20 de junio, pasadas las 4 de la tarde aún horas laborales,él se encontraba sentado al lado de mi oficina, nos dividía un módulo, pero en mi mente no habían divisiones pues desde la primera vez que lo vi empezo a rondar por mi cabeza,de la manera más absurda y deliciosa.Verlo ahí sentado me producía la tentación más grande de pasearme de allí para allá, solo por tener su atención,así que le ofrecí un pedazo de torta debido a una celebración que estábamos realizando ;a lo que no se negó y yo no pude negarme que mi doble intensión me hiciera feliz,mientras le entregaba el pedazo de torta noto que tenia un anillo muy representativo así que por prudencia no lo pregunto pero fue a buscarme a Facebook y me encontró jajaja.Por ahí llegó la pregunta ,de porque llevaba ese anillo,que si era casada? y la respuesta extendió la conversación a temas tales como el gusto por el sexo, las travesuras, los juegos, la imaginación ...Ese día hablamos poco pero no niego que lo suficiente para desear y sentir que quería que me comiera,me follara hasta que pronunciara su nombre. Conversa va,conversa viene,y todas con doble sentido,con doble interpretación y eso hacía que me calentará más, pensaba, quien lo veía,y no me equivoque en lo que imagine, y en lo que me generaba al escucharlo y verlo pasar como un don nadie por la oficina, pero sentía que olía a lo que yo quería,a sexo,a calentura, a placer, a deseo y sobre todo a querer ir más allá, así que empezaron el intercambio de fotografías, y la intensidad subía, quería más, pero no de fotos,queria su lengua,sus manos, su piel, su calor,y sobre todo ese delicioso chimbo dentro de mi,sí, de mi boca mi vagina, mi culo.Los días pasaron, y las conversaciones continuaban, y eso permitía que fuera entendiendo que todo sería un juego,que despertar su deseo consistía en alimentar su imaginación y recrearla con algo de realidad, y al descubrir eso ya se había convertido en una pequeña obsesión, como iba a detener el deseo que había despertado él,en mí? No era tiempo de cuestionar.Solo quería que me dijera dónde y cuándo estaríamos en