Guía Cereza
Publicado hace 1 día Categoría: Microrrelatos 87 Vistas
Compartir en:

Título: "El Espectador"

Javier había oído hablar de ese tipo de fantasías. Hombres que disfrutaban no del acto, sino del poder de observarlo. De estar allí, sintiendo cada segundo en carne viva, sin intervenir. Nunca pensó que terminaría deseándolo… hasta que vio cómo su esposa miraba al nuevo amigo de su hijo.

Santiago tenía apenas 21 años, y aunque intentaba ser cortés, su mirada no disimulaba nada. No con ella. No con Camila.

Camila, 42 años, elegancia natural, curvas suaves y una sonrisa que no necesitaba esfuerzo. Cuando se agachaba frente al joven para acomodar los vasos en la mesa, Javier vio cómo Santiago la seguía con los ojos. No como un muchacho curioso. Como un hombre hambriento.

La cena terminó temprano. Su hijo había salido con otros amigos, y Santiago se quedó solo, alegando que esperaba que lo recogieran más tarde.

Camila no protestó.

Cuando Javier subió al estudio, dejó la puerta entornada. No por descuido. Por intención.

Desde allí, la vista era perfecta.

Camila y Santiago en el sofá. Una copa de vino en la mano. Las piernas cruzadas con descuido. El vestido de ella parecía más corto de lo usual. Tal vez era la postura. O tal vez era deliberado.

Javier sintió cómo el corazón le latía más fuerte.

Santiago ya no disimulaba. Su cuerpo girado hacia ella, los ojos fijos en sus labios. Cuando ella se inclinó para servirle más vino, él rozó su rodilla con la mano.

Camila no se apartó.

El primer beso fue lento. Prohibido. Los labios de Santiago parecían tocarla con reverencia, como si no pudiera creer que ella se lo estaba permitiendo. Camila respondió, al principio con suavidad... luego con hambre.

Javier los miraba desde la sombra, sin moverse. Cada caricia que Santiago le daba a su esposa era un fuego en su propia piel. Era extraño. Dolía… y excitaba.

Santiago acariciaba sus muslos por encima del vestido. Ella se arqueaba con suavidad, dejándose llevar, sin apuro. La respiración de ambos se volvió más densa. Las manos ya no eran tímidas. Las suyas bajaban, las de ella lo guiaban. Y Javier, desde su rincón oscuro, no parpadeaba.

La escena frente a él era suya. Su esposa. Su sala. Su deseo, desbordado frente a otro.

Camila se giró en un momento, como si supiera que él estaba allí. No lo miró directamente… pero sonrió. Una sonrisa diferente. Una que decía: estás viendo lo que quisiste ver.

Y entonces, lo dejó pasar todo.

Santiago ya la exploraba con los labios. Ella gemía apenas, lo suficiente para que Javier lo escuchara. No había vergüenza. No había traición. Solo un juego. Un intercambio silencioso de placer.

Y Javier, sin intervenir, se sintió más conectado a ella que nunca.

Esa noche, cuando todo acabó, Camila subió al estudio en silencio. Se sentó en sus piernas. No dijeron una palabra.

Solo se miraron.

Y él, con voz rasposa, susurró al oído:

—Gracias por dejarme verte.

Ella sonrió. Y le besó la boca como si todo acabara de empezar.

---

FIN

Publica tu Experiencia

🍒 Pregunta Cereza

¿Cuál fue el último producto sexual que usaste durante el sexo?

Nuestros Productos

Disfraz Snow Princess

CEREZA LINGERIE $ 174,900

Enfermera Nina

CEREZA LINGERIE $ 102,900

Kimono

MAPALE $ 121,500

Pretty Evil

HENTAI FANTASY $ 75,900