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UNA NINFULA…

¿Qué, cómo es ella…?


Puede haber mil descripciones, pero sin dudarlo un segundo, diría que es una nínfula.

Siempre tan enigmática, tan misteriosa y sorprendente.


No tengo que ser Nabokov, ni J. Bonilla, para tener la certeza de reconocer perfectamente a una nínfula, porque mi alma se enganchó en una, y más que eso, parte de mi esencia se fue con ella.


Las nínfulas, seres que indescriptiblemente maduran tan perfectos como esos frutos que nos provocan mientras cuelgan de sus ramas llenos de vida, color y olor, así son ellas.


Ciertamente todo comienza en edades tempranas, y aunque muchos crean que ser una nínfula solo va adherido a una edad, lo cierto es que las nínfulas nacen y por más que las arrugas sean su nueva piel, las canas el tinte de su cabello y su figura no se parezca en lo mínimo a esa que poseían en su juventud, ellas no dejan de serlo, incluso me atrevería a decir que cuando ya no están en este mundo, a donde lleguen, siguen siéndolo.


Ellas pueden ser tan sencillas como complejas. Son nefelibatas en universos increíbles que crean a su alrededor sin importar lo que pase afuera. Pueden ser luz desbordante, esa a la que uno corre desesperado dentro de un túnel cuando la ve al final, a la espera de llegar al paraíso. Pero pueden ser también la oscuridad más profunda, esa que te lleva a encontrarte con tus demonios y a batallar con ellos.


Son un contraste permanente.

Son dulzura con cada beso que dan, pero son amargura en cada huida antes del amanecer. Porque comparten una cama, pero no su sueño.

Son benditas en cada poro, pero son malditas tras cada toque. Porque puedes deleitarte con todo su esplendor, pero te roba una parte del alma en cada toque.

Son pacientes a la hora de conquistar, pero son inquietas cuando logran su objetivo. Porque pueden atraparte tan fácil que para ellas termine siendo poco interesante.


Ellas no necesitan tener la piel más tersa, ni los senos más firmes, ni las curvas más perfectas. A ellas les basta con tener esa mirada de fuego arrasador, las palabras dichas en los momentos exactos y los movimientos mas sutiles para desarmar hasta el más fuerte de los seres.


Muchas veces la amé, y aunque quiero creer que fue a mi manera, sé que siempre fue a la suya, a su ritmo, a su deseo, a su instinto y tal vez sea eso lo más arrollador, que sientes tener el mundo en las manos, pero realmente eres tu quien prende de ellas de un hilo tan frágil como la vida misma.


Escribió Nabokov… “Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba de pie, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita”. Yo hoy, tantos años después, sigo reconociendo que aquella nínfula fue mi delirio cuando la veía florecer con los días, con el cambiar de su figura, cuando aún no podía acercarme a ella porque nos distanciaba una escuela, una oficina y más de 15 años. Luego fue mi encanto cuando la veía caminar en altos tacones y vestidos que atrapaban las miradas más desprevenidas y despertaba los más lujuriosos deseos de quienes se acercaban a ella. Y ahora que incluso usa zapatos bajos, no pretende ser siempre el centro de atención y disfruta de la libertad de no tener que peinarse y maquillarse en exceso, es la evocación sobre todo de mis noches de soledad, mientras tomo un vino, prendo otro cigarrillo, escucho Sabina y sigo sintiendo eso que sentí hace más de treinta años, ese sentimiento de que aún es MI nínfula…


Luego de ella, he amado, pero no con locura y siento mucho que eso pueda afectar a quien ahora comparte su vida conmigo, pero he de ser sincero. He sonreído, pero no con el candor que ella me transmitía. He aprendido mucho en la vida y por años, pero no siento que me sea de tanto provecho como aquello que me enseñó ella en tan poco tiempo. He jugado, he bailado, he follado, he llorado, pero jamás con la emoción que lo hice con ella.


Por eso, donde estés mi querida y adorada pequeña de ojos marrón, de melena oscura danzante, de piernas firmes, de espíritu libre y que para muchos puede pasar desapercibida, quiero que sepas que este loco viejo no te olvida porque al igual que ayer sigue sintiendo que eres suya.



Dita

Enero 31/2024

la-ninfula

Soy mujer heterosexual

visitas: 1483
Categoria: Jovencitas
Fecha de Publicación: 2024-01-31 21:18:07
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7 Comentarios

Hermoso relato, me conecte automáticamente!

2024-04-04 11:51:50

Entre tanto relato erotico, encontrar algo mas a ello es una gran invitacion a leer algo mas...


Gracias por tu relato, espero te animes a mas.

2024-03-23 11:32:22

El ser el amor no son simples para seres como tú o tal vez como yo alos ojos de los simples.

2024-03-21 22:34:40

Gracias por permitirnos saber que es ninfula

2024-02-23 09:14:21

Buenisimo. Gracias

2024-02-02 14:34:35

Brutal

2024-02-01 23:03:07

Gracias, Ninfula

2024-02-01 10:03:32