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Esta es una chica que conocí en Guía, precisamente. Muy atraído siempre por sus fotos, porque dejaban ver unas tetas enormes y una carita golosa. Nos contactamos y hablamos algunas noches, hasta que por fin nos vimos en videollamada y pude tener una vista más personalizada de aquellas tetas hermosas y voluptuosas. Tiene un sentido del humor genial, realmente nos divertiamos mucho hablando y organizando nuestro primer encuentro.
Se dio un tarde que estaba sola en su casa, llegue muy tímido y precavido, me recogió en un parque cercano a su casa, hablamos un rato de cualquier cosa y subimos a su apartamento, recuerdo que tenia fútbol en el televisor, ella super informal, con una chaqueta enorme que le cubría mas bajo de las rodilla el pelo recogido en una moña y su cara de coqueta. Nos fuimos acercando y me beso, me dio un beso profundo y apasionado que me fue bajando los nervios, al tiempo que ella me iba bajando el pantalón, una mujer de armas tomar. El beso se iba haciendo mas y mas caliente a medida que ella toqueteaba mi verga y trataba de bajarme el cierre y el pantalón, yo no perdí tiempo tampoco y le quite con apuro ese chaquetón, para encontrarme con una camiseta blanca que le quedaba ceñida ante el porte de su busto.
Es una mujer alta, gordita y ver como esa camiseta no soportaba su voluptuosidad me puso más duro de lo que estaba. La mire con deseo, le quite la camiseta casi de inmediato y ante mis ojos unas tetotas que se salía del brassiere, con su mirada golosa que no se despegaba de mis ojos, bajo a mi pene, bajo el boxer y agarró con firmeza mi verga, lo metió todo en su boca, sin chitar, mirándome, y empezó a mamar como si esa verga fuera suya solamente. Yo solo ponía mis manos en su cabeza y trataba de guiarla, pero ella tenía su propio ritmo, su propio disfrute. Me fui retirando la camisa para estar a tono, su boca succionaba sin descanso y sus manos pasaban entre mis nalgas y mis bolas… bastantes segundos pasaron hasta que decidió levantarse, muy lentamente y mirándome fijamente a los ojos, se sacó el sostén y dejó libres a los motivos de mi anhelo.Quede embelesado un poco, luego mande mis manos y las pude por fin agarrar, pesadas, suaves y esos pezoncitos listos para ser chupados. Mande mi boca y lamia casi que con desespero, ella rió y preguntó ¿están ricas? yo con la boca llena asentí, ella me separó de sus tetas se terminó de desnudar y se puso en 4 frente a mi. Una de esas imágenes que nunca olvidaré: Un culo grandote, una vagina rosadita, calvita, mojadita a mi disposición, un botoncito cerradito, y sobre la almohada, la cara de esta mujer que mirándome con deseo me decia “comeme de una”.
No me hice rogar, un lametazo en la conchita y con la verga aun baboseada por esta golosa, me puse el condón y la penetré de a poquitos, sintiendo como cada centímetro la hacia respirar más rápido. Con toda la verga adentro, mis manos en su cintura y la espalda erguida, empecé a clavarla al son del golpeteo de nuestros cuerpos, sus gemidos iban aumentando en volumen, así como mis dedos se iban clavando más y más en su piel. Mis manos entonces empezaron a acariciarle toda la espalda, a detallar sus tatuajes, a agarrarla de la nuca con fuerza para que la clavada tuviera más intensidad, los gemidos aumentaban y el jadeo crecia, mientras yo me deleitaba viendo mi verga entrar y salir, cada vez más mojada, cada vez más dura. Agarre sus nalgas con rudeza y las palmotee, e nota que le gusta, por el gemido que exhalaba, así que lo repetí con más fuerza, ella respondió reboleando su culo con gracia, con deleite, aumente la velocidad, ya estaba agarrado de sus hombros par mejor control, su espalda se arqueaba “más, mapas, más…” decía casi sin aliento mientras la cabeza de mi verga iba a estallar, me fui acercando mas a ella con ganas de venirme cuando soltó un “riegate en mi espalda” al cual no puede hacer caso omiso, baje la cadencia, abrí sus nalgas y empecé a meter y sacar solo la cabeza de la verga, hasta que la inminencia del orgasmo me obligara a sacarla rápido y quitándome el condón, poder venirme en esa sudada espalda… al caer mi leche sobre ella, se dejo caer, yo con la verga en la mano veía ese culo empinado y veía el placer en su cara, mientras cerraba los ojos y mordía sus labios, me pidió que me acercara, tomo mi verga y la lamió con delicadeza, no desaprovecho ninguna gota.
Con algo de torpeza trate de organizar un poco el desorden, asearme, mientras ella seguía acostada y con cara de goce, cuando salí del baño, estaba con sus piernas abiertas y sus dedos acariciandose la vagina “valió la espera?” me dijo con tono casi inaudible… creo que mi sonrisa y mi erección le respondieron sin dejarle dudas.