Guía Cereza
por: sueñossexuales_1970 Publicado hace 5 días Categoría: Sexo con maduras 676 Vistas
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Mi vecina se divorció y se mudó a otro sector de la ciudad, hacia rato no había vuelto a verla., por eso el día que nos encontramos en un bus de Transmilenio, fue una grata sorpresa tanto que al verme ella se acerco y me saludo con un beso en la mejilla. A pesar de tener más de 50 años, se conserva casi tan bien como cuando era mi vecina, aunque un poco más rellenita, sin llegar a ser gorda, por lo que su culo se notaba más terso y sus tetas firmes, a pesar de la edad. La gente comenzó a llenar el bus por lo que quedamos muy pegaditos, pues sería mediodía.

Al rato me dijo que debía bajar del bus y yo la tome del brazo y nos bajamos en el sector de chapinero. Le invite a tomar algo y ella sin pensarlo me dijo que sí, que se quedaba un rato más, pero si yo la llevaba a su casa. Me quedé un poco sorprendido y contento a la vez. Le respondí que por supuesto y tomándola de la mano la llevé a un bar cercano.

Pedí cerveza y entre sorbo y sorbo, hablamos de nuestra situación sentimental y los dos estábamos divorciados. Su hija se había casado con un médico y vive en Italia y su hijo también vivía fuera del país, con su esposa. Un rato más tarde, me sentí en confianza y le robe un beso que ella me devolvió muy atrevida, me lance a besarla abrazándola y ella respondió abriendo su boca para besarnos con lengua. Mis manos se movieron por su espalda y sentí que ella aflojaba su cuerpo, sin embargo, tomo aire y me detuvo casi que jadeando. pedí otra cerveza y seguimos hablando de todo, hasta que la conversación se tornó más íntima y caliente. Yo cada vez que podía intentaba rozar suavemente, como sin querer, su pierna. llevaba una falda negra, corta, un poco por encima de las rodillas y una blusa entallada que resaltaba sus tetas, las cuales saltaban cuando ella se reía. Me conto que se sentía sola y sin respaldo de nadie y que deseaba encontrar alguien que la hiciera sentir viva de nuevo. La bese y con eso dejo de hablar mientras yo metía mi lengua en su boca y con mis manos busque sus tetas, deslice mi mano suave por sobre sus pezones y note que estaban muy erectos. Ella suspiro y me dijo al oído - no te detengas-. Agarré sus dos tetas entre mis manos y sentí cuando ella bajo su mano y acaricio mi verga sobre el pantalón. escuché su - huy y eso? - solo respondí -tu me pones así –

Logre bajar una mano y meterla entre sus piernas para acariciar su sexo por sobre la tanga que llevaba puesta, pero entonces me detuvo y dijo – aquí no, para por favor-. un rato más tarde nos fuimos para su casa.

Cuando llegamos a la puerta de su edificio , nos quedamos mirando. Sin pensarlo, comenzamos a besarnos. Yo no lo dudé y comencé a acariciarla por todo el cuerpo mientras nuestras lenguas se entrelazaban. Volví a acariciar esas tetas gruesas y hermosas. subimos a su apartamento . En el ascensor seguíamos besándonos y acariciándonos, incluso metí mi mano bajo su falda, tocando su sexo húmedo, a través de la tanga.

Salimos del ascensor y entramos cogidos de la mano en su apartamento. Nada más entrar se quitó la falda y la hizo a un lado mientras se sentaba en el sofá. Mi reacción fue arrodillarme delante suyo y separar sus piernas con mis manos, meter mi cara entre sus muslos y correr hacia un lado su tanga para  jugar con su sexo empapado, metiéndole un dedo, mientras la besaba en el cuello. Ella echaba la cabeza hacia atrás y gemía con mis caricias en su raja entreabierta y mojada.

Nos quitamos del todo la ropa y fuimos a su habitación, cuando entramos, se sentó en la cama y cogiendo mi verga medio erecta ya, comenzó a besarla y lamerla por toda su longitud, hasta que se la metió en la boca, fue la primera mamada que me hizo. Después de un rato disfrutando de sus labios, la incorporé, la coloqué en cuatro sobre la cama y de una sola vez se la inserté en esa raja abierta y muy húmeda, haciéndola soltar un gritito de placer y un gemido. – ayyyy que es eso tan rico – se agarro bien de las almohadas y comenzó a mover las nalgas en vaivén.

Mientras le agarraba las nalgas, yo empecé a bombear de forma lenta, aumentando el ritmo poco a poco, hasta que le empecé a dar duro. Yo agarraba sus tetas, pellizcaba sus pezones, mientras ella gemía con mis embestidas, hasta que noté como su cuerpo se convulsionaba con un orgasmo. Yo aun no me había venido, por lo que la saqué de su sexo y mientras ella jadeaba todavía por el orgasmo, la metí en su boca. al sentirla,  su boca se cerró en la cabeza  y luego en el tronco. Cuando sentí que me venía, ella apretó la boca y succiono fuerte hasta deslecharme totalmente.

 Cuando me repuse un poco ella ya estaba lista, la lance a la cama y separé sus nalgas poniendo mi cara en su vagina. Chupaba y mordía sus labios mientras mi lengua le lamia toda. La visión de su culo me enloquecía, mi lengua hábilmente iba de su clítoris a su ano como una serpiente profanadora.

Cuando puse la cabeza de mi pene en la entrada de su ano cerrado,  quiso cerrar los ojos, pero el deseo y los gemidos no la dejaron. Yo se la metía meneándola y empujando lentamente mirándola fijamente y gozando.

Fue una sensación deliciosa, ella deseaba que la penetrara, cuando pensó que nunca lo haría,  sintió mi cabeza abrirla por dentro como nunca antes había sentido. El primer orgasmo casi fue inmediato, una poderosa sensación de orinar mezclada con un cosquilleo innombrable en la espalda hizo que se arqueara y gritara como loca durante un rato mientras pugnaba por cerrar sus paredes anales sujetando mi cabeza de la verga. Esperé que mis líquidos lubricaran aún más su culito y sin previo aviso puse el resto de mi pene dentro de ella. Ella grito y gimió como sintiendo que iba a morir de placer mezclado con un poco de dolor, yo me movía despacio sacando solo parte de mi pene y volviendo a meterlo. Su boca estaba hundida en la almohada.

Empecé a bombear con suavidad y ella empezaba a tener otro orgasmo, mientras yo  la miraba con un aire compasivo y lujurioso.

Nos detuvimos para descansar, ella me sirvió una cerveza, volvió a montarse en la cama y ella sola se puso en cuatro levantando sus nalgas y abriéndose para dejarme ver su lindo botón del culo.  apunté mi verga hacia el ano de nuevo. cuando notó como frotaba la cabeza de mi verga en su entrada del culo, me pidió que le diera duro, que hacía tiempo que no le abrían el culo de esa manera. Poco a poco comencé a empujar y penetrar su culo, hasta que mis huevos chocaron con su piel.

Ella lanzaba grititos de dolor, pero la cara entre la almohada no dejaba escuchar sino sus gemidos. Yo empecé a bombear suavemente, para que se acostumbrara y poco a poco aumenté el ritmo, hasta que ella grito que le diera más duro - papi que rico, dame más duro mi amor- embestí con toda mi fuerza hasta que sentí cuando le inundé el culo con mi leche tibia. Ella se estiró en la cama, aun con mi verga dentro de su culo, un momento después mi cabeza salió sola cuando empezó a ponerse fláccida.

Nos quedamos un rato en la cama, ella me mamo más de una vez hasta hacer que mi leche llenara su boca, yo le recompense con varios orgasmos que ella disfruto gracias a mi lengua y mi boca en su vagina y su clítoris. Ya casi de madrugada fuimos a la cocina a tomar unas cervezas, allí aproveche para penetrarla de pie contra el mesón. ni que decir tiene que volvimos a culiar muchas veces, unas  veces en su casa y otras más en la mía.

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