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Cuando mi esposa me dijo que su sobrina Vanessa se regresaba a su pueblo después de pasar toda una semana en el apartamento, sentí tremendo alivio. La había visto casi todas las mañanas en la cocina mientras me preparaba el desayuno, siempre en una levantadora de short y camiseta muy amplia y me parecía una joven muy sensual. De nalgas generosas y sonrisa coqueta, siempre me había atraído. Siempre hubo una relación cordial entre nosotros, pero nada que sonara a connotación sexual. Incluso habíamos ido alguna vez por unas cervezas ambos solos, pero como tío maduro y sobrina joven. No me hice ninguna ilusión de que llegará a pasar algo durante su visita, pero sí me encantaba verla ligera de ropas en casa.
Aquel viernes por la tarde. Cuando volví de la oficina ya estaba lista para el viaje y aunque sabían de su viaje, me extraño no ver a mi esposa ni a mi hija allí para despedirla. después de servirme el almuerzo nos sentamos a la mesa ella y yo. Fue una conversación tranquila, le pregunte si sabía de mi esposa y me dijo que había llamado para decirle que no podría ir a despedirla a la terminal porque tenía que entregar un trabajo urgente de la oficina y luego ir a recoger a mi hija a la casa de unas amigas que estaban celebrando un cumpleaños.
Me termino de servir y se disculpó conmigo diciendo que debía ducharse para viajar fresca en el autobús y luego a descansar un rato antes de irnos a la terminal.
Mi sobrina salía temprano aquella noche. Al rato, mientras yo me senté en la sala para ver un partido de futbol en la tele, salió mi sobrina de su habitación. Como siempre en una muy coqueta pijama de short y blusa. Claramente sin nada debajo. Yo miraba el partido y se me hacía agua la boca de ver semejante bocado caminar de un lado al otro provocándome. Se me acercó, me dio un beso en la mejilla y me dijo “¿sabes tío? Me voy muy triste porque la he pasado de maravilla en tu casa”. Tomo algo de la nevera, que estaba frente a mí. Se agachó un poco, lo que me permitió confirmar que no llevaba tanga puesta. Y de paso admire como la tela del short se le metía dentro de la raja del culo. Se sentó al frente mío, charlamos un poco y yo tenía la verga tiesa.
Terminé la cerveza y me puse de pie para tomar otra de la nevera. Ella me dijo “deja tío, yo lo hago”. Le agradecí y fui al baño a orinar mientras ella buscaba la cerveza en la cocina. Estando allí ella apareció y me preguntó ¿tío, no tendrás un jabón que me prestes? Saque uno nuevo del armario y se lo entregue. Apretados ambos en el baño, que no es muy grande, roce sus nalgas casualmente. Me hice el desentendido, ella también.
Al rato me puse de pie y fui a buscar otra cerveza más, ella se me acerco en la cocina. Al igual que hacia un momento, se inclinó para sacar algo del refrigerador, pero esta vez abrió mucho sus nalgas y paro su culito, lo que ya la ponía en posición claramente sexual. Con una voz que me resultó muy provocadora me dijo “tío no encuentro el jamón”. Me acerque, me acomode detrás de ella para buscar y sentí como ella empujo sus nalgas para atrás.
Por casualidad o porque ella lo calculó, mi verga ya tiesa se colocó entre sus nalgas. Ella, sin voltear ni mirarme me dijo “tío que dura la tienes”.
Detrás de ella, no aguante más. Le cogí ambos senos, le dije “que senos lindos y erectos tienes tu”.
Volteó y nos besamos. Sin recato y con la frescura de su juventud me dijo “quiero dejarte un lindo recuerdo mío hasta que vuelva de visita …espero que te guste”. Sin más se arrodilló, desabrochó mi pantalón y sacó mi verga. Con las dos manos la acaricio haciéndome una rica paja, luego sin más, abrió la boca y La mamó con destreza, pero sólo unos instantes y me dijo “llévame a la cama”. La cargué y la llevé a su habitación. Se puso a cuatro patas al borde de la cama y ella misma se bajó el short. Levanto sus nalgas y con sus manos se abrió dejándome ver el ojo del culo. Cerrado y muy apretado
Puse saliva en mis dedos y le froté desde la raja del culo hasta la vagina. resbalo fácil, estaba muy húmeda. Frote con dos dedos y los deje entrar en ambos hoyos, eso hizo que ella gimiera excitada. “ Tío quiero tu verga adentro mío como regalo de viaje”
Me incline primero, quería saborear su clítoris y su culito con mi lengua, ella sintió la punta de mi lengua y se relajo totalmente. Lamí de arriba hasta abajo en lengüetazos cortos y profundos logrando mas de un orgasmo seguido. Luego aprete su clítoris en mi boca y succione con delicadeza, pero firmemente hasta que empezó a chillar como perra … “yaaa, por favor tío, métemela”.
Me coloque detrás de ella de pie y frote mi verga por el centro de su vagina hinchada y mojada. La penetré y sentí como su raja joven se ajustaba deliciosamente a la cabeza gorda y gruesa de mi verga. Comenzó a gemir y decir “tío dame más, hazme gemir como le hacías a mi tía anoche”.
“Los escuche y me masturbe hasta venirme gimiendo tu nombre tío”. Eso me excito mucho mas y le empecé a empujar la verga muy fuerte mientras ella movía todo su cuerpo arrecho. Su ritmo era salvaje, la excitaba cogerse a su tío el marido de su tia. Para mi cogerme esa hembra joven, era un sueño hecho realidad .
Le unte saliva en el culo con mis dedos. La acomodé. Flexione sus rodillas y quedo con el torso echado sobre sus muslos. Su culo muy tirado hacia atrás, al borde de la cama. Le dije “te voy a culear para que no me olvides y regreses pronto”. No respondió nada. Puse mi verga en su ano y empecé a empujar. Ajustaba y mucho, pero ella se dejaba hacer, sin decir ni una palabra, solo con gemidos ligeros.
Cuando pude tener toda mi verga dentro, escuche como se le aceleraba la respiración, gimiendo me decía “soy tuya tío, dame duro, soy toda tuya” y empecé a moverme con violencia. Ella excitada se movía lentamente en círculos penetrándose mi verga hasta el fondo, de pronto acelero y con gritos fuertes, comenzó a decir “que rico me culeas tío, dame duro por mi culo tío, lléname el culo tío”.
La sacaba casi toda y la volvía a meter. Algunas veces la saque completamente y la volví a meter. Tuvimos un orgasmo juntos, le llené el culo de leche y (felizmente) me di cuenta que su vagina se había humedecido tanto que estaba a punto de chorrear. Me arrodillé y puse mis labios en su raja, se vino con un chorro increíble. Con su short limpie sus jugos vaginales que empezaban a chorrear.
Me di cuenta que estábamos ya apurados con la hora. Le dije que debíamos bañarnos para ir a la terminal. me duche feliz y alcance a hacerme una paja más antes de ducharme. Ella me sorprendió cuando salió de su habitación vestida como una mujer muy recatada, nadie, ni mi esposa o mi hija podrían imaginar, lo que acababa de pasar. Antes de subirse al autobús, mi sobrina se me acercó y me dijo “que te vaya bien mi amor”. Me dio un ligero beso en los labios y corrió para subir sin mirar atrás.
Varias veces me llamo en la noche que sabia estaba solo en casa, para tener sexo telefónico.
Me ha pedido que la visite en su pueblo, me da miedo, pero las ganas creo que muy pronto me van a ganar …