Hace un par de años tenía un amigo que trabajaba como médico en una EPS de la ciudad, una tarde nos íbamos a ver luego que saliera del trabajo, me dijo que fuera y estuviera en la sala de espera pendiente de él para ir  a comer; allí estaba yo sentado en un ambiente frío por el aire acondicionado, blanco y con algunas personas que esperaban a que les atendieran, mi amigo me puso un mensaje indicándome el número del consultorio donde se encontraba para que fuera, eso hice, creí que era para ahorrar tiempo o algo así, pero no, entré y me pidió que cerrara la puerta, estaba terminando de escribir en el computador, me senté como si fuera el paciente y esperé a que terminara.

Pasaron solo unos minutos y me dijo que ya había acabado, me levanté para que saliéramos pero lo que hizo fue besarme, fue raro, no me lo esperaba, no es que no me pareciera lindo, es que estábamos en un consultorio médico donde atienden n mil paralogías en una semana, le correspondí el beso y creí que sería solo eso, pero no, me mandó su mano a la entrepierna y lo comenzó a sobar, aparté mis labios y le susurré --¿qué haces?, este no es el espacio--, solo me dijo --shhh--  y siguio besándome, me bajó, sacó mi pene y me hizo oral un rato, me lo chupaba muy rápido y fuerte, se tragaba mi verga hasta donde podía, la tengo larga y gruesa entonces no le cabía del todo; creí que me haría venir, pero no, estuvo así hasta que se paró, se quitó la bata y se bajó los pantalones, tenía unas lindas nalgas, el man es muy blanco, lampiño, y con piernas torneadas por el ejercicio, me dijo que lo punteara, puso su pie en una escalita de la camilla, sacó un condón y me pidió que lo punteara, le escupí el ano y le volié dedo unos segundos, estaba apretadito y suavecito, me puse el forro y lo puntee unos pocos minutos, al rato el man como que cayó en cuenta que  si lo pillaban se podía meter en un problema grande, entonces cuando ya  tenía más de la mitad de mi verga en su apretado recto se lo sacó y se subió los pantalones, me dijo que hiciera lo mismo y saliera disimulando, que lo esperara en la entrada del edificio, claramente le hice caso, fuimos a comer y luego a su casa, allí terminamos lo que habíamos comenzado.

Francamente no fue mucho tiempo, al entrar a su apartamento se bajó los pantalones, me bajó los míos y me hizo oral, cuando ya estaba duro sacó otro condón me lo puse y lo clavé en 4 en la sala, le sacaba todo el pene y se lo metía hasta el fondo, fuertemente, le gustaba, gemía bastante, estuvimos así un poco tiempo mientras alternaba mis manos para nalguearlo, sus nalgas blancas se ponían rosadas y calientes tras cada golpe que recibía; el man lanzó un gemido y vi que chorreó el piso con su semen, lo hice arrodillar y acabé en su cara; entre los dos limpiamos y nos pusimos a conversar un rato.

Tal vez esta experiencia no fue la más llamativa, pero es inevitable pensar que ocurrió como en una escena de película porno cliché.