Este fin de semana viajé a la ciudad de Duitama a celebrar el grado de maestría de un muy buen amigo de la universidad, yo iba solo porque mi novia estaba trabajando y no me pudo acompañar.

La reunión era familiar y con amigos cercanos del graduando. La fiesta transcurría normalmente con comida, tragos, ponqué y una infinidad de charlas de actualización de la vida con amigos y conocidos que no veía hace mucho tiempo; entre esos viejos amigos estaba Juan a quien no veía desde que salimos de la universidad (aproximadamente unos 12 años) me presentó a la esposa y entre charlas de los 3 resultó que la esposa de Juan había sido compañera de colegio de mi novia.

Angélica que es la esposa de Juan me empezó a preguntar por mi novia y a contarme que en el colegio fueron muy buenas amigas pero se distanciaron cuando ambas entraron a las universidades... Entre cuentos y charlas ella en un momento me preguntó que si mi novia seguía siendo igual de terrible yo me reí sin darle mayor importancia al comentario y le dije que suponía que más terrible que si no habría perdido su tiempo jejejeje.

Siempre he sido de un trato fácil hacia las personas y no sé porqué pero tengo la facilidad que entran en confianza muy fácil y rápido conmigo, rato después de estar bailando y habiendo ya corrido por las mesas buena cantidad de cerveza y whisky le pregunté a Angélica que por qué decía que mi esposa en el colegio era terrible, ella sin ningún tapujo ni pena me dijo que se acuerda que junto con ella cuando estaban en once competían por quién hacía mejor sexo oral a los noviecitos y amigos de la época, a mi me dió risa y le pregunté que quién había ganado, ella también entre risas me contestó que tampoco habían sido muchísimos tipos que máximo habrían sido unos 8 pero que siempre hubo algo particular que era que mi novia no le gustaba que se le vinieran en la boca, que siempre aceptaba que se le vinieran en la cara, pero que ella, Angélica, si aceptaba que se le vinieran en la boca. Yo entre risas y un poco de asombro le contesté que que rico haber sido amigo de ellas dos en esa época, que ahí hubiera estado el combo completo jajajaja, ella también entre risas me contestó que quien quita y algún día se me diera el combo, por un momento nos quedamos mirándonos fijamente pero seguimos bailando como si nada.

Angélica es una mujer físicamente delgada sin muchas curvas de cola o cintura pero con unos senos muy bonitos que lucía con un escote generoso, un cabello negro, largo muy bien alisado y una cara también muy bonita que sobre todo atrae con la mirada y sonrisa pícaras y de bandida.

De ahí en adelante todo fue risas y cada vez q bailábamos o hablábamos había alguna referencia a la palabra "combo" jejejeje. Ya siendo casi las 2 de la mañana yo estaba con Juan afuera del salón cerca de los baños acompañándolo a fumar y hablando carreta cuando llegó Angélica que también iba para los baños, la esperamos y se unió a la conversación y le pidió un cigarrillo a Juan, Juan que ya había fumado se lo dió y dijo que nos esperaba adentro. Angélica y yo nos quedamos hablando y me ofreció cigarrillo, le respondí que yo no fumaba y entre chiste y chanza que más bien le aceptaba el "combo", ella también se rió y me dijo espere termino de fumar y vamos por su "combo", yo me reí porque obvio creí que estaba hablando por molestar.

Angélica terminó de fumar y me cogió del brazo y me dijo vamos allí rapidito le doy su "combo", caminamos un poco hacia la parte de atrás de los baños en un espacio que habían unas canecas de pintura que nos tapaban y rápidamente me dijo bájate la cremallera, yo lo que hice fue despuntar el pantalón rápidamente, ella metió la mano, me masturbó un poco para terminar de ponerme al 100 e inmediatamente lo sintió plenamente duro se agachó a hacerme un rico sexo oral, la dejé un rato hacerlo a su ritmo y luego la cogía de la cabeza literalmente haciéndoselo por la boca haciéndole garganta profunda hasta donde más alcanzaba, ella se dejaba sin poner ningún reparo hasta que descargué todo el semen que tenía acumulado de la semana y de las ganas en lo más profundo de su garganta. Ella al sacar mi pene de su boca lo chupó unas veces más para quitar cualquier resto de semen y saliva, se limpió las lágrimas causadas por el ahogo de su garganta, yo me subí el pantalón, me arreglé la camisa y entre risas cómplices y de satisfacción nos integramos de nuevo en la reunión.

La fiesta terminó sobre las 4 de la mañana entre más trago, baile, charla, risas. No hubo intercambio de teléfonos ni nada de eso, queda el delicioso recuerdo y este relato que les comparto de una aventura 100% inesperada.