Esa noche nos encontrábamos tomando unos tragos era el 31 de diciembre, en una ciudad como Medellín es sinónimo de fiesta y licor, ella y yo nos dábamos besos como cualquier pareja de novios, compartíamos un rato agradable entre amigos, ya entrada la noche por efectos del aguardiente cada que nuestros labios se juntaban crecía cada vez más ese deseo sexual que es incapaz de esconderse, nos despedimos de nuestros amigos fuimos a su casa,.

Desde que abrimos la puerta yo ya la estaba besando con mucha pasión al entrar ella metió la mano en mi pantalón empezó a tocar mi verga que para ese entonces estaba erecta, empezó a jugar con ella a tocarla a calentarla más mientras mis besos ya bajaban por sus senos, quite su blusa mire su cuerpo pequeño, sus senos parados por la excitación del momento, dijo que quería ser penetrada en la sala de su casa, entonces levante su falda empecé a estimular su vagina, tocar su clítoris, metía los dedos muy lentamente, recorría cada parte de esa vagina que muchas veces había probado con mi lengua una y otra vez,introduje mis dedos suavemente todo lo que me daban, comencé con los dos primeros, entraban y salían en un mar de fluidos, después introduje uno más lo hice con fuerza y rapidez ella empezó a gritar de placer, pedía que no parara, acariciaba mis genitales y gemía como nunca, baje de inmediato mi pantalón sin quitarlo del todo, metí mi verga en su vagina, la tire al suelo yo no dejaba de penetrarla y ella de gritar de placer muy fuertemente, los tragos estaban haciendo su efecto, nos sentíamos haciendo el amor como en otro planeta, recorriendo otros cuerpos, descubriendo cosas nuevas el uno del otro, se montó encima de mi pene empezó a moverse al ritmo de la música que sonaba en la casa vecina, era un reguetón que se sentía en cada parte de mi ser, yo introducía lentamente mi dedo en su ano y ella me miraba con una satisfacción interminable, después de un rato comenzó con su sexo oral delicioso, era rápido y excitador, su lengua recorría todo mi pene, se sentía mojado, sus labios lo besaban, se podía oír el sonido que hacían, como lo sostenía en su boca y lo metía hasta mas no poder, lo apretaba tan duro, untando cada gota de mi lubricante en sus labios, en su rostro, besaba mis genitales, yo que para ese entonces era menos persona y más excitación, deseaba en ese momento que los dos sintiéramos nuestros sexo, hicimos el 69 con tanto placer que nuestras labios probaban las partes íntimas al mismo tiempo que exhalábamos gritos de euforia, ella ya iba por su 3 orgasmo y el mío sería el primero, decidí venirme en esa posición, el semen goteaba por mi pene y su boca, ella nuca paró de hacer sexo oral por más que yo ya había terminado, tenía mi boca en su vagina podía sentir como un liquido caliente salía de ella, acabando en mi boca, lo saboree lo deguste, después nos abrazamos eran dos cuerpos unidos no solo por un año más sino por el sudor incontenible que salía de nuestros poros, después de un rato ella puso su mano en mi pene, empezó a jugar de nuevo con él, lo masturbaba en varias formas y posiciones, decía que quería sentir más placer ver cómo me venía de nuevo mientras empezaba con su delicioso sexo oral.