Guía Cereza
Publicado hace 1 mes Categoría: Sexo con maduras 868 Vistas
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Dormí poco, no sabía que decir en casa para volarme a la casa de esta señora que me vio masturbándome y que me mostro su cuerpo y su arrechera. Quería ir, eso era lo único claro. Me levante y desde temprano tenia en mi cabeza las posibilidades, seria una broma? Seria una inocente visita? O simplemente me comería a una señora que posiblemente ya sea abuela pero que me tenia con la verga dura desde que me acosté. Haciéndole caso a mi pantalón, me escape de casa con cualquier excusa y tome rumbo a la casa de esta rica abuelita. “Ya estoy llegando” le avise por celular, me dio las indicaciones, me presente en la portería y subí a ese tercer piso. Las escaleras se me hacían eternas, me temblaban las piernas, pero me puse frente a la puerta con todo el valor (y calentura obviamente). Timbre dos veces y espere un poco, escuche como los seguros de la puerta se abrían y al abrir la puerta, me recibió esta mujer, arreglada, maquillada y en baby doll. Un baby doll rojo que recuerdo en detalle, rojo como su labial, rojo pasión. Me invito a seguir y cauteloso pase, me senté en el sillón y ella frente a mi en una silla, entaconada, inmaculada. Claro que su piel mostraba sus arrugas, pero el baby doll sabia poner todo en su lugar, sus enormes ojos me detallaban, el silencio era tenso, así que se levanto y me paso una copa de vino “estas muy callado, que pasa?”, “estas impresionante, no se que decirte” y en realidad no sabia que decir, así que actue, me levante de la silla, tomándome la copa de vino, casi de un sirvo y me fui a sus labios. La agarré de la nuca y la besaba intensamente mientras ella me sostenía de los brazos y acariciaba mi espalda. El beso fue largo y húmedo, preciso para calentar motores, se levantó de la silla y creí que me llevaría a su habitación, pero no, en plena sala, decidió agacharse y bajarme el pantalón “veremos ahora si a que sabe” y lamiendo sobre mi bóxer se dispuso a endurecer mi verga, yo solo miraba la agilidad de esta señora para lamer, bajo mi bóxer y con su lengua lamia la lubricación, se lo comió todo, estaba hambrienta, era claro que quería verga, una verga joven. Como loca se devoraba mi pene, lo chupaba, lo lamia, juagaba con mis huevos mientras yo me deleitaba “ojala miren los vecinos” pensaba “la tierna vecinita es tremenda perra”. Mi verga estaba durísima, ella con su meta cumplida se levanto y se apoyo en una pared, abrió sus piernas, y ante tal invitación, no tuve mas remido que correr su tanga para penetrarla “aun no, estoy sequita, juguetea amor” roce mi verga entre sus nalgas, la tiempo que con mi manos tocaba sus tetas, pequeñas, pero turgentes, pezones duros y grandes que me excitaba y que la hacían gemir con cada apretón. De a pocos metía mi mano en su boca, para lubricarla con su propia saliva, sentí que era el momento, abrí sus nalgas y metí mi verga sin piedad, se retorció, sé que dolió, aun no estaba tan mojada, así que la saque rápidamente y me agache a lamer, el mejor trabajo es el que se hace directamente. Que sabor divino el de esa concha, un sabor indescriptible, creo que nunca lo he probado de nuevo, lamia y lamia como desesperado, ella apretaba el culo y apretaba los dientes, era el momento, esa cuca ya estaba mojada, metí mis dedos, prepare un poco el camino y de nuevo mi verga entro en ese sexo caliente y deseoso, deseoso porque al entrar esta mujer apretó con tal fuerza que creí que me iba a exprimir, la embestía con rudeza, se que el gustaba, esa era la vitalidad que necesitaba, le daba y le daba y esta mujer solo gemía y pedía más, más y más. Yo me agarraba de su cintura, para tener mas potencia, ella me llevaba las manos a sus tetas, su cara contra la pared dejo el maquillaje desparramado, le di tan duro que se golpeo un poco la cabeza con la pared. Ahí pare, se reincorporo y me tiro al sillón, se abrió de piernas y se sentó a cabalgarme, mientras ponía su busto en mi boca (que delicia de posición) saltaba como loca, está divirtiéndose como hace mucho no lo hacía, se le notaba, yo solo acataba a nalguearle ese culo generoso, blando, pero generoso. Su cara lo decía todo y asumo que la mía también porque se quedó mirándome y me dijo “impresionante lo que culea una viejita no?” y seguía riéndose y jadeando. Yo era feliz viendo mi verga perderse en sus vellos púbicos, me daba mucho morbo, me termine de desnudar mientras ella seguía clavada en mi verga “lechita para mami, sí? Dame lechita nene”, rápido la agarre de la cintura y la acosté como pude en el sillón, quede de pie, le puse las piernas en mis hombros y comencé a clavarla con toda la intención de rellenarla de leche, ella solo cerraba los ojos, sentía como mis huevos se iban a a vaciar… la aprete duro, paré en una última embestida, mi verga empezó a palpitar dentro de ella al tiempo que la llenaba de leche, en un gemido y llenos de sudor, caímos al piso, recostados en el sillón. Mi verga salió aun vigorosa y húmeda, ella la limpio con sus manos y se la paso por el abdomen, se chupo los dedos, picara se levantó y trajo más vino, se acomodó en el sillón y me ordeno “Cómeme la cuca, deja limpiecita”… yo era un zombie, me tome el vino y sin chistar metí mi cabeza entre esas pernas curtidas, bronceadas y temblorosa aun, ahhh pero como le lucían esos tacones, le lamia los muslos al tiempo que mi lengua limpiaba su cuca, aun recuerdo ese olor, ese sabor, me comía con cadencia esa cuquita, una cuca experimentada claro está, de esas que valen oro. Me agarro el pelo y me guio a sus tetas, las chupaba como un ternero hambriente, ella me toqueteaba la verga, la ponía dura nuevamente para que le diera su dosis, cuando la sintió a gusto, la metió ella misma en su concha, esta vez fue acostados en el piso (aun con las cortinas abiertas) y me cabalgo de nuevo mientras se arreglaba el pelo, ya se veía cansada, pero la cara de arrecha no se le quitaba, así que la puse en cuatro, ese culo se veía hermoso, grandote, así que abrí sus nalgas, roce mi verga y entre en su húmedo sexo, fueron pocas clavadas porque inmediatamente me dijo que le dolían las piernas, que esa posición no le favorecía, así que la acosté y en cucharita la seguí clavando, verga y verga, porque a eso me invito, no? Ella estaba jadeando, sonreía y pedía más, me acariciaba cada vez menos vigorosa, pero con más ternura, entendí el mensaje y baje el ritmo, tome la cadencia de sus caricias, empecé a besarla más, por esos hombros pecosos, en su nuca perfumada, mordiéndola de a poquitos, y fue así como, en un gemido ahogado, tuvimos nuestro segundo orgasmo. Se levanto y me mostro el baño por si quería asearme, ella tomo un vaso de agua y entro a su cuarto, mientras yo me arreglaba, entraban llamadas a mi celular, me buscaban de casa. Sali con toda la intención de excusarme y despedirme, pero al buscarla, vi como estaba en su cama completamente desnuda invitándome a aruncharnos… envié rápidamente un mensaje, y me dejé llevar por el embrujo de esta madura que me invitó a su cama.

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