Guía Cereza
Publicado hace 1 semana Categoría: Jovencitas 763 Vistas
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Andrea es la hija de una mujer casada que conocí y a quien convertí en mi amante. La madre tiene 53 años y es separada desde hace más de 10 años. La hija tiene 22 años, 1.60 de estatura, pechos medianos, y un trasero que siempre me hacía voltear a verla. Cabello castaño, piel blanca y una hermosa sonrisa. Desde el primer día que llegue a su casa de visita a su mamá, ella me sonrío de manera que me pareció muy descarada, siempre me ofrece algo de tomar. Yo voy seguido a su casa por su mamá, y los fines de semana me quedo a dormir.


Un día martes tuve que pasar a recoger unos documentos que había olvidado el fin de semana. Ella abrió la puerta y pasé. Me invitó una bebida como siempre. cuando recogí los papeles y fui hacia la salida me dijo que no me fuera, que no mordía. Su respuesta me dejó algo sorprendido, pero a la vez contento. Yo tengo 56 años, un cuerpo de aspecto normal pues hago ejercicio seguido y visto casi siempre de sport.


Ella se reía pícaramente de mi reacción mientras me indicaba la sala y se sentó a mi lado en el sofá. Antes que pudiera decir algo me dio un beso en la boca que fue el detonante para que le respondiera. Empezamos a besarnos. Su lengua jugaba con la mía. Yo le besé su cuello, sus oídos, le besé sus hombros y volví a besar sus labios, mordiéndolos suavemente.


Ella bajó una mano y empezó a acariciar mi verga por encima de mi pantalón. Yo baje mis manos a sus pechos, acariciándolos sin dejar de besar su cuello. Escuche su respiración agitada.


Me tomó de la mano y me llevó a su habitación. Ahí se quitó su vestido. Traía una tanguita de encaje blanco y un brasier del mismo color. Me sentó en la cama y entonces le quité el brassier para ver esos lindos pechos, más grandes de lo que aparentaban a simple vista.  Los acaricie despacio con la punta de mis dedos sintiendo como se ponían erectos sus pezones. Me incliné y los empecé a lamer suavemente, luego a mamar y a chupar. Ella gemía suavemente.


Me recostó en la cama y me quito la camiseta, me quité el pantalón y bóxer. La acosté en la cama boca arriba y le besé cada centímetro de su piel. Le pasé mi lengua por toda su espalda, por sus nalgas, sus piernas, le besé sus pies y su zona vaginal hasta separar con mi lengua sus labios delgados y suaves pero que ahora estaban hinchados de deseo y húmedos. Ella jadeaba cada vez más y me pedía que le metiera la lengua más al fondo y no la sacara, le di gusto pues yo quería disfrutar de esa chiquilla hermosa que me tenía súper excitado. Sentí cuando tuvo su primer orgasmo y entonces metí mi cara entre su vagina y le succioné su clítoris con delicadeza, pero con decisión hasta hacer que tuviera dos o tres orgasmos más.


Le quité su tanguita y deje libre su vagina bien depilada. Seguí jugando en su clítoris en un rico oral, le pasé mi lengua por esa rica raja ya muy mojada, le metí mi lengua en sus labios hasta hacer que soltara ricos gemidos hasta que tensó su cuerpo y tuvo un nuevo orgasmo largo y muy mojado. Yo me comía sus fluidos, sabían tan delicioso …


Ella se inclinó sobre mí, tomó mi verga con una mano y se la llevó a la boca. Pasó su lengua por mi cabeza gorda y gruesa, por el tronco, se lo metía y sacaba. Me lamió las bolas, escupía mi verga y se la metía en su boca. Me dio una rica mamada hasta que no pude más y me vine en su boca. Ella se tragó toda mi leche, agarro mi verga y me la limpió con su lengua.


La acomodé en la cama, la puse en cuatro disfrutando el espectáculo de su culito cerrado y apretado y su raja aun babosa y mojada y le empecé a comer esas ricas nalgas, moví mis dedos primero y luego mi lengua desde el ano, hasta su clítoris. Le daba nalgadas, mordía sus nalgas que en cuatro se veían al doble de su tamaño, ¡que visión ver ese culo disponible para mí!…


Le pasé mi verga por su vagina toda húmeda y ella se pegaba más a ella. Le metí la punta y estaba tan lubricada que facilitó la entrada de mi verga en esa rica y estrecha vagina. Descubrí que ya no era virgen y que sabia moverse con una verga insertada en su vagina.  Empecé a meter y sacar lento y cada vez más fuerte. Se oían como chocaban mis bolas en esas nalgotas.


- así, no pares… dame más… mételo todo.


Oír sus palabras me puso más caliente y arrecho y seguí cogiéndola hasta que nuevamente tuvo otro orgasmo, llenando mi verga de su venida. Seguí bombeando hasta que me vine dentro de su vagina mezclando sus jugos con los míos. Se la saque y me recosté a su lado.


Ahora ella de nuevo se apodero de mi verga, tomándola con una mano se la llevo a la boca, primero la cabeza y después se la introdujo toda,  empezando a subir y bajar sus delineados labios alrededor de mi pene, mientras mamaba le empecé a acariciar sus ricas nalgas y dirigí mi dedo a su apretado culito, me di cuenta que movía más sus caderas y aumentaron sus quejidos cuando empecé a venirme a dentro de su boca.


Curiosa y excitada me dijo que no parara de acariciarla, que le gustaba mucho sentir mi dedo en su ano, que no lo había hecho así, que sus amigas el decían que era muy doloroso, yo le hablaba al oído mientras le frotaba el dedo y cuando sentí su ano dilatado empuje hacia adentro suavemente, hasta meterlo todo en su interior. Lo moví en círculos lentos hasta que sus quejidos fueron gemidos de placer. Me decía que si quería penetrarla,  lo hiciera ahora que estaba super caliente. la puse boca abajo admirando esas lindas nalgas, se las empecé a acariciar y al tiempo se las abría para ver su apretado ano, esta vez no fue un dedo sino mi lengua la que se apodero de ese botoncito de placer mientras ella levantaba y echaba hacia atrás sus caderas, le introducía mi lengua, y cuando vi el momento me incorporé y puse mis piernas a los lados de ella que permanecía en la misma posición.


Y mientras la escuchaba decir que lo hiciera con cuidado, llene de saliva la punta de mi verga y también su culito, me recargue un poco bajando mis caderas,  mi pene toco su ano ensalivado y estimulado,  y con la cabeza empecé a hacer presión, metiéndola con mucho esfuerzo, ella intento quitarme de encima gritando que le dolía, pero la tenía totalmente a mi disposición, yo sentía la presión de mi verga en su ano. Le empecé a besar la nuca y mordisquear sus hombros hasta que se relajó, su dilatación fue al máximo en la entrada, momento que aproveche para metérsela poco a poco hasta que solo mis bolas  golpearon sus nalgas, ella soltó un suspiro cuando me quede quieto y luego comencé el vaivén, ahora le escuche gemir claramente - que ricooo- , empecé a mover lentamente mi verga dentro de ella quien correspondía con ligeros gemidos, pero note que sus caderas empezaban a tener vida propia y se levantaban para recibir mi verga , esto me excito más y empecé a meterla con movimientos más rápidos pero sin dejar de ser delicado.


Un rato después ella levanto todo su culo y me pidió que le diera más duro. Mi metesaca entonces fue más rápido y con fuerza, hasta que no pude más y le empecé a soltar mi leche en su recto mientras ella también tenía un largo y delicioso orgasmo. Mi verga tomo su tamaño normal aun dentro de su culo, sacándosela hizo un sonido como de chancla mojada, pude observar su abierto culo lleno de mi leche y también su raja mojadísima.


Ella se recostó a mi lado en la cama. Nos besamos apasionadamente, nos metimos a la ducha donde recibí otra rica mamada de premio. Salimos y nos vestimos, Me acompaño hasta la puerta dándome besos muy sensuales.


me despedí de ella después que me hizo prometerle que se repetiría cada vez que su madre no estuviera en casa y que nunca lo contara a ella. Ese día me fui a mi casa increíblemente feliz. 

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