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Todo se dió por eventos previos que habiamos tenido, por fin pudimos planear una salida entre colegas y poder pasar desapercibidos y estar más rato juntos fuera de la oficina sin levantar sospechas.
Habíamos elegido tomar un viernes al terminar de trabajar, era bastante la expectativa debido a que aunque estábamos con compañeros de trabajo solo deseaba pasar tiempo con él.
Esa mañana me vestí pensando en las posibilidades que teníamos a lo largo de la tarde noche y que por supuesto deseaba que terminara con sus manos encima de mí.
Me puse el último regalo que le tenía guardado, una de la lista de prendas íntimas que íbamos probando una a una en días diferentes y ese día era el último que le quedaba, moría de ganas porque lo estrenará igual que el vestido que me puse para ir a trabajar.
El día pasó rápido y con prisa debido a la alta emociones y expectativas que había para luego salir de la oficina, nadie sospechaba nuestras intenciones porque nadie en la oficina sabe de nuestro romance, eso es lo más excitante pasar desapercibidos frente a todos y con las ganas enorme de querer estar encima de él y comérmelo lento y después un poco más rápido un poco más ardiente.
Fuimos a un local muy bonito un restobar y empezamos a tomar tenerlo muy cerca creo que ya era bastante notorio porque incluso los compañeros dejaron un asiento libre junto a mí y bueno qué más da, yo solamente quería tenerlo lo más cerca. Las conversaciones se fueron dando de poco a poco y él y yo cómplices nos rozábamos las piernas o mi pies iba tocando su pantorrilla de vez en cuando, en algún punto me hizo un roce con sus dedos en la pierna desnuda y un pequeño pellizco hizo que se me erizara la piel. Dios cuánto lo deseaba, deseaba tenerlo encima de mí o yo estar encima de él solamente queriéndo hacerlo mio sin importar nada más ni los que estaban allí.
Mientras estábamos en plena reunión mientras disfrutábamos de risas y conversaciones me escribía por mensajes en privado lo mucho que le gustaba como estaba, lo que quería hacerme y eso me excitaba porque sabía que me provocaba y hacía que me humedeciera con cada palabra que me decía.
Las horas pasaron como segundo ya sabía que dentro de poco nos teníamos que ir así que tomamos nuestras cosas ya algo tomados y nos dirigimos a la puerta. Dios había llegado el momento que quería;si bien es cierto quería compartir unas cervezas y conversar, lo que más deseaba era que llegara la hora de irnos y así poder tenerlo a solas en su carro.
Llevamos algunas compañeras a su punto más cercano de domicilio y de pronto estábamos él y yo solos..si no hubiera estado conduciendo en la autopista creo que allí mismo se lo hubiera hecho. Su mirada, su mirada lo decía todo me deseaba y necesitaba poseerme cualquier como yo a él, quería detenerse estábamos buscando un lugar desesperadamente allí en la calle no importa donde fuera pero allí lo necesitaba y él a mí.
Entonces conseguimos una calle oscura bajo de un árbol qué importaba que nos vieran yo lo que quería era tenerlo dentro de mí.
Nos pasamos en el asiento de atrás y por fin pude ver esa prenda q tanto había esperando, la pasos por sus dedos se lo llevo a su boca y después de dar un parte de besos allí abajo y con solo decir: "Por favor ser mi putica" yo ya estaba abierta y lista para él. Abrí mis piernas y dejé que su miembro muy duro y firme me poseyera ahí mismo yo encima de él, sentía como entraba y bajaba subía y bajaba, me agarraba positivamente por mis nalgas.
Habíamos esperado tanto ese momento que estábamos al límite no había pasado mucho cuando ya yo tenía mi primer orgasmo y él me susurraba el oído que parara necesitaba que me detuviera porque si no se iba a acabar en ese momento y no quería que terminara de esa manera.
Así que me pidió al oído que me pusiera en cuatro en cuatro en el asiento de atrás, me sentía toda una putica SU putica y eso nos excitaba a los dos.
Sentir como me poseía rudo y firmemente hacía que me mojara ambos gemíamos del placer hasta que sentí como se vino dentro de mí cómo su rica leche se mezclaba con mis jugos...
Es indescriptible el placer que uno puede tener de la manera más pícara, cómplice y totalmente atrevido en medio de un lugar público y hacerlo con esa persona especial. Sentía como nuevamente estaba temblando de la excitación había acabado tan intenso que temblaba y yo estaba extasiada de verlo así.
Lamentablemente el momento es corto debemos irnos pero uno de los muchos relatos eróticos que hemos acumulado. No puedo esperar para tenerlo una vez más para mi.