
La gordita
Yo solo ponía mis manos en su cabeza y trataba de guiarla, pero ella tenía su propio ritmo, su propio disfrute. Me fui retirando la camisa para estar a tono, su boca succionaba sin descanso y sus manos pasaban entre mis nalga...

Prohibida
Es curioso cómo las reglas sociales y la propiedad influyen en el deseo. Tal vez, al final, lo que más me atrae no es la idea de que ella esté comprometida, sino lo que eso representa: una especie de desafío, una pregunta sin...

Piel
Tu cuerpo fue claridad, nunca exceso. Era verdad desnuda, sin adornos, y yo era un hombre temblando frente a esa evidencia, como quien contempla un mar inmenso sabiendo que jamás lo abarcará.

El culito de Claudia
El ruido de nuestros cuerpos golpeándose y su cuca chorreante eran la mejor banda sonora para el acto temeroso que iba a realizar, mi dedo paso de acariciar a penetrar y en un solo gesto, ya estaba dentro de su culo, al tiemp...

Paisaje Invisible
Cada hilo de tu vello es un suspiro, un eco lejano de lo profundo, un recordatorio de que todo lo que existe en ti es un canto silente, un himno a lo que no se puede tocar con palabras.

La plaza de toros
Sudoroso me acerque a ella y me dio un solo beso en los labios y una palmada en la cola “Gracias papito, nos vemos por ahí” … Sali a tomar aire a u especie de balcón, si empeloto y vulnerable, pero deslechado.

El parque
El momento se desenvolvía con una lentitud que solo aumentaba el deseo. La calidez de su cuerpo cerca del mío, el roce de su piel bajo la tela, todo se sentía como un susurro que pedía más sin decirlo. Un simple roce, una car...

Noche II
Imagino mis manos, mis dedos, recorriendo la suavidad de su piel, sintiendo su temblor, sabiendo que cada centímetro de ella es un mapa de secretos compartidos.

Noche
Hay algo en ella, en su piel tan oscura como la noche más cerrada, que me arrastra sin remedio.

LA VIDEOLLAMADA
Entre frase y frase, noté que su voz se hacía más lenta, más baja. También noté que mis ojos ya no se fijaban tanto en su boca cuando hablaba, sino en la forma en que mordía su labio entre palabra y palabra.

Abajo
Las palabras fluían, la cerveza también. Cada roce tuyo era una traviesa caricia que ardía… y no decía amén.