Guía Cereza
por: masterturgon Publicado hace 1 año Categoría: Intercambios 3K Vistas
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Por allá en la época de la universidad, tuve una novia super mimada y tierna de esas a las que hasta les haces suavecito cuando tienen sexo, de esas que tratas con ternura y amor, hasta con temor de dañarla.


Mi novia tenía una amiga que estaba soltera y quería conocer nuevos amigos, entonces decidí invitar un compañero de la universidad con el que me llevaba bien. Nos fuimos a tomar algo y se cayeron super bien, risitas y chistes indicaban que todo iba por buen camino.


Cerraron el restaurante/bar más temprano de lo que esperábamos, así que les propuse que compráramos algo para tomar y nos fuimos caminando hasta la unidad residencial en la que vivía, una como las que ya no se ven ahora, con abundantes zonas verdes.


Nos hicimos en el lugar más oscurito, supuestamente para poder ver las estrellas y el alcohol ya empezaba a hacer de las suyas. Nosotros obviamente nos empezamos a dar besitos un poquito pasados de tono y causaron el efecto deseado.


Ella aprovechó que él estaba acostado en la manga boca arriba, se metió un trago de vino y se lo paso a la boca y ya las palabras sobraban, cada parejita andaba en lo suyo.


---


Seguimos bebiendo, las conversaciones se tornaron más pasaditas y calientes. Ni se cómo terminamos hablando de los tipos y tamaños de miembros. Ella describió el tipo de miembro que le gustaba y que nunca había estado con un man con miembro tan grande que no se lo pudiera meter hasta el fondo.


- Entonces hoy es tu día de suerte --dijo él con tono divertido--

- ¿Que ya va a decir que lo tine como el negro de WhatsApp? --replico ella--

- No tampoco, pero si me han dicho que tiene un tamaño interesante

- No le creo, muestre --dijo ella levantando una ceja--

- ¿Qué apostamos?

- Si es tan grande como dice, se lo chupo aca mismo

- ¿Delante de ellos?

- Pues si ¿algún problema con tener público?


El man ni si quiera se lo pensó, se bajó el cierre y dejo salir tremenda culebra, aun flácida, pero era obvio que estaba muy bien dotado. La cara de ella fue sorpresivamente agradable.


- ¿Puedo? --pregunto acercando sus manos a tocar--


Él apoyó sus manos hacia atrás en la manga dejándole via libre. Ella ni corta ni perezosa, lo agarró entre sus manos y empezó a masturbarlo mirándolo a los ojos hasta que su longitud se levantó.


- ¿Entonces? gané la apuesta


Ella reía de forma coqueta, se mordió los labios, luego pasó su lengua al rededor para humedecerlos y se inclinó hacia adelante metiéndose el glande, chupándolo con suavidad y sensualidad mientras lo miraba a los ojos provocativamente.


Ya se estaba preparando a intentar ver que tanto lograba metérselo, cuando escuchamos los pasos de uno de los vigilantes que hace la ronda y antes de que llegara se lo guardo y todos nos sentamos como si no estuviera pasando nada.


- Buenas noches jóvenes --dijo dando una rápida revisión--

- Buenas noches Tulio --contesté--


Sé quedo un momento hablando con nosotros sobre lo bonita que estaba la noche y hasta le ofrecimos tomar un poco, pero lo rechazo porque en horas de trabajo no podía beber. Muy disimuladamente nos hizo saber que una de las vecinas había llamado a quejarse de nuestro espectáculo. Pesé a que estaba tarde algún menor nos podía ver. Tenía toda la razón.


- Amor ¿tus papás están en la finca? ¿cierto?

- Si, se fueron desde ayer

- ¿Si nos vamos para el apartamento?

- Si quieren nos parchamos en la sala, pero sin hacer mucha buya porque acá como se acaban de dar cuenta los vecinos son bastante cansones

- De una, esa apuesta no se puede quedar sin saldar --dijo entre risas--


Ella sonrío y hasta le ofreció la mano a su nuevo "amigo" para que la ayudara a levantar.


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Entramos al apartamento, los invitamos a pasar a la sala y los dejamos sentar en el mueble más largo a ellos. Nosotros nos fuimos un momento para la cocina a buscar unas copas de vino.


Al regresar, ella estaba montada a horcajadas sobre él comiéndoselo a besos y ambos recorrían sus cuerpos llenos de deseo y lujuria.


- Si quieren les presto la habitación

- No --interrumpió mi novia-- yo quiero ver...


Me extraño un poco, ella por lo normal es bastante recatada y hasta tímida.


- ... pues, es que apuesta es apuesta y ella dijo que con publico


Nos sentamos frente a ellos, mi novia en vez de sentarse en el mueble del lado, se sentó encima mío dándome la espalda. Se inclinaba hacia adelante para dejar las copas en la mesa de centro y aprovechaba para refregarme las nalgas hasta que me hizo tener una erección.


Tomó mis manos y me hizo acariciarle los senos, besarle el cuello, mientras ella movía en círculos sus caderas y su carita de angel se llenaba de pura maldad.


- ¿Te gusta esto? --le pregunté--

- No sé, nunca lo había hecho, pero me calenté allá abajo viéndolos ¿es muy bonita no?

- Un poco --contesté por respeto--

- Ya amor, relax, dígalo con confianza

- Si, obvio que si


Ella era una hermosa morena con un cuerpo de envidia, un cabello ensortijado y afro que hacía brillar su sonrisa y unos genes que la habían bendecido con una cinturita y unas amplias caderas que la hacían resaltar aún más su figura.


Nosotros también nos empezamos a besar y acariciar, eso sí sin quitarle la vista. Mi novia empezaba a gemir pacito cuando sentía mi miembro erecto rozar su sexo.


Ella se levantó un poco, le abrió el pantalón y sacó su miembro, lo masturbó unas cuantas veces, mientras se le comía la boca. De pie, se inclinó hacia adelante y le bajó los pantalones y boxer hasta el suelo y de no ser por los tenis lo habría desnudado por completo.


Se hizo de rodillas y se lo empezó a mamar con hambre, a veces nos miraba de reojo y se reía, hasta se acomodaba mejor para darnos un mejor espectáculo. Mi novia llevó mi mano hacia su entrepierna y por debajo de la falda me pedía que acariciara su sexo húmedo por encima de su ropa interior.


Después de atenderlo majestuosamente, le señalo su bolso y le pidió que se lo acercara. Ella saco un condón y lo vistió desenrollándolo desde la punta con ambas manos y se sorprendió cuando se dio cuenta que era la primera vez que llegaba hasta el dobles final y aún faltaba espacio por cubrir.


Movió la mesa de centro y sin timidez se empezó a desnudar para los tres, hasta parecía acercarse demasiado a nosotros a ver si nos animábamos a tocarla. Se quitó el jean y buff tremendo culote más delicioso nos dejó a la vista, mi novia que intuía mis ganas por agarrar esas nalgas, apretó sus manos encima de las mías y todo ese deseo me hizo descargarlo en su cuerpo.


Se quitó la ropa interior dejando que cayeran lentamente con la ayuda de la gravedad y camino sensualmente hacia él moviendo sus caderas de lado a lado. Él la miro de arriba a abajo con deseo. Ella ni se lo pensó para apoyar una de su rodilla izquierda a un lado, colocarlo a puerta de su sexo y luego descargar la otra riendo a carcajadas al notar lo mucho que tenía que mantener su cuerpo erguido.


Lo fue metiendo, pero aún dejaba mitad de su miembro sin entrar, movía sensualmente sus caderas de adelante hacia atrás, en círculos, de arriba a abajo y poco a poco lentamente, lo fue metiendo más y más, dejando a su paso unos deliciosos gemidos agudos de placer. 


El man le desabotono la camisa, le abrió el broche que estaba adelante y se abalanzó a sus senos, chupaba con ganas esos deliciosos pezones de chocolate y les daba unos cuantos mordiscos que ella parecía disfrutar.


Mi novia no se aguantó más, estaba completamente absorta y contagiada por el deseo. Se levantó un poco, hábilmente me bajó el pantalón se corrió las tangas a un lado y su sexo estaba tan mojado que de un solo empujón se lo llevó hasta el fondo.


- Ay jueputa, que rico, me encanta tu chimbo --me dijo gimiendo al oído--

- No es tan grande come el de...

- No seas idiota, te lo voy a volver a decir: me encanta tu chimbo cosita rica y deliciosa


Ellos seguían en lo suyo y mi novia cada vez se ponía más caliente al verlos. Se movía delicioso en círculos, me besaba y acariciaba. Se quitó la camisa por encima y cuando alguno de ellos nos volteaba a mirar se apretaba los senos y estiraba los pezones retorciéndolos.


- Me dieron ganas de que te la comas

- ¿Que? ¿Estás loca?

- Ni sé porque te estoy diciendo esto


Prefirió no seguir dejando que las palabas salieran sin filtro de su boca y prefirió ocuparla con mis besos, ya no podía dejar de pensar en tener sexo con esa deliciosa mujer y cuando cerraba los ojos imaginaba que habíamos cambiado de parejas, no fui capaz de confesárselo.


Él man no le quitaba los ojos de encima y cuando su amante volteaba a míranos, mi novia se levantaba la falda lo justo para que ellos pudieran ver como mi miembro entraba y salía, se llenaba los dedos con saliva y guarramente se acariciaba su sexo dándole unas cuantas palmadas.


La tomo a ella de las caderas y empezó a empujarla hacia abajo para cumplirle su deseo, tratando de metérselo hasta el fondo, pero después de un par de penetraciones la cara de placer de la nena se empezó a desvanecer y hasta apoyaba su mano en la pierna del man para evitar que fuera tan profundo, la estaba lastimando.


La nena tuvo una reacción rarísima y de la nada, se bajó y así tan rápido como se desnudó, lo hizo para volver a ponerse la ropa. 


- No paren, pasen bien rico

- Nena, ¿pero que paso? 

- Nada --le dio una mirada de decepción-- luego hablamos


La nena agarró el bolso y ni se despidió del man, abrió la puerta, él man se quitó los tenis empujándolos del talón y camino hacia ella con su amenazante erección.


- Parce, ¿qué te choco? no te tenes que ir, estamos pasando rico

- Nada, ya probe lo que quería y lo siento, pero...

- Parce, lo podemos hacer en otra pose pa que no te duela

- Un placer conocerte


Le dio un beso en la mejilla, abrió la puerta y salió de una sin darle oportunidad a nada más. Mi novia muerta de risa en vez de parar para despachar al man, empezó a comerme con más ganas, miraba directo a su miembro y se saboreaba. Se inclino hacia atrás, me mordió el lóbulo y sin soltar sus dientes gimió de forma deliciosa.


- Ahhhhh ay amor, lo siento, pero yo quiero con los dos

- ¿Un trio?

- Si, lo siento, pero me antoje demasiado

- Yo no sé, amor, es que...

- Te juro que después te recompenso

- ¿Como?

- La invito a ella, pero solo con nosotros


Me seguía pareciendo un poco descabellado todo esto, pero si ella podía cumplir su promesa, iba a poder comerme al mismo tiempo a esa delicia de amiga que se acaba de ir.


- Listo, pero nada de nada entre nosotros

- Obvio, pero si quiero que hagas algo

- ¿Qué cosa?

- Ay me dan ganas de venirme de solo imaginarlo

- ¿Qué quieres?

- Que cuando me lo coma, me la metas por el culo


Nunca en la vida habíamos tocado ese tema, ni siquiera había contemplado con ella que le gustara hacerlo por detrás. Era algo que a mi ex le encantaba y la verdad es que a mí también.


- Listo amor, de una, yo le rompo bien rico ese culito


Ella se dio la vuelta con una sonrisa de oreja a oreja me estampo un dulse beso en la boca mientras me miraba a los ojos.


---


Él man ya se estaba agachando a recoger su ropa, se sorprendió un poco cuando mi novia lo tomó de la muñeca y lo atrajo hacia nosotros, me miró y yo aprobando con el rostro y sin palabras le di permiso de continuar.


Mi novia fue directo por su miembro y mientras saboreaba los fluidos de su amiga, le daba una buena mamada que volvió a regresarle la vitalidad. Lo masturbaba y se lo chupaba con gran destreza, volteaba a mirarme rebotando sobre mi miembro y reía dichosa, haciendo que sus ojos se blanquearan de placer.


Empujó al man hasta que cayó en el mueble se hizo en cuatro y se lo empezó a mamar mirándolo a los ojos. Me hice de rodillas, la tomé de la cintura y por primera vez me la empecé a comer tan duro como quería y eso la enloquecía, tanto que en ocasiones le tocaba sacárselo de la boca para voltear a mirarme y gemir.


Agarrando sus nalgas, las separé con mis manos y coloqué mis pulgares cerca de su trasero, no podía ni creer como podía estar tan excitada que hasta su esfínter parecía palpitar. Deje caer un poco de saliva y empecé a frotar con mis pulgares.


La pobre se retorcía de placer, se atragantaba con su miembro dejando correar abundante saliva, la cual recuperaba con su mano del mentón y la depositaba en su trasero acariciándolo en círculos y metiendo un dedo. 


La agarré de la cola que tenía recogida del cabello, le di una vuelta en la mano y mientras la montaba, halaba de él y luego la empujaba detrás de la cabeza para que se lo metiera más de lo que podía en la boca. Ella misma busco desesperada mi mano y cuando agarró mi pulgar sabía lo que quería, lo deslicé dentro de su trasero.


- Ay jueppppuuutaaa que rico, no aguanto mas


De un solo salto, brincó sobre él y no fue para nada prudente, se sentó dejando caer su cuerpo encima de esa espada que la atravesó, se quejó un poco de dolor, pero no retrocedió ni un centímetro. Lo besaba con desespero, se agarraba de sus hombros y se lo follaba como si estuviera poseída.


- Hazlo amor, hazlo, por favor


Yo me quede un rato de pie viendo el show, la verdad es que me excitaba verla así de frenética, perdida y desenfrenada, gimiendo y sin control. Volteó y me miro con sus típicos ojitos de puchero, con los que me convence siempre de hacer cualquier cosa, pero yo prefería que disfrutara un rato.


De la nada, sus ojos se transformaron, arrugó su nariz, sus cejas se juntaron como endemoniada y me lanzo una mirada de fuego.


- ¡¿Me vas a culear o no?!


Eso me excito mucho, pero mal, recordé viejos tiempos con una ex que le gustaba solo el sexo duro y bestial. Me le acerqué por detrás, la halé del cabello para que levantara su rostro hacia arriba y la miré con rabia. Le abrí la mandibula con el índice y el pulgar, dejé caer una línea de saliva dentro, ella levantó su ceja de forma desafiante, cerró la boca, saboreó mi regalo y se mordió los labios.


Me hice detrás, pasé mi brazo por el cuello y me acomodé a un lado de su rostro.


- Que bueno conocerte de verdad

- Ya era hora


Metí mis dedos a su boca para llenarlos de saliva y lubriqué mi glande. Lo apunté en su trasero y ella empezó a reír dichosa. Me retaba con la expresión apretada de su rostro para que lo hiciera, pero era aún mejor la rabia y desespero que el daba por no lograr lo que quería.


- Ya, métemelo, ya

- Hijueputa, quiero que me culees

- Méteme ese chimbo tan rico por el culo

- ¡Duro! ¡Bien duro!


Se trasero parecía succionar mi mimbro, ni siquiera me preocupe por hacer fuerza para que entrara, era como si el mismo palpitar de su esfínter funcionara como un hoyo negro tragando todo a su paso.


- ¡CULEAME! ¡SI CULEAME!


Mi compañero notó mi cara de preocupación por los vecinos y corrió en mi rescaté, tapándole la boca. Ella frenética de placer y deseo, empezó a mover sus caderas y pelvis a un ritmo bestial y podía sentir como nuestros miembros chocaban en su interior.


Ella le quito las manos, lo agarró de las muñecas y las apoyó contra la pared. Mientras se lo comía como si no existiera un mañana siempre volteaba a mirar hacia atrás y ver como mi miembro entraba y salía incesante de su trasero.


- No, no --le repetía exigentemente-


Al ver la cara de él a punto de explotar, era obvio que no iba a aguantar mucho más el ritmo frenético que le marcaba, mucho menos que pocas mujeres en su vida habían sido capaces de aguantar tanto tiempo sin arrepentirse. Ella lo tomo del cuello, apretando con ambas manos cortándole la respiración para que retenerlo justo lo necesario y el man ya se empezaba a poner morado.


Me acerqué por su espalda, la mordí detrás del cuello y luego empecé a gemir en su oído, algo que siempre le ha encantado. Soltó sus manos, se apretó los senos, miró hacia arriba.


- ¡AGGGRRRRRHHHHH SIII HPPPPP!


Ella no bajó el ritmo en ningún momento, pero al llegar al orgasmo, apretó tanto sus agujeros que tras un par de movimientos frenéticos hizo que ambos nos viniéramos al tiempo. Cayó sin fuerzas sobre él, con las piernas encalambradas caminé hacia atrás y me dejé caer en el sillón, viendo cómo mi semen caía como lava caliente al suelo mientras su esfínter que no dejaba de palpitar recuperaba su tamaño.


--- 


Se levantó, le dio un beso y le dio las gracias, pero de una lo invitó a que se fuera. Él se dio por buen servido, se vistió, fue al baño a lavarse un poco y botar el condón y sin chistar se despidió de nosotros con una sonrisa.


Mi novia, me ayudó a terminarme de desvestir, me llevó al baño y nos dimos una larga ducha de agua caliente que nos dejó con los ánimos intactos para comenzar de nuevo.


Nos metimos a la cama y mientras me cabalgaba, sensualmente, se detuvo por un segundo.


- ¿Todavía prefieres la novia tierna o inocente? ¿o te gusta más la novia que conociste esta noche?

- Me gustan las dos, hay días para ser tiernos y otros para ser salvajes

- No sabía cómo decirte que yo...

- Fue perfecto, no te preocupes

- No lo estoy, ahora sé que podemos hacer locuras juntos

- ¿Como cuáles?


Ella se dio la vuelta en cuatro, me hizo acomodar de rodillas detrás y me miro por encima de su hombro.


- Como invitar a Monica

- ¿A sí y como para qué?


Meneo su trasero, lado a lado como una gatica en celo y empujó hacia atrás colocando mi miembro en su trasero. 


- Las dos tenemos una fantasía pendiente


Se separó las nalgas y empujo hacia atrás volviendo ella misma a metérselo por detrás con una cara dolorosa y placentera increíble.


- ¿Esto te da una ida?

- Tal vez, pero quiero escucharlo

- Que mi novio, nos parta el culo a las dos

- ¿Un novio cualquiera?

- No ¿acaso no te diste cuenta cómo te miraba?


Se mordió los labios empujó hacia atrás y hasta ahí quedó la conversación, pero si pude notar que cuando me miraba sobre su hombro derecho se movía y me miraba diferente a como lo hacía sobre su hombro izquierdo. 


Cuando al fin me di cuenta de lo que estaba haciendo se toteo de la risa y no puede más que complacer su deseo tratando a cada una de forma diferente, dejándole en claro que lo iba a disfrutar más con mi novia.


---


Ella se terminó quedando por primera vez a dormir y lo extendimos durante todo el fin de semana. Nos tocó ir a comprar un tarro de lubricante, porque nunca en mi vida, una mujer, me había pedido que le diera tanto por detrás.


Era una enferma y adicta por el sexo anal, me volvía tan loco que no fue la unica que termino con dedos por allá y por primera vez supe las maravillas de lo que se sentía una mamada con masaje prostático.


Hablamos con su amiga por WhatsApp, me confesaron que la idea de esa noche era que como es normal no se entendiera con el man y que termináramos los tres juntos, pero los planes se torcieron un poco y decidieron seguir la corriente.


Nunca nos quiso contar porque se había ido así de repente, pero mi novia que conoce más a su amiga, sabía que antes aguanto mucho porque a ella le gustan más las mujeres que los hombres. Si ellas hubieran estado juntas desde el principio las cosas abrían sido diferentes, pero no sabían cómo decirme algo así, ni cómo iba a reaccionar.


Lastimosamente Monica para ese fin de semana no pudo unirse a nuestro festejo porque tenía unos compromisos familiares, pero todo el fin de semana no la pasamos intercambiando videos de nosotros follando y ella masturbándose a escondidas.


Lo mejor fue hacer una llamada en vivo donde mi novia me pidió que me la comiera pasando mi miembro de un agujero a otro y le decía a su amiga entre gemidos que la esperaba para cumplir su sueño. Monica con los air Pods se tapaba la boca con la mano para no hacer mucho ruido, dejó el teléfono en el suelo con una vista espectacular y amplia de su sexo. Se masturbaba, metiéndose un dedo por delante y otro por detrás, fue una delicia ver como sus muslos se tensaban, su orgasmo hasta bajaba por sus piernas y ella muerta de risa se tapaba la boca apoyada contra la puerta.


Un mes después, Monica por fin decidió acompañarnos una noche a beber y terminamos en un motel teniendo una de las mejores noches de mi vida, pero esa... es otra historia. 

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4 Comentarios

no se como termino pero lo que no alcance a leer excelente

hace 10 meses

Excelente relato , muy excitante. Felicitaciones.

hace 11 meses

largo pero bueno

hace 1 año

excelente relato

hace 1 año

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