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Al atardecer y ya con la luna en lo alto mi querida sheccid se encontraba en el cuarto de al lado, nos dimos las buenas noches y nos despedimos pasados quince minutos no lograba conciliar el sueño.
Mi linda hija a sus 21 años es toda una belleza femenina, piernas distinguidas senos 36B y un culito de infarto.
Escucho gemir y gemir y el arrastre de su cama luego de 2 minutos el tan anhelado clímax que no pudo silenciar y trato de disimular en bostezos pero sonó delicioso ya para entonces tuve una buena ereción seguí tratando de dormir pero en vano.
Luego seguí escuchando sus gemidos y movimientos acompañados de murmullos suaves y delicados, entonces escuche el abrir y cerrar del armario tal vez en busca de cleanex para limpiar sus charcos.
Fue entonces cuando comencé también a masturbarme evocando lo que escuchaba y rogando a Dios por un buen amante para mi niña que la penetre y la haga disfrutar al máximo...