba sentado a su lado viendo un partido mientras mi mente la estaba desnudando lentamente. ¿Me podría arriesgar? Lancé un halago a sus piernas encerradas en mallas. Le dije que se notaba el ejercicio en cuarentena y ella sólo alcanzó a reírse, muy fría. Pero en mi mente ya estábamos pasando a la cama así que no podría dejar que esto se acabe ahí. Le pregunté que cómo estuvo el helado y me dijo que estaba muy rico. "¿Se ve que te gusta chuparlos, no Marcia?" Note el primer gesto de agrado, alcanzó a reírse de manera nerviosa y me dijo que le gustaban los sabores ácidos. Esa risa que ocultaba un gemido fue suficiente para mí.

Le dije que si el helado le dio tanto frío porque sus pezones se notaban. Ni yo podía creer que estaba pasando esto. Ella se avergonzó y alcanzó a taparse los pezones con las manos. Le dije que no se preocupe, que eso era de lo más normal porque de seguro le hizo frío por el helado.

"En realidad tengo calor Sr. Julien", dijo mientras se sacaba el saco y me dejaba ver esos pezones parados debajo de la blusa. ¿Lo hizo a propósito o no? No sé, pero le dije que podríamos pasar a la otra sala que es más fresca. Me prendí demasiado al ver su contoneo, al ver cómo se le marcaba el culo y las tangas en ese short de jeans

Llegamos a la otra sala y comencé a decirle que, si le hace calor, que con confianza se saque las mallas que de seguro la estaban incomodando. Alcanzó a reírse esta vez más fuerte y me dijo que no, que mejor prenda la TV para el segundo tiempo del partido y ahí estaba Marcia, en una blusa más transparente que blanca, unas mallas negras y un short de Jean azul que le marcaba unas nalgas deliciosas. No podía perder mi oportunidad. "Marcia, te molesta si me siento en la oficina mientras estás en el sofá?"

"No Sr Julien, siga por favor". En mi mente estábamos en su oficina y ella era mi asistente. Resulta que trabajamos cerca y más de una vez la acerqué a su trabajo por nuestra cercanía como familia. Jamás había pasado por nuestra cabeza, al menos por la mía, que esos viajes podrían estar llenos de placer. Sera que ella lo pensó alguna vez?

Llevaba yo unos pantalones grises que marcan muy bien mi paquete y mis piernas ya que hago ejercicio. Y no desaproveche la oportunidad para mostrarle mi sexo de manera sugerente. Me pare del sofá y mirándola desde arriba le dije: "Puedes quedarte en esta sala mientras yo trabajo, me gusta tu compañía". Ella no despegaba la vista de mi pantalón que ya tenía manchas seminales que ella había causado.

"Ah qué?"

"Me entendió Marcia?, que si necesita CUALQUIER COSA se quede en esta sala para que la pueda atender"

"Si Sr. Julien Yo me quedo acá que en la otra sala hacía demasiado calor."

"Si le hace mucho calor siéntase en confianza y acuéstese en el sofá, pierda cuidado Marcia."

Y me dejó ver sus piernas.... Se quitó esas mallas para dejarme ver esas piernas blancas y deliciosas que tiene. Me sentía cada vez más cerca de su gloria. ¿Será que me está coqueteando?

"Marcia, que pena contigo, pero es que me está dando calor también.  ¿Tú crees que puedas ir por dos vasos de agua a la cocina?"

"Claro que si Sr", dijo mientras yo me apresuré a sacarme el pantalón y quedarme en bóxer, la esperé detrás de la puerta así que cuando volvió a entrar me encontraba detrás de ella.

"Marcia, que pena que me haya tenido que sacar el pantalón, es que este calor está terrible", si quieres despedirte de la blusa no pongo objeción "

"Sr Julien, ¡cómo cree!", dijo avergonzada, pero mirando mis piernas con deseo y enfocándose en mi paquete.

"Marcia, ven que te ayudo con esos vasos, por favor no vayas a derramar agua en tu blusa porque te toca sacártela luego jaja"

"Ayyy Sr Julien, no diga eso que me incomoda" decía con la voz apenada, pero esta vez más coqueta que apenaba. Volvió al sofá y podía admirarla ahora con una erección algo notoria desde la oficina.

"Marcia, tú sabes de números verdad? ¿Me ayudas con esta fórmula que no la entiendo? ¡Que bueno que estas acá!"

Marcia se levantó dubitativa del sofá y se acercó a mí silla, se notaba estaba un poco mojada, puede disimular la voz, los ademanes, hasta las ganas! Pero no puede disimular ese olor a vagina húmeda que emanaba de su ser. Se acercó a mí escritorio y aproveché.

"Marcia, siéntate acá a mi lado, alcanzamos los dos en la silla". Pero ella tenía otras intenciones, se sentó en mi pantalón y no pudo disimular un gemido mientras sentía mi verga hinchándose por ella. Intentamos disimular la situación y ella miraba un archivo de Excel vacío mientras me daba explicaciones vacías del trabajo, yo sólo disfrutaba de sentir ese culo delicioso sobre mi verga. Fui un poco más allá y comencé a moverme hacia adelante y hacia atrás. "Cómo lo ves Marcia? ¿Crees que estamos bien con esta entrega?"

"Si Sr. ¡¡Está muy buena!! Me encanta lo poco que veo, pero me tocará hacer una inspección"

La acerque hacia mí solo para tocar su vagina y le dije suavemente al oído "Inspecciónalo pues" y la ahorque un poco. Ella sólo alcanzó a decir "Ayyy Sr Julien" Pero mientras lo decía ya estaba agachándose y abriendo mi pantalón. Esos labios rojos... Marcia tiene unos labios rojos que invitan al pecado. Me da una erección de sólo pensar en esa boquita besando mi verga tan tiernamente.

Comenzó a decir "Jueputaaaa Sr Julien, no podemos hacer esto" pero apenas acababa de decirlo y se metió la verga hasta la garganta. ¡Comenzó a meter y sacar mi verga de a poco y yo estaba que iba a estallar! Sabe usar la lengua como una diosa, lamia mis testículos mientras me masturbaba y yo sólo podía gemir y gemir disimuladamente. En un momento casi se me sale el corazón porque escuche a mi hija bajar rápido y tocar la puerta, entró a preguntar si tenía su laptop y alcancé a entregársela sin que viera lo que estaba pasando detrás de la oficina. Marcia no paraba, la situación la excitaba más y comenzaba a sobar mi verga como ninguna lo ha hecho. No podía quedarme ahí, necesitaba devolverle el favor, pero la casa no era un lugar seguro. La tomé del cuello y le dije: "Nos vamos!!"

Salí de la oficina a decirle a mi hija que Marcia estaba indispuesta y la llevaba a casa porque mi hijo y la mamá aun no llegaban. Marcia se había quitado la tanga mientras yo decía esto y solo tenía los jeans encima. No sé en qué momento, pero su brassier también desapareció. Salimos, puse en el mapa un parque que queda cerca de la casa de Marcia y mientras conducía comencé a rozar su vagina por encima de su corto de Jean. Le apreté la deliciosa vagina que tiene aprovechando que los jeans son duros y le daban sensaciones de placer Le dije que se saque eso y ella muy obediente desapareció los cortos, ahí tenia a Marcia, a esta mujer tan celestial, semi desnuda en el carro tocándose y gimiendo mientras yo conducía. Aprovechaba cada semáforo para meter mis dedos en esa vagina húmeda. Marcia era un río de fluidos y esa vagina estaba palpitando a más no dar.

Llegamos al parque, buscamos un lugar alejado de todo, sólo le susurraba a Marcia que estaba muy rica, que hace rato fantaseaba con su cuerpo y me la quería coger. Marcia solo decía "Entonces por qué putas espero tanto Julien?!?! ¿Por qué no me cogió antes?"

Encontramos una banca, quería darle el mismo placer que me había dado momentos antes. No sabía por dónde comenzar ya que su cuerpo entero me fascina. ¿Debería besar esos labios para sentir sus gemidos en mi boca? ¿Debería masajear esos senos preciosos que tiene? Mejor masajear sus oídos con palabras suaves y sucias. Penetrarla de pronto no estaba en mis planes, quería que Marcia aprendiera a sentir placer de verdad, entonces lo supe. Le pedí que se quitara el Jean y que se sentara en la banca, que se toque los senos mientras me miraba y que lentamente abra las piernas para que pueda yo presenciar el cielo.

Marcia tiene una vagina espectacular! Unos labios virginales, depilada, con el clítoris apenas mostrándose para que solamente alguien que la conozca de verdad la pueda complacer. Su vagina es pequeña, emana inocencia que busca ser corrompida, es una combinación perfecta de todo, parece la frutilla más fresca de la cosecha   que uno desea abrir por la mitad y llenarla de crema para saborearla con los labios. Me puse nervioso y mega excitado, una cosa es decirlo y otra cosa es verlo y recordarlo en este momento. Mi ángel personal, la Lilith de mi Adán, esa inocencia coqueta que siempre había visto en casa estaba ahora frente a mis ojos transformada en una Succubus, porque parecía ser todo un sueño.

¿Podría rendirme frente a este demonio sexual a mi frente? La respuesta parece sencilla, pero ver a Marcia abierta de piernas esperando mis labios, entregada mientras me hablaba sucio y se tocaba los senos, era una escena poderosa. ¿Podría yo, un mortal, complacer los deseos de esta Succubus despierta? Me acerque lentamente, como perro sumiso pidiendo perdón y permiso. Me arrodillé y sin palabras, solo con mis manos la acosté un poco más en la banca para tener su vagina lo más cercana a mi rostro.

Sentí el cielo con ese primer beso. Sentía como todas esas terminaciones nerviosas hacían su trabajo y llegaban hasta las manos de Marcia, que dejó de tocarse los senos y sólo alcanzo a agarrarse fuerte de la banca. Lamer esa vagina fue una experiencia religiosa, sentir cada contracción de su cuerpo era una afirmación de que estaba haciendo las cosas bien y que a mi Marcia le gustaba mi agradecimiento por ese oral tan rico en la oficina. Mis manos tenían vida propia porque son darme cuenta había comenzado a masajear su cuerpo, la tomaba de la cintura mientras mis labios hacían lo suyo.

Las respiraciones fuertes, los jadeos, los gemidos, Marcia dejó de ser para siempre la amiga de mi hijo, la amiga de la familia. Se estaba convirtiendo en mi perra consentida. El "Sr " también se había quedado en el carro, de sus labios salían palabras más acordes a la ocasión. "Ayyyy amor que rico",

"Jueputa Julien!". Ya tenía el terreno preparado, quería entrar en ella, mi lengua se puso más firme y comencé a penetrarla, a entrar en su vagina mientras una de mis manos frotaba gentilmente la punta de su clítoris. La humedad de mi amor era impresionante, mi boca comenzaba a llenarse de sus fluidos, ya no podía distinguir entre mi saliva y su entrega, allá abajo sólo había un charco de puro deseo sexual que tenía también yo en la boca y me excitaba demasiado.

Si lamer esa vagina afuera era el cielo, no tengo palabra para describir lo que era estar adentro de ella. Meter mi lengua y explorar su intimidad, chocarme en sus paredes vaginales y sentir como sus nervios estaban al tope era como morir y convertirse en una deidad. Sentir cada puntito de esa rugosidad, sentir sus gemidos fuertes cada vez que mi lengua hacia una L para alcanzar su clítoris adentro.

Y de repente nada. Sin palabras, me levanté y me senté a su lado. Comenzamos a besarnos con pasión extrema mientras ella me masturbaba y sentía mi pene todo lubricado por mis propios fluidos. Ella se levantó, se sentó en mi pene y comenzó a darse sentones mientras me daba la espalda. Esa sensación tan rica de penetrarla, esa primera vez tan mágica, tan fuerte y admirar ese cuerpo encima mío sin nada más que su pelo cubriendo parte de su espalda. Mis manos estaban libres, pero apenas alcanzaba a tomarla de las caderas para sentir sus movimientos. Ella era la que mandaba ahora Ella lo estaba disfrutando, yo sólo era un objeto para su placer, el medio, más no el fin para llegar a sus orgasmos. Era un dildo con cuerpo y aceptaba mi posición en ese momento. Me sentía su juguete sexual y eso me excitaba más.

Sus gemidos eran tan fuertes que yo me sentía intimidado y apenas alcanzaba a suspirar. "Marcia amoooor que rico!!!", "Ahhh perra deliciosa, cabalgame", "Mierdaaaaa mierda mierda ahhh amor".

Éramos uno en esa banca de parque, la adrenalina estaba a tope, nuestros cuerpos sudados y con fluidos por todo lado sólo eran la afirmación de que todo estaba bien. Se paró de mi pene y comenzamos a besarnos, comenzamos a intercambiar pasión de una manera muy especial y salvaje. Quería penetrarla a mi ritmo, buscamos un espacio en el piso y la acosté, comencé a besar su cuello, a pasar por sus labios solo un momento mientras iba a chupar esos senos perfectos que tiene estaban erectos, y sentir cada milímetro con mi lengua hacían que ella estalle en gemidos, que me diga que la folle.

Estuve así por minutos, saboreando su cuerpo hasta que la cogí de las manos y metí mi verga en esa vagina Celestial. Iba lentamente al principio, porque me gustaba sentir las palpitaciones de su ser. Entrar y salir y lubricarme en esa laguna que habíamos creado juntos. Comencé a acelerar la marcha, sentía como ella hacía fuerzas con sus nalgas para apretarme y mantenerme dentro de ella y eso me enloquecía, me ponía bastante loco y sólo hacía que quiera embestirla cada vez más fuerte. No sé en qué momento la abracé y la tomé por el cuello y los hombros mientras la penetraba duro. Me encantaba escuchar sus gemidos cerca a mis oídos.

Quería darle más y más y más.... Me separe de ella, la baje un poco más y su rostro daba a mi pecho, comencé a empujar mi verga fuertemente contra ella y comenzó. Estábamos llegando al orgasmo, nuestros espasmos, nuestras palabras temblando, nuestra respiración, era nuestra armonía caótica pero perfecta haciéndose realidad. Comenzamos más rápido y más fuerte, casi matándonos hasta que escuche sus gemidos, esos gemidos que son diferentes, esas contracciones de su ser, esa apretada de sus paredes… "Amm Amm ahhh aaaaaaah amoooor"

Estalle dentro de ella y ella dentro de mí, nuestro primer orgasmo juntos, nuestro comienzo, nuestro génesis. Fueron segundos, pero escribirlo hace que se alargue hasta llegar a la eternidad. Ahora ella era mía y yo suyo. Nos perteneceríamos en complicidad, nuestras miradas lo decían todo. ¿Y ahora qué? ¿Volver al mundo real como si nada pasó? Imposible, llevamos tatuados ese momento.

"Hola pa, no me dijiste que vino Marcia, me escribió y recién veo su mensaje"

"Hola! Vino esta mañana y estábamos viendo el partido, pero luego se indispuso y la lleve a casa"

chelocol

Soy hombre heterosexual

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Categoria: Jovencitas
Fecha de Publicación: 2020-08-31 20:06:26
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