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La distancia hiere, irrita, como un amante celoso, pero también aviva el fuego. Mi mente, rebelde, te toma, te da forma, te materializa en deseos profundos, en caricias que no existen pero que me recorren como verdad. Orgasmos perfectos, un éxtasis solo alcanzado en sueños, porque allí, amor, allí todo se permite.