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Ella es una de esas mujeres que nunca se olvidan, que no pasa desapercibida, imponente, única, ella.
Nos conocimos en el aeropuerto, cada uno esperaba alguien que venía en el mismo vuelo. no podía quitarle la mirada de encima; su belleza empezaba desde donde empieza la sensualidad de las mujeres, desde sus pies. llevaba un calzado propio de los climas cálidos que dejaba ver ese espectáculo piel canela de sus muy bien arreglados pies, que sensualidad, que ganas de chuparle uno a uno esos deditos. Cómo tenía puesto un short, sus piernas torneadas, fuertes, definidas y delineadas, las recorrí con mis ojos centímetro a centímetro, mi boca ya babeaba y solo podía imaginarme besando cada tramo de esas piernas. no hablemos de su derriere, simplemente diré que merecía pasar a las páginas de la historia mas bella jamás contada. su cabello llegaba casi al limite de su espalda y sus curvas traseras, un cabello interminable, negro y liso, como esas cabelleras de anuncio de shampoo y que solo provoca ser halado mientras la dominas desde atrás.
en cierto omento se voltea, hacemos contacto visual, debió percibir que me sentí descubierto porque sonrío con vehemencia y arrogancia, eso solo me prendió mas. abdomen plano, senos frondosos y un cuello de porcelana, que mas podía tener perfecto?, sus ojos y su sonrisa. eso sí, capitulo aparte tienen sus ojos, los cuales, días después pude contemplarlos desde arriba mientras ella engullía mi pene, no merecedor de semejante honor; pero no me adelantaré, mientras anunciaron que el vuelo llegaría en 30 minutos más, caminé unos metros hacia la maquina del café, no me percaté y ella venía también, cuando retiré mi bebida y la vi de nuevo, pude darme cuenta del poder que llevaba dentro, porque su manera de caminar y mirar haría temer al más valiente de los guerreros.
De nuevo me sonríe y yo sonrío de vuelta apenado, ya estaba derrotado y entregado, ya era hora que dictara sentencia y supiera el nombre de su condenado. en mi desesperado intento por tener una salida digna, le pregunté: también esperas que llegue tu mami con regalos?, y ahora la sonrisa fue mas benévola, acompañada de una diminuta carcajada en la que luego de un silencio como de 20 segundos me dijo:
-no, espero a mi pareja.
De no haber sido porque mi madre viene en silla de ruedas, hubiera salido corriendo de allí por el tamaño de lo estúpido que me sentí. sin embargo, ella dejó que me adelantara a la barra de espera, se hizo detrás mio y cuando empezaron a salir los pasajeros desapareció. recojo a mi madre, la llevo al parqueadero, la subo a mi carro y de nuevo la veo a unos 30 mts de mi, su pareja era una espectacular rubia, de menor estatura que ella.
Me señala, ambas se ríen, yo me monto y enciendo mi carro buscando huir, pero a la salida, pagando el parqueadero, me pasan una tarjeta, era el numero de ella.
Esa misma noche la llamé, durante una semana hablábamos por horas y finalmente aceptó ir a disfrutar un café conmigo. como el caballero que soy, la recogí a la salida del gimnasio, fuimos a un buen sitio, tomamos café, conversamos y no quise atacarla, solo dejé que su voz y sus risas me embriagaran, aunque ya estaba hipnotizado por su escote y su falda con abertura lateral. en cierto punto, confesó que mi timidez la cautiva, y que es un plus. Cuando subimos al carro, para dejarla en su apartamento, ella se descalza, puso sus pies encima de mis piernas mientras iba manejando, y me preguntaba sobre que color le lucirían mas a sus uñas.
Esos pies casi me enloquecen, casi provocan un accidente, pero habría muerto feliz.
Al llegar, nos besamos, me despedí feliz, y al subir las escaleras hacia mi apartamento, me manda al WhatsApp una foto de ella de espaldas, en topless presumiéndome sus músculos. si quería enloquecerme ya lo había logrado.
Dos días después nos devoramos como fieras, ella me dominó de principio a fin, sabía que me controlaba, que era suyo, me sentí como un juguete y lo disfrutaba. En medio de mis arremetidas cuando estaba encima de ella, me cacheteó, jamás me había sucedido y eso fue mi clímax. decía que no debía disfrutarlo, que era exclusivamente su goce el que valía, que amaba a su mujer pero que a mi me haría morder el polvo, que mujer!
Para la segunda vez, yo esperaba que me hiciera sangrar, pero no, ese día fue muy tierna y me prodigó una tanda de sexo oral como de unos 45 minutos, la mejor de mi vida, no decía una sola palabra, solo tragaba todo lo que tenia para tragarse ante semejante poesía de chupada.
al otro día me bloqueó del WhatsApp, no me contesta el teléfono desde entonces y yo solo quiero verla de nuevo, a ella, la bipolar.
Hace poco llegó un paquete a mi portería, eran unas fotografías de ella desnuda, con una nota que decía:
Cuando sepas de nuevo de mí, quiero que estés dispuesto a morir.
